Para adentrarse en el mundo camper hay mil y una opciones, desde una sencilla tienda de campaña hasta comprar una autocaravana. O también, como ya te hemos contado, construirla tú mismo a partir de una furgoneta.
Pero hoy nos toca traer un ejemplo de lo que pasa cuando la economía se lleva al extremo en las camper. Se llama Xinge RV, se comercializa en China y es la autocaravana más barata del mundo, ya que cuesta 4.500 euros al cambio. Pero su precio tiene buenas razones, como comprobó en sus carnes el tuitero Jayson Elliot.
Un prodigio del espacio, pero no de la seguridad
Este diseñador de videojuegos contactó con un distribuidor de Xinge interesándose por la pequeña autocaravana la cual, según la web de la marca, toma como base un triciclo eléctrico destinado originalmente al transporte de mercancías.
Como respuesta, el vendedor chino le envió varias imágenes y vídeos de una unidad a fin de mostrársela con todo lujo de detalles. Lujo de detalles que no precisamente de cualquier otra cosa, porque cuando Elliot vio el material no pudo resistir la tentación de compartirlo en un hilo de Twitter que ha dado la vuelta al mundo.
Y es que aunque el aspecto exterior de la Xinge RV todavía pinta suficientemente bien, con el aliciente de sus paneles solares para conseguir electricidad, el interior es otra historia. La historia de un breve (por pequeño) museo de los horrores.
Empezando por la cabina para el conductor, ya podemos apreciar que el infoentretenimiento está bien cubierto con la pantalla del salpicadero. La climatización, confiada a un pequeño ventilador en el extremo derecho, quizá no tanto.
Pero el punto más enigmático, o el preferido por los fisioterapeutas, es el asiento, repartido literalmente entre una estructura cúbica en madera (con su correspondiente cojín) y un respaldo fijado sobre una especie de ventanuco que puede abrirse en compás para pasar a la zona habitable posterior. El cinturón de seguridad, claro, ni está ni se le espera.
Vamos al espacio vital de la parte posterior donde nos reciben, enfrentadas entre sí, una encimera y un sofá que se convierte en cama. Los huecos para guardar objetos aprovechan cada centímetro libre de las paredes, incluyendo el maletero que figura justo por encima de la cabina frontal.
Eso sí, la Xinge RV ofrece algo que no tienen todas las autocaravanas de su tamaño: una ducha, que comparte a su vez espacio con el fregadero. Para disfrutarla, como comenta el mismo Elliot, tan sólo hay que acordarse de desenchufar la nevera primero por lo que pudiera pasar.
A fin de cuentas, todas estas imperfecciones pueden justificarse por su recatado precio de 4.500 euros. No obstante, algunas de ellas (como el puesto de conducción) la vuelven imposible de homologar fuera de China, quedando pues como un ejemplo tan curioso como extremo del minimalismo camper.