El Ayuntamiento de Pontevedra ha instalado un límite de velocidad de 10 km/h en todas las calles del centro de plataforma única, es decir, con un solo nivel de altura para carretera y acera, en las que convivan peatones y vehículos.
Según explicó el concejal de Movilidad de Pontevedra, Demetrio Gómez, la medida afecta, además de las vías del casco histórico, a una quincena de calles limítrofes del entorno urbano, incluyendo los accesos por el Camino Portugués, como O Gorgullón, además de Arzobispo Malvar, Plaza de España, Michelena, Riestra, Gutiérrez Mellado, Plaza de la Peregrina y el primer tramo de Benito Corbal.
Las nuevas señales del límite de velocidad se comenzaron a instalar en la madrugada de ayer jueves, con el objetivo de trasmitir mayor sensación de seguridad, especialmente a niños y personas con movilidad reducida que transiten por la zona.
Una vez establecido el nuevo límite de velocidad, el más bajo establecido en España, se "estudiará su funcionamiento", explicó Demetrio Gómez, y si el resultado es positivo, podría extenderse a otras zonas de la ciudad con plataforma única en la que transiten viandantes y haya tráfico rodado coches, motos, bicis, patinetes, etc).
A 30 km/h en ciudad
Con esta medida, el Consello de Pontevedra impulsa aún más la restricción de velocidad a 30 km/h en vías de un carril por sentido que recoge la modificación del Reglamento de Circulación y que aprobará próximamente tráfico.
A pesar de que esta iniciativa aún está en trámites ministeriales para su entrada en vigor a nivel general, hasta un total de 19 ciudades españolas la han implementado ya: Oviedo, Bilbao, Burgos, Madrid, Valencia, Barcelona, Pontevedra, Soria, Zaragoza, Pamplona, Soria, Palma de Mallorca, Las Palmas, Cádiz, Málaga, Murcia, Salamanca, Córdoba y Cuenca. A nivel internacional, Londres, Dublín o París, entre otras, también tienen limitada la velocidad a 30 km/h.
Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2011 sobre atropellos y velocidad, el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello se reduce como mínimo cinco veces si la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h en lugar de 50 km/h, límite de velocidad actual en el resto de urbes.
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