Esto tiene ya su tiempo, pero no nos hemos resistido a recuperarlo para darle una ojeada. Dicen sus creadores, los diseñadores de brandpowder, que se trata del "coche perfecto": una suma de Porsche 911 y Citroën DS de 1955. El ingeniero Stewart Johnson está detrás de la ejecución de este ejercicio de extraña creatividad, y el resultado es plenamente funcional.
Por delante, Porsche, y por detrás, Citroën. Alguno dirá por ahí que le suena a animal del Doctor Dolittle, pero lo cierto es que al cabo de tres vistazos el 911DS, que así se llama la creación, tiene su rollete. Además, cuando lo miramos exclusivamente por el frontal o exclusivamente por la parte trasera, consigue engañarnos.
Eso sí, cuando sumamos ambas estéticas el resultado es sorprendente. ¿Alguien habló de berlinas deportivas? Bienvenidos a una nueva concepción del mundo del automóvil: la obra de Ferdinand Porsche y Flaminio Bertoni, reunida en un solo cuerpo; un cuerpo hecho a medida y montado sobre un chasis de aluminio de alta rigidez.
El 911DS va servido con el motor de Porsche boxer turboalimentado 3.0 de 260 CV que se aloja en la parte trasera, la correspondiente al Citroën. Por lo que cuentan, fue relativamente sencillo encajar el motor en su nuevo alojamiento. Para conseguir esta simbiosis franco-alemana les bastó con colocarlo a 90 grados y adelantar la banqueta trasera unos 25 centímetros sobre el modelo original.
Después de todo, si ponemos un 911 junto a un DS, al final quizá las diferencias de medida no sean tan insalvables como pudiéramos pensar a priori. Si los chicos de brandpowder han conseguido crear champán alemán, como denominó al 911DS la revista Car Mag, cualquier cosa es posible.
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