Sigo con el relato de la presentación del otro día, esta vez, toca hablar del Xenon. Se trata del sucesor del Telcoline, el anterior pick-up de esta marca. A diferencia del Grand Safari, no es restyling, es modelo nuevo. El propulsor es el mismo, el 2.2 DiCOR de 140 CV y 320 Nm entre 1.700 y 2.700 RPM. De las dos versiones, 4x2 y 4x4, probé esta última. Era mi pérdida de virginidad con pick-up.
El recorrido a hacer era sobre caminos, como hicimos con el Grand Safari, pero con un trazado distinto. Me hice con una versión de cabina simple (2 plazas) que es más racing. Primeras observaciones: el puesto de conducción es un poco más de turismo (salvando las lógicas diferencias) y tras los asientos a duras penas cupieron la cazadora de mi compañero y el maletín de mi ordenador portátil. Como en un roadster de 2 plazas.
Al igual que en el Grand Safari, no me sentí totalmente cómodo ya que el volante sólo se regula en altura, y el asiento sólo en longitud e inclinación. Una vez en marcha, puse el modo 4x4 por mis sospechas de que iba a necesitarlo. En la caravana fui en 3º lugar, el instructor el primero. El ritmo no era tan extremo como antes, íbamos un poco más de relax.
Eso sí, el firme tenía mucha tierra, resbalaba un poquito, y eso lo hacía muy emocionante. Casi todo el rato en 2ª y 3ª, procurando que no cayese mucho de vueltas el motor, aunque resistía bien. Empezó a animarse un poco el cotarro y empezaron las primeras curvas de rally y los primeros amagos de sobreviraje, que eran fáciles de corregir.
El recorrido se hacía divertido, sin ir muy deprisa, comprobando qué tal se agarraba con firme complicado dándole gas generosamente a la salida de las curvas. El Xenon se estaba portando muy bien. Nos detuvimos un momento para poner la reductora y atravesar una zona muy bacheada, pasó sin problemas en 1ª y al ralentí. El Xenon va un poco menos fino de suspensión ya que emplea ballesta semielípticas de 3 piezas en el eje trasero (rígido para más señas), dimos algún botecito sin importancia.
En otro punto del recorrido, tocaba probar las reductoras un poco más en serio. El instructor nos pidió que no entrásemos muy a saco para no levantar las 4 ruedas en el repecho y estropear el recorrido (no parecían importarle las unidades). Como de esto hay vídeo, me dejo de rollos y os lo casco tal cual. La pendiente de descenso impresiona menos en vídeo, pero en persona, llegué a no ver el cielo e impone respeto.
Fue muy curioso, pero la botellita de agua que nos dio la organización, sujeta en su posavasos, no se movió ni un centímetro ni un grado a pesar de los numerosos meneos de los que fuimos objeto (ojo, en el Grand Safari igual). No se puede decir esto de cualquier todocamino. Después de este experimento 4x4, quitamos la reductora y volvimos al punto de reunión, no sin antes divertirnos otro buen rato. Nos metimos por otra pista de tierra donde aligeramos un poco más el ritmo.
El Xenon que iba delante de mi ya levantaba tal polvareda que puse las luces de cruce y antinieblas para que pudiera verme por el retrovisor, de otro modo, complicado. Aparecieron un par de curvas difíciles y ahí la adrenalina me subió hasta las canas. Tocó una cerrada a la derecha, y como calculé un poco mal la frenada (no tiene ABS), se me cruzó unos grados.
Instintivamente, contravolanteé y pude mantener el cruce sin perder la trayectoria y tomé toda la curva así, en plan drift. Mi copiloto se lo pasaba como un chaval. Admito que fue totalmente improvisado, y mis “perseguidores” desaparecieron del retrovisor.
Un poco más adelante, tocó una especie de horquilla a la izquierda, y ya habiéndole cogido el tranquillo, frené, le dejé cruzarse un poco y aceleré a saco para tomar la curva de modo más espectacular en 2ª. ¡Ay madre, qué emocionante! La velocidad máxima que alcanzamos en el recorrido fue 70 Km/h, pero fue más divertido que la prueba del Ferrari en el Jarama, con el coche capado y demasiado buen firme.
Seguimos como medio kilómetro más y llegamos al punto de reunión para tomarnos algo y dejar salir los sudores. Era el momento bajón de la presentación, pero “que me quiten lo bailao”. Me quedó una buena impresión del Xenon por su robustez y eficacia 4x4 incluso en condiciones de semi-competi, pues tendríais que ver cómo estaba el camino de piedras y tierra.
Mañana más, que no me cabe todo. Espero que hayais disfrutado con la lectura tanto como yo al volante.