Un invento gallego puede ser la solución definitiva para acabar con los conductores kamikazes

En principio, las señales de tráfico verticales y horizontales, son suficientes para impedir que alguien se meta por una calle o una autopista en dirección prohibida. Sin embargo, no siempre es el caso y se dan situaciones de conductores kamikazes, sea de forma voluntaria o no.

El inventor gallego José Manuel Pato González ha imaginado un sistema que impide físicamente que un coche u otro vehículo se adentre en una vía en dirección prohibida, mientras que permite que los coches que circulan en la dirección correcta puedan pasar sin barreras físicas y seguir su camino.

La solicitud de patente fue publicada el 1 de agosto y está todavía en tramitación como un modelo de utilidad. Según la DGT, entre 2014 y 2018 se registró en España una media de 17 accidentes frontales por “conductores kamikaze”, provocando una media de 10 muertos y 12 heridos graves al año. En el conjunto de Europa se producen unos 4.500 accidentes de este tipo cada año.

Un sistema que no daña a los coches

El invento consiste en «un impedimento físico para acceder a las vías de dirección prohibida, permitiendo la salida de los vehículos que circulen correctamente», según recoge La Voz de Galicia.

El sistema que quiere patentar es una «plataforma retráctil de polímeros elastómeros o de metal, de tal forma que el usuario de las vías puede salir sin ningún tipo de impedimento, cuando circule en el sentido correcto y autorizado, facultando y/o impidiendo la entrada por dirección prohibida» explica al diario gallego.

José Manuel Pato es un inventor prolífico, con patentes en seguridad vial (tiene patentado un sistema de bolardos conectados a los semáforos que impediría el atropello de los peatones) o en el ámbito de la salud. Sin embargo, este nuevo invento cobra una especial relevancia en la comarca de origen de su inventor.

José Manuel Pato es vecino de Laxe (A Coruña), en la Costa da Morte, siendo la autopista AG-55, que une A Coruña con las comarca de la famosa costa gallega. La AG-55 tiene además el triste privilegio de ser una de las autopistas de España en la que más casos de kamikaze se han dado en los últimos años.

Algunos de los casos más sonados datan de 2010 (con una persona fallecida), de 2016 (con un herido leve), de 2019 (circulando varios kilómetros sin causar accidente) y de 2020, donde otros usuarios de la autovía consiguieron detener al kamikaze. Este mismo 2023, se volvió a repetir un incidente similar el pasado mes de mayo, saldándose con un herido leve.

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