La marca de superlujo del grupo BMW preguntó a sus clientes mediante encuesta si aceptarían un motor de gasóleo en su gama. La respuesta ha sido contundente: no. Que ni se acerquen a un Rolls-Royce, no estarán interesados en comprarlo.
Tampoco pretenden seguir el camino de Aston Martin, Bentley o Lamborghini de fabricar un SUV. Ni se lo imaginan. Como es una marca de bajo volumen, y no compiten por vender más, no les importa renunciar a esos nichos de mercado que la competencia sí está pensando en explotar.
Pocas marcas se han posicionado de forma tan clara en ese sentido, aunque claro, su clientela ya está más que convencida. Además, los Rolls no son coches para hacer barbaridades de kilómetros que justifiquen ese tipo de motores, ni son apreciadas sus ventajas frente a sus monstruosas mecánicas de gasolina.
Por lo tanto, algunos podrán dormir tranquilos hoy. La información es interna de la marca, obtenida gracias a los topos de Autocar, parece bastante fiable. Pero ojo, esto se interpreta también de otra forma: si quisieran vender más, y la clientela lo aceptase, adivinad qué podría llegar a pasar…
Fuente | Autocar
