No es un videojuego ni una Super Soaker, este arma que dispara un rastreador GPS es lo último en persecuciones policiales

La policía de Nueva York (EEUU) acaba de presentar todo un arsenal tecnológico enfocado a la lucha contra el crimen en la cosmopolita ciudad: los ya conocidos perros robots ‘Digidogs’, el robot autónomo AK5 que patrullará la red de metro, y una curiosa pistola neumática capaz de disparar un rastreador GPS a vehículos en movimiento.

Este último dispositivo, el más novedoso, se llama Guardian-HX y está firmado por la empresa StarChase. Su objetivo es convertirse en una alternativa más segura y eficiente a las persecuciones policiales tradicionales, en las que a menudo la vida de los oficiales y de los civiles corre un gran riesgo.

El último de los polémicos ‘gadgets’ tecnológicos del alcalde de Nueva York

Fuente: NYC Mayor's Office

El alcalde de Nueva York, el ex policía Eric Adams, es conocido entre otras cosas por generar titulares como por ejemplo los que nos dejó con su peculiar campaña del año pasado para intentar acabar con la plaga de ratas que ya asolaba a la ciudad, y que ha afectado a decenas de conductores y mecánicos. En su último anuncio, no ha sido diferente.

“Digidog ya está fuera de la perrera”, ha dicho Adams en plena Times Square al presentar la vuelta de su perro-robot patrulla (también conocido como ‘Spot’) al mayor cuerpo policial de EEUU.

Y es que aunque este llamativo robot con control remoto ya patrulló las calles de Nueva York hace tres años cuando estaba al mando de la ciudad Bill de Blasio, tras una operación que desató la controversia en 2021, el proyecto acabó cancelándose.

Ahora la idea de Adams es mandar de avanzadilla al sabueso fabricado por Boston Dynamics (propiedad de Hyundai) a incidentes difíciles con sospechosos potencialmente peligrosos en los que los agentes corran especial riesgo, como en los secuestros de rehenes, o a amenazas bomba.

No quiero perder más policías. Estamos invirtiendo en seguridad pública”, dijo el demócrata.

Además de la vuelta de ‘Digidog’ al cuerpo policial neoyorquino, el conocido como “cruce de caminos más famoso del mundo” fue testigo de la presentación de dos gadgets tecnológicos más recién llegados para combatir la delincuencia de la ciudad, y que se pondrán a funcionar próximamente como parte de un programa piloto de seguridad.

Por una parte, encontramos un robot con forma de cono que irremediablemente nos recuerda al ‘R2D2’ de la saga ‘Star Wars’ o al ‘Dalek’ de ‘Doctor Who’. 

Este robot autónomo al que Adams ha comparado “con un aspirador Roomba”, y que en realidad fue bautizado en su día como AK5, tiene como misión patrullar y registrar todo lo que sucede en la red del suburbano, cuya seguridad está hace tiempo en entredicho.

Por otra, sorprende la llegada de la pistola neumática Guardian-HX, cuyo diseño se basa en el del fusil AR-15. En esencia, este dispositivo contiene un GPS cuyo extremo es adhesivo y que se activa al impactar en el vehículo perseguido. Según el fabricante, este GPS se desplaza a una velocidad de hasta 60 km/h y tiene un alcance directo de 10 metros.

Una vez situado en el vehículo al que se pretende rastrear, el dispositivo transmite datos de ubicación en tiempo real a la central de la policía, lo que permite a los oficiales seguir la trayectoria del vehículo en fuga y planificar su estrategia en consecuencia. Si se falla con el primer tiro, habrá que recargar.

Las voces en contra de este despliegue tecnológico para la policía de Nueva York no se han hecho esperar. Entre otras cosas, porque sólo los dos 'Digidogs' han costado más de 750.000 dólares (algo más de 680.272 euros) y cada Guardian HX costará varios miles de dólares (aún por especificar). 

Los principales recelos giran en torno a qué y cuánta información recopilarán los robots y quién tendrá acceso a esa información. 

Por ejemplo, Donna Lieberman, directora ejecutiva de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, ha declarado al New York Times que “el Departamento de Policía incumple sistemáticamente una ley que le obliga a revelar detalles sobre el uso que hace de las nuevas tecnologías”. 

Lieberman ha calificado al ‘Digidog’ como “una máquina de vigilancia distópica de valor cuestionable y con consecuencias potencialmente graves para la privacidad”, una postura que organismos como "Surveillance Technology Oversight Project" (STOP) apoyan, y que las autoridades neoyorquinas rebaten, en pro de la seguridad.

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