Posiblemente no lleguemos a ver nunca uno de estos por nuestras carreteras, pero el plazo para hacer pedidos del Jeep Grand Cherokee Trackhawk ya está abierto. Este SUV de absoluto récord con el motor de un Dodge Challenger SRT Hellcat dispara su potencia hasta los será es el todoterreno de serie más potente del mundo, y no, no es nada barato.
Haber cogido a un gran SUV como el Jeep y trasplantarle el corazón de un Hellcat no es algo precisamente sencillo, especialmente sabiendo que a nivel de chasis hay que modificar prácticamente todo para que la bestia pueda transferir tanta potencia al asfalto con un mínimo de seguridad. El resultado es tan bruto como su precio, un precio que supera incluso al del Challenger SRT Demon.
1.000 dólares más por un SUV de 134 CV menos
Por un precio de partida de 86.995 dólares (transporte incluido), es un incremento notable, de casi 20.000 dólares con respecto al Grand Cherokee SRT8 que cuesta 66.895 dólares y cuenta con una razonable potencia de 480 CV, quedándose casi 1.000 dólares por encima del precio del Dodge Challenger SRT Demon (86.090 dólares) y sus temibles 851 CV.
Sobre el Cherokee SRT8, el Trackhawk añade un equipamiento compuesto por enormes frenos con pinzas Brembo de seis pistones, llantas de 20 pulgadas, suspensión rebajada y ajustada y un nueva transmisión que entrega reparte la enorme potencia entre las cuatro ruedas.
Recordemos que el engendro en cuestión calza un motor HEMI de ocho cilindros en uve y 6.2 litros de cilindrada, y que con sus 717 caballos 3,5 segundos de 0 a 100 km/h, 11,6 segundos para despachar el cuarto de milla y velocidad máxima de 289 km/h, roza los límites de lo físicamente posible para un SUV.
Con unas cifras así, esta sobrada 100% americana es normal que no llegue a Europa. Es más, parece exagerado incluso para las carreteras de Estados Unidos.