Toyota y Honda suspenden las exportaciones a Vietnam tras endurecerse los controles fronterizos

Unos días después de la promulgación del Decreto 116, la Asociación Vietnamita de Fabricantes de Automóviles (VAMA por sus siglas en inglés) acudió preocupada al primer ministro: "Las actividades empresariales de VAMA se verán muy afectadas por las nuevas regulaciones". El Decreto 116, anunciado en octubre, estipula las condiciones para producir, ensamblar, importar y comerciar en el sector automotriz.

Los primeros fabricantes en acusar los cambios han sido Toyota y Honda, que han suspendido las exportaciones a Vietnam. Ahora se exigen pruebas de emisiones y seguridad en cada lote que entra en el país, cuando antes solo se probaba el primer envío de cada modelo.

Aceptar las reglas de juego o no jugar

Tal y como informa la cabecera Asia Nikkei, la Cámara de Comercio e Industria japonesa en Vietnam dijo que una prueba de emisiones Euro 4 podría tomar dos meses y costar hasta 10.000 dólares. "Causará una enorme pérdida de tiempo y dinero", dijo en un comunicado dirigido al primer ministro Nguyen Xuan Phuc en diciembre.

El decreto también exige que todos los modelos obtengan una certificación de aprobación de tipo de vehículo emitida por las autoridades del país exportador. Las certificaciones deben mostrar que el vehículo cumple con los estándares del país en el que se venderá y normalmente lo emiten entidades nacionales del país importador.

Desde que se anunció el decreto en octubre, los gobiernos de los principales países exportadores como Japón, Tailandia y Estados Unidos han expresado su preocupación a Vietnam de que les sería imposible vender en el país. También sugirieron que el decreto podría violar las reglas de la Organización Mundial del Comercio.

Ante la implantación de este decreto, Toyota y Honda han suspendido, aún no se sabe si de forma provisional, las exportaciones a Vietnam. Toyota fabrica localmente en este país, pero las exportaciones a Indonesia, Tailandia y Japón representan una quinta parte de lo que vende en el mercado, como las camionetas Hilux, los subcompactos Yaris o los modelos Lexus.

Certificados de calidad, informes acerca del automóvil que se quiere importar, todo emitido por autoridades competentes u organizaciones de países extranjeros. Estos requisitos son vistos por la VAMA -de la que forman parte las divisiones vietnamitas de Toyota, Honda, Ford o General Motors- como un problema puesto que algunos países no cuentan con este tipo de certificado. Sin mencionar los recursos económicos y de personal cualificado que tendrán que emplear.

Además, dudan de la capacidad de los puertos para albergar los cargamentos mientras los controles se llevan a cabo; los vehículos deberán ser minucionasamente examinados aunque sean del mismo tipo si han venido en cargamentos distintos.

De momento se están llevando a cabo importaciones de modelos Mazda2, Kia y Peugeot sin problemas de congestiones. El gobierno vietnamita, por su parte, anima a invertir en producción e incrementarla, además de mejorar la localización. Los fabricantes deberán aceptar las nuevas reglas de juego de Vietnam e invertir en profesionales que certifiquen que el coche que están enviando fuera de sus fronteras cumple los estándares medioambientales y de seguridad. Es eso, o no jugar.

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