Por norma general pasamos mucho tiempo de nuestra vida sentados en el asiento del coche aunque sólo lo utilicemos como medio de transporte puro y duro, si hablamos de profesionales del volante las cifras pueden ser espectaculares. Es cierto que el diseño y los materiales empleados para la fabricación de los asientos ha mejorado con los años, pero se puede dar un paso más.
¿Has podido ver y probar los asientos delanteros de un SEAT 600? La ergonomía brilla por su ausencia. Los asientos modernos poco tienen que ver, son mucho más cómodos y seguros, pueden contar con múltiples regulaciones e incluso calefacción, ventilación y masaje hasta en modelos generalistas del segmento C. ¿Se puede mejorar? Claro que sí, con este sistema de sensores.
La compañía BeBop ha desarrollado un sistema de sensores para poder calcular con detalle la presión que ejerce el cuerpo sobre el asiento en diferentes posturas y con diferentes morfologías de ocupantes. Esta tecnología permite conocer esta información en tiempo real y controlando los movimientos del ocupante, lo que podría aplicarse no sólo para mejorar la comodidad, también para hacer reaccionar los airbags de diferente manera en caso de accidente cuando, por ejemplo, el ocupante lleve las piernas cruzadas o en función de su peso o tamaño.
Esta estera de sensores tiene un grosor de un milímetro y no cuenta con partes móviles, lo que le hace adaptable a cualquier tipo de asiento en el momento de su fabricación.