Rolls-Royce ha querido sacar a su SUV Cullinan del entorno urbano y nos ha regalado unas imágenes del enorme coche de la firma británica trotando por las dunas del desierto árabe. Así, ha puesto a prueba sus 2.735 kg, su motor V12 y sus 571 CV para demostrar que el lujo no está exento de aventura.
Mejor guardar las copas de champagne
El Rolls-Royce Cullinan aterrizó en 2018 como el primer SUV de la firma de lujo, y ha sabido encontrar su hueco. De hecho, la marca centenaria cerró 2019 con récord de ventas gracias al Cullinan, que se convirtió en el modelo que más rápido ha vendido Rolls-Royce en su historia.
Y para demostrar las capacidades del SUV, ha estado de aventura en el desierto en su acabado Sapphire Black. Por si fuera poco, el Espíritu del Éxtasis iluminando -por cierto, prohibido en la UE- ha mostrado el camino.
Con unas medidas de infarto (es 20 cm más largo que el Bentley Bentayga y 35 cm más largo que el Range Rover LWB), es capaz de surfear las dunas con soltura gracias a las suspensiones independientes a las cuatro ruedas, con doble paralelogramo delante y multilink detrás con amortiguación neumática y barras estabilizadoras activas.
También ayuda una capacidad de vadeo de 540 mm.
Para este tipo de viajes fuera del asfalto, el conductor puede accionar el botón "off-road" (que en Rolls-Royce llaman "Everywhere") y que equivale al modo todoterreno automático. Gestiona 12 elementos del motor, transmisión y suspensión para salvar cualquier obstáculo. También puede seleccionar los modos nieve, arena y rocas.
El motor no podía ser otro que el V12 de 6,75 litros de cilindrada, como marca la tradición, y que desarrolla 571 CV a 5.000 rpm. Entrega un máximo de 850 Nm desde tan sólo 1.600 rpm.
Hace poco Rolls-Royce presentó la renovación de un modelo icónico: el Ghost. Con aún mejores acabados, más tecnología, una estética renovada y la misma mecánica V12, tiene pinta de que también será un superventas entre los bolsillos más abultados.