Ya sabemos que los rusos tiene ventaja a la hora de probar coches autónomos: temperaturas extremas, mantos de nieve que cubren los sensores LIDAR y una red de carreteras apenas asfaltadas. Pero además del frío, el sol se presenta como otra enemigo de la tecnología autónoma.
Según un informe de Bloomberg, demasiado sol puede causar estragos en los vehículos sin conductor. Específicamente, los efectos de las tormentas solares en los GPS.
¿Tienes a mano el papel de plata?
El director del observatorio de gran altitud en el Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Boulder, Colorado, Scott McIntosh, advierte que las erupciones solares pueden causar un aumento masivo en la actividad geomagnética y la radiación, y pueden detener la conexión de datos entre el GPS de un vehículo y los satélites que suministran la información al vehículo.
Este meteorólogo espacial cree que los coches autónomos podrían llegar a detenerse ante una tormenta solar y esperar a que volviera la conexión, con la implicaciones en materia de seguridad que eso conllevaría. Por lo tanto, la dependencia de la tecnología autónoma en la geolocalización es peligrosa, según esta teoría.
McIntosh ve un futuro en el que tanto los conductores como los sistemas autónomos y de Inteligencia Artificial tengan que consultar el parte meteorológico espacial para saber si hay peligro de que se produzcan parones.
"Las tormentas solares se clasifican en una escala de cinco pasos, la más grande de las cuales puede paralizar redes eléctricas internacionales, noquear satélites y aplastar las comunicaciones de radio en el lado iluminado de la Tierra".
Pero que no cunda el pánico.
Los coches autónomos ya no necesitan depender de la señal GPS para mapear su entorno en tiempo real, pues softwares como el de la empresa Oxbotica, llamado 'Selenium', solo necesita utilizar una unidad dentro de los vehículos que tiene dos cámaras estéreo y dos escáner láser, con los cuales crea un mapa 3D en tiempo real que utiliza para realizar operaciones como navegar o frenar de forma autónoma.
La telefonía móvil, el WiFi o el sistema de comunicación entre vehículos V2V, las soluciones en la nube, los sensores LIDAR y sus precisas cámaras pueden dibujar mapas de alta precisión que se actualizan periódicamente sin necesidad de mirar al cielo.