Hace ya ocho años que Land Rover comenzó a pensar cómo podría sustituir el eterno Defender, en producción desde 1947. Y hace casi cuatro años que el último Defender salió de fábrica, fue en enero de 2016.
Mientras tanto, especulaciones, retrasos, dudas y cambios de diseño del futuro Defender fueron saliendo a la luz. Pero la espera ha finalizado. Ya es oficial, la leyenda que es el Land Rover Defender ha vuelto, con una capacidad off-road intacta y un toque premium para ampliar su base de fans.
Land Rover se enfrentó a un reto que muchos fabricantes temen: sustituir un icono por un modelo nuevo. Volkswagen, por ejemplo, lo logró con el Golf que llegó después del Escarabajo. En cambio, el Porsche 928 que debía matar al 911 no lo consiguió. Porsche decidió finalmente evolucionar el 911 de forma casi continua. Solo el tiempo dirá si la firma inglesa logrará superar este reto.
Un diseño actual lleno de guiños al pasado
De momento sabemos que ha optado por conservar lo que hace la esencia del Defender, es decir, su sencillez de diseño y enormes aptitudes off-road, al mismo tiempo que le confiere un planteamiento más premium y menos radical para gustar a un público más amplio y global.
Del anterior Defender, en el último año de su fabricación, se vendieron 5.000 unidades a particulares y unas 10.000 unidades a flotas. Para que sea rentable, el nuevo modelo debe vender cinco veces más para que, junto con el Discovery, hagan viabla la nueva factoría de Nitra, Eslovaquia, cuya capacidad de producción anual es de 150.000 unidades.
Inicialmente, el nuevo Defender debía ser muy parecido al concept car DC100, y si bien el diseño final tiene cierto parecido con el de ese concept car, tiene un carácter propio. Obviamente no faltan los guiños al Defender, como los voladizos cortos, la línea de caja recta, el capó plano con una protuberancia, la silueta cuadrada e incluso las ventanillas superiores traseras (también conocidas como ventanillas alpinas) y una rueda de repuesto en el portón trasero.
El salpicadero plano, fabricado en aleación de magnesio, es una parte estructural del Defender. En Land Rover han optado por situarlo lo más bajo posible para mejorar la visibilidad en situaciones off-road. Sin embargo, la pantalla digital de 10 pulgadas no está integrada en el salpicadero, parece un añadido. La idea es conservar un cierto toque old school.
La pantalla también muestra el sistema de infoentretenimiento de nueva generación de Land Rover, llamado Pivi Pro. Según la marca es más fácil de usar e intuitivo y requiere hasta un 50% menos de entradas para realizar tareas frecuentes con respecto al sistema actual. Las actualizaciones del sistema se harán de forma remota (over the air).
Personalización extrema para un auténtico todoterreno
El nuevo Defender estará disponible en chasis corto, Defender 90, y chasis largo, Defender 110. Tanto el Defender 90 como el 110 estarán disponibles con asientos laterales plegables (como en los Defender originales), mientras que los 110 más grandes podrán acomodar a cinco, seis o siete personas dependiendo de la configuración.
Con la opción de asiento lateral plegable, el Defender 90 de dos puertas más pequeño puede acomodar hasta seis personas, aunque la configuración estándar es para cinco pasajeros. Por cierto, el Defender 90 puede equipar en opción el techo de tela plegable que cubre todo el coche.
Y es que el nuevo Defender es altamente personalizable. En Land Rover han creado más de 170 accesorios para personalizar el Defender, transformándolo en un heredero del Camel Trophy o bien en un vehículo de trabajo o incluso en un coche de lujo. Casi todo es posible.
Además, Land Rover confía en poder vender además, versiones militares y de servicios de emergencia en varios países. En ese sentido, cabe destacar que el Defender está homologado para soportar 300 kg de peso en el techo, tirar de remolques frenados de hasta 3.500 kg y de hasta 750 kg si no equipan frenos.
En cuanto a su capacidad fuera del asfalto y en terrenos complicados, el nuevo Defender cuenta con 291 mm de altura libre al suelo, un ángulo de ataque de 38º, un ángulo de salida de 40º y una capacidad de vadeo de 90 cm (con un sistema que además cierra herméticamente el habitáculo). La tracción integral es de tipo permanente, con bloqueo de diferencial central, bloqueo activo de diferencial trasero y caja reductora.
Motores diésel, gasolina e híbridos
El nuevo Defender, al igual que su ilustre predecesor, no es un coche pequeño. El Defender 90 mide 4,32 m de largo (4,58 m con la opción de rueda de repuesto exterior) con una batalla de 2.587 mm. El Defender 110, por su parte, llega hasta los 4,75 metros de largo (5,01 m con rueda de repuesto) con una distancia entre ejes de más de tres metros (3.022 mm). Ambas versiones miden 1.996 mm de ancho (sin contar los retrovisores).
En el momento de su lanzamiento, la gama del Defender (ya sea 90 o 110) contará con dos motores diésel, un gasolina y un gasolina mild hybrid, todos de la familia Ingenium y asociados a un cambio automático de 8 relaciones. En diésel, será un 4 cilindros 2.0 litros el encargado de animar al Defender. Estará disponible en versión de 200 CV y de 240 CV, en ambos casos el par motor máximo será de 430 Nm a 1.400 rpm.
Le seguirá en la gama el 4 cilindros 2.0 litros turbo de 300 CV, que ya hemos visto en otros modelos del grupo, y 400 Nm a 1.500 rpm. El tope de gama lo conformará un 6 cilindros en línea de 3.0 litros sobrealimentado por turbo que recibe la ayuda de un motor eléctrico asociado a una batería de iones de litio. Este modelo desarrolla un total de 400 CV y entrega 550 Nm a 2.000 rpm y le otorga al Defender 110 un 0 a 100 km/h en 6,1 segundos (6 segundos en el Defender 90).
A partir, la gama podría ir evolucionando con la llegada de una versión híbrida enchufable, una versión potente realizada por el departamento SVO para rivalizar con los Mercedes-AMG Clase G e incluso una nueva carrocería extralarga, la Defender 130.