El auge de la electromovilidad trae consigo un inevitable aumento de la siniestralidad y , por desgracia, de un mal uso de los vehículos, como es el caso de las bicis eléctricas.
Y si miramos a un paraíso de la bici, como es Países Bajos, el problema es aún mayor: 2022 fue el año con más accidentes mortales de bicicletas de la historia del país. Parte de culpa la tienen la bicis eléctricas modificadas ilegalmente, por ello la policía holandesa ha recibido una herramienta infalible para pillar a los infractores: 247 bancos de potencia.
Según explica la propia Policía de Países Bajos, en los últimos años ha aumentado considerablemente el número de accidentes con lesiones graves a ciclistas y a su vez están viendo cómo crece el número de bicicletas con asistencia al pedaleo transformadas ilegalmente en las llamadas 'speed bikes' o 'speed pedelec'.
Estos vehículos superan los 25 km/h de las bicis eléctricas -llegan hasta los 45 km/h- y tienen un motor cuya potencia puede llegar a alcanzar los 4000W. De hecho, la DGT las considera ciclomotores de categoría L1e (vehículos de motor de dos ruedas ligeros), y su conducción está regulada como tal.
Y la policía está viendo que se venden como bicicletas con asistencia al pedaleo, pero en muchas 'speed bikes' esta asistencia al pedaleo puede seguir superando los 25 kilómetros por hora. "Además, algunos modelos cuentan con un motor de más de 250 Watts o un acelerador que permite circular a más de 6 km/h sin pedalear", detallan.
Para detectarlos más allá de los radares, se está dotando a la policía de nuevos bancos de pruebas capaces de comprobar la velocidad de ciclomotores y scooters, pero también si las bicicletas eléctricas, speed y fat bikes cumplen la legislación aplicable. Para ello, se sujetan al banco de pruebas con correas tensoras y un agente de policía pedalea en hasta que cese la asistencia del pedaleo. El límite legal para bicicletas eléctricas es de 25 kilómetros por hora y para speed pedelecs es de 45 kilómetros por hora.
Las multas por trucar un bici eléctrica
Si el conductor de una bicicleta eléctrica o de una pedelec comete una infracción, la policía puede imponer una multa de 290 euros en Países Bajos. Y en caso de múltiples infracciones, la policía también podrá confiscarla.
En Francia son mucho más estrictos y desde 2021 está prohibido que un particular, un vendedor minorista o un fabricante aumente la potencia del motor para superar los 25km/h con asistencia al pedaleo en el caso de las bicis con asistencia al pedaleo o los 45km/h en el caso de las 'speed bikes'. La multa es de hasta 30.000 euros y un año de cárcel.
En España esto se regula bajo el reglamento 168/2013, que estipula que "si las bicicletas han sido modificadas para vulnerar el Artículo 2.2.h. en cuanto a potencia, velocidad o forma de entregar la potencia pasarán a formar parte de la categoría L1e-A (ciclo de motor) o L1e-B (ciclomotor de dos ruedas)". Además recoge lo que debe ser a nivel legal una bici eléctrica:
"Bicicletas equipadas con un motor eléctrico auxiliar, de potencia nominal continua máxima inferior o igual a 250 W, cuya potencia disminuya progresivamente y que finalmente se interrumpa antes de que la velocidad del vehículo alcance los 25 km/h o si el ciclista deja de pedalear".
En caso de incumplirlo, el conductor puede enfrentarse a un delito contra la seguridad vial, entre otros.
