Parece que la fase de pruebas que Uber estaba llevando a cabo con los vehículos de conducción autónoma se está complicando más de la cuenta. A la compañía de transporte, después de que su flota de coches que se conducen solos fuese expulsada de San Francisco tras un accidente, se le repite la historia.
Después de que el viernes pasado uno de sus Volvo XC90 se viera involucrado en un choque en la ciudad de Tempe y terminase recostado sobre su lateral derecho, Uber ha decidido retirar temporalmente el programa de pruebas. Tras el volante del Volvo viajaba un empleado de la compañía, aunque la culpa no fue suya ni tampoco del coche que en ese momento se encontraba en modo de conducción autónomo.
El periodo de pruebas de Uber en suspensión
Cuando la policía acudió al lugar de los hechos e investigó lo ocurrido, concluyó que la culpa fue del otro vehículo implicado en la colisión. El choque lateral fue lo suficientemente fuerte como para tumbar a la mole sueca de más de dos toneladas y causar daños materiales en otros dos vehículos después de que el culpable se pasase por el forro las normas de tráfico al llegar a la intersección.
Pese a que nadie ha salido herido de este incidente y al apoyo directo del Gobernador de Arizona, Doug Ducey, Uber ha tomado la decisión de aparcar sus coches autónomos. Se desconoce cuándo retomarán las pruebas pero después de conocer que de media cada 2 kilómetros estos vehículos necesitan la intervención humana es posible que se lo tomen con calma antes de volver a sacarlos a la calle.
Con todo esto, sabiendo que el sistema dista de ser perfecto y que el apoyo al servicio de transporte autónomo es tibio por parte de los clientes es posible que esta iniciativa haga mella en los planes de Uber. La mejora en el sistema de cara a la experiencia del pasajero ha sido notable durante los últimos meses, veremos si no aparcan el proyecto de manera definitiva. Sería una pena para el desarrollo de la tecnología.
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