Cuando pensamos en los vehículos todoterreno más resistentes del mundo indudablemente el Toyota Land Cruiser y la pick-up Toyota Hilux están en los primeros puestos de la lista. Estos 4x4 famosos por su durabilidad y capacidad para superar cualquier obstáculo, no sólo han conquistado las rutas más duras del planeta, como el Dakar, sino muchos campos de batalla.
Desde el principio, Toyota diseñó y concibió estos todoterrenos de inspiración militar basándose en el icónico Jeep Willis, tras la Segunda Guerra Mundial. Y estos vehículos acabaron jugando un papel crucial en varios conflictos armados, especialmente en los enfrentamientos entre Chad y Libia que dieron origen a las llamadas “Guerras Toyota”.
Qué fueron las “Guerras Toyota”: El legado militar del Toyota Land Cruiser y la Hilux
Hace más de 70 años, Toyota creó un vehículo militar que ha acabado convirtiéndose en un icono para todos los amantes del off-road más puro: el Toyota Land Cruiser, un modelo que ha tenido montones de versiones en todos los mercados donde se comercializa y ha vendido más de 11 millones de unidades.
En nuestro mercado se ha renovado este año, siendo ya muy diferente a sus primeras generaciones, aunque conserve su espíritu de 4x4 indestructible.
En cuanto a la pick-up Toyota Hilux llegó en 1968 como mezcla perfecta entre potencia y versatilidad y, desde entonces, hemos visto nacer a siete generaciones del modelo, caracterizándose todas por su resistencia o durabilidad. No obstante, fueron la cuarta y la quinta (años 80 y 90, respectivamente) las que se ganaron realmente la fama de indestructibles.
Tanto el Toyota Land Cruiser como la Hilux, vehículos 4x4 robustos y maniobrables, fueron decisivos en la guerra entre Chad y Libia, que estalló a finales de los años 70 y se intensificó en los años 80. De hecho, las últimas fases del conflicto acabaron bautizándose como “Guerras Toyota” o “Toyota Wars” por ambos vehículos, que acabaron transformando para siempre la forma en la que se libran ciertos conflictos armados en los lugares más recónditos del globo.
La guerra alcanzó su punto culminante entre 1986 y 1987. Libia, entonces bajo el mando de Muammar Gaddafi, poseía una fuerza bruta que incluía una poderosa tropa de más de 8.000 efectivos, 300 tanques T-55 soviéticos, artillería pesada, helicópteros y aviones de combate. Sin embargo, los soldados libios estaban cansados, desmotivados y desorganizados.
Los chadianos, por su parte, no tenían más que 10.000 soldados muy motivados, sin apoyo aéreo ni tanques blindados. Eso sí, contaban con el apoyo terrestre de Francia y una flota de aproximadamente 400 camionetas Toyota armadas con misiles y ametralladoras. Algunas llevaban incluso misiles guiados anti-tanques ‘MILAN’ (‘Missile d'infanterie léger antichar’), enviados por el Gobierno francés.
Así, contra todo pronóstico, Chad se alzó con la victoria de un largo y cruento conflicto armado desigual desde el inicio. Los Toyota demostraron al mundo cómo la versatilidad y agilidad podían superar a la fuerza bruta de las máquinas de guerra convencionales.
Mientras que los tanques libios presentaban dificultades en terrenos áridos, los Toyota se movían con agilidad y eficiencia. Además, podían transportar a tropas de hasta 20 efectivos y sus armas a gran velocidad, ventaja de la que carecían los tanques rusos.
Uno de los enfrentamientos más decisivos de las “guerras Toyota” fue la batalla de Fada en 1987. En este escenario, las camionetas Toyota lograron rodear y destruir casi por completo a una brigada blindada libia. El saldo fue devastador para los libios: más de 7.500 bajas, cientos de tanques destruidos y aviones inutilizados. En contraste, Chad perdió menos de un centenar de soldados y algunos vehículos.
Ni los Toyota Land Cruiser ni las Hilux estaban blindados ni preparados como vehículos militares convencionales, pero su eficiencia y su capacidad para atravesar terrenos difíciles les dieron una ventaja táctica invaluable.
Además, el consumo de combustible de los Toyota era mínimo en comparación con el consumo masivo de los tanques, lo que permitía una mayor movilidad y menos dependencia de líneas de suministro, algo crítico en los entornos desérticos.
Los Toyota indestructibles: en Top Gear sometieron a la Hilux a todo tipo de pruebas
La resistencia de los vehículos Toyota no se limita solo a los campos de batalla africanos. El famoso programa de televisión británico Top Gear quiso demostrarlo sometiendo a una pobre Toyota Hilux roja de los años 80 a una serie de pruebas extremas: fue golpeada con una bola de demolición, sumergida en agua salada durante horas, incendiada, y hasta demolida junto con un edificio. A pesar de todo, la Hilux sobrevivió.
Estas demostraciones pusieron de manifiesto por qué estos vehículos ganaron tanta popularidad no solo entre los entusiastas de los todoterrenos, sino también entre grupos insurgentes y milicias de todo el mundo.
Desde Nicaragua o Ruanda hasta Yemen y Pakistán, pasando por la ofensiva del Daesh, el autodenominado “Estado Islámico”, en Mosul en 2014, los Land Cruiser y Hilux han estado muy presentes en muchos conflictos a lo largo de los años. Su fiabilidad y capacidad para operar en las condiciones más adversas los han convertido en una herramienta militar no oficial, difícil de controlar y regular en las zonas de conflicto.
Hoy en día, los Toyota Land Cruiser e Hilux han evolucionado significativamente en términos de tecnología y seguridad. Las versiones modernas que encontramos en concesionarios cumplen con estrictas normativas de emisiones y ADAS, algo que los modelos utilizados en las “Guerras Toyota” no podrían alcanzar.
Sin embargo, en muchas partes del mundo, donde las regulaciones son menos estrictas, siguen circulando versiones más antiguas que, a pesar de los años, continúan demostrando su fiabilidad. En aquellos lugares donde los conflictos parecen no tener fin, los antiguos Land Cruiser e Hilux siguen siendo protagonistas, adaptándose a un uso que nunca fue planeado por sus ingenieros, pero que ya se ha convertido en parte de su legado.