¿Pueden multarme si me dan un beso mientras conduzco? Sí, y no hace falta que se trate de un morreo ni de que hagáis los dos práctica alguna de contorsionismo lúbrico. Nos lo cuenta Zoraida en Facebook, que multaron a una conductora por "mantener actitudes cariñosas con el acompañante", lo cual debió de tocar especialmente la moral al agente que la vio recibiendo un besito de su novio.
Lo explican en forma de crónica en La Voz de Galicia, así que no es cuestión de robarles el relato, pero la noticia aunque parezca de guasa no lo es. La Guardia Civil de Tráfico se preocupa por estas cuestiones si circulamos por O Carballiño (Ourense). Apelan al consabido Artículo 18 del Reglamento General de Circulación y se quedan más anchos que largos. La agraciada con esta gracia pagó 40 euros por recibir este beso. Menudo beso de Judas resultó ser el de su novio...
No, ahora en serio, que a la pareja le sorprendió la multa como nos habría sorprendido a cualquiera. El Reglamento General de Circulación recoge cualquier acción que no esté estrictamente relacionada con la conducción bajo el paraguas de la atención permanente y la libertad de movimientos:
"Artículo 18. Otras obligaciones del conductor
1. El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos."
Y luego ya viene lo de los móviles y los navegadores, y todo eso. A la conductora le impusieron una sanción debido a una infracción leve por la módica cantidad de 80 euros, y cuando la sancionada dijo que no se lo podía creer, le vinieron a decir que si se lo tragaba sin más y apoquinaba, se le quedaría en 40 euros con el descuento. ¿No es maravilloso el mundo este de la seguridad vial?
La pregunta es: ¿Hasta qué punto un beso en la mejilla a modo de saludo se considera distracción? ¿Y hasta qué punto obstaculiza las funciones de un conductor? La chica receptora del malvado ósculo intempestivo insiste en que ella ni siquiera se giró para corresponder a su casto novio —que aún está flipando y no por el beso precisamente—, de manera que lo de la libertad de movimientos, como que está pillado por los pelos según su opinión. Quizá esto debería contemplarse en el nuevo Reglamento, si es que algún día llega, y modular este tipo de infracciones en función de la fogosidad de la gente.
Vía | La Voz de Galicia. ¡Un saludo para Zoraida!
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