El preparador alemán ABT ha querido sacar un poco de pasión al recientemente presentado Volkswagen Golf VII, y el resultado obtenido es algo menos cáustico que la visión de Oettinger, aunque también tiene su punto de interés. ¿No nos quejábamos de aburrimiento? Pues ahí va una palmadita para despertarlo.
En este caso, ABT vuelca su imaginario en el compacto de Wolfsburgo. Este incluye una parrilla nueva en el frontal, unas pestañitas para los faros y unas prolongaciones para los bajos, tanto en paragolpes como en los faldones laterales que hacen compañía a unas llantas que pueden ser de 18 o 19 pulgadas, a elegir. Completan la serie unos extras para la zaga algo vistosos: una rejilla y un nuevo difusor flanqueado por los cuatro terminales de escape. Del interior no hay datos, que se sepa.
En cuanto a motorizaciones, como es habitual ABT aumenta las prestaciones tanto en gasolina como en diésel. De un lado, aprieta el 1.2 TFSI de 86 CV hasta sacarle 105 equinos y con el 1.4 TFSI pasa de 140 a 165 CV. Del otro, el 2.0 TDI de 150 CV se convierte en un respetable 180 CV y el de 184 CV pasa a desarrollar 210 CV, mientras que el 1.6 TDI salta de los 105 a los 125 CV.
En manos del preparador, el vehículo ha visto reducida su altura y rebajado su centro de gravedad con la adición de uno de los kits de suspensión de la cosecha de ABT, lo que sin duda le dará al compacto algo más de deportividad. El resto, la traía de casa con ese duro y difícil equilibrio entre la diversión y la sensatez que caracteriza al mítico Golf.
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