Vueltas y vueltas y más vueltas. El vídeo marea solo de verlo: un taxi autónomo de Waymo se quedó atascado en una pequeña rotonda, circulando en bucle en su interior. Lo grabó un peatón que pasaba por allí y un tuitero ha tirado de ironía publicando el vídeo: "Perdón, llego tarde, mi robotaxi de Waymo está dando 37 vueltas a una rotonda".
En realidad, y afortunadamente, no había pasajeros dentro durante este vertiginoso y mareante periplo del robotaxi. No es la primera vez que un robotaxi de esta compañía firma un hacer errático. Esta vez no tuvo consecuencias, a diferencia de otras ocasiones.
El enésimo incidente de un taxi autónomo
El vídeo del Jaguar I-Pace de la flota de Waymo, la firma de robotaxis de Alphabet (Google), se ha hecho rápidamente viral en Twitter y objeto de gracietas varias de otros usuarios de la red social de Elon Musk. Uno propone ponerle la sintonía de Benny Hill de fondo. Lo cierto es que mejora.
El autor del tuit, que en realidad replica un vídeo de la cuenta @arizonagram de Instagram, posiblemente estaría bromeando con lo de las 37 vueltas a la mínima rotonda adornada con palmeras, ubicada en un barrio residencial de Phoenix. En el vídeo propiamente lo vemos dar un total de seis. En realidad no se ha determinado cuantos giros dio antes de salir, por fin, de la rotonda.
Según publica TechCrunch, Waymo confirmó a dicho medio que la firma había solucionado este nuevo problema mediante una actualización de software, sin dar más detalles del incidente. También que no llevaba pasajeros en ese momento.
Se entiende no obstante que los asistentes remotos de Waymo lo sacaron del eterno bucle fijando un nuevo punto en su mapeo: los operarios de la firma no pueden tomar el control en remoto de los coches, así que la solución pasa por redigirlo vía GPS. De haber dado 37 vueltas, habría estado cerca de tres minutos atascado incansablemente en esa glorieta.
A vueltas con los problemas de los taxis que conducen solos. Los robotaxi de Waymo operan en tres ciudades de EEUU: San Francisco, Los Ángeles y Phoenix. Y han ido ampliando su radio de acción, así como su flota de vehículos formada por más de 700 taxis sin conductor. Desde este verano, firman 100.000 trayectos al día.
Durante los dos años que llevan prestando servicio han protagonizado unos 20 incidentes. El más grave: el atropello de un ciclista en una zona de baja visibilidad. También uno de estos Jaguar I-Pace ha llegado a circular en dirección contraria.
Los robotaxi de Waymo han firmado igualmente surrealistas capítulos con errático hacer: en uno de los párkings a los que acuden cuando no prestan servicio se dedicaron días y días a pitar en una sinfonía infinita a horas intempestivas, no dejando dormir a los vecinos de esta zona de San Francisco. Esto lo ocasionó una actualización que los hacía activar el claxon como aviso, si detectaban un posible choque a bajas velocidades.
Si bien a Waymo no se le ha prohibido de momento operar tras estos incidentes, lo que sí le ocurrió a los robotaxis de su rival Cruise (General Motors), sí que está siendo investigada por ello. Además ya ha efectuado retiros para ajustar su software.
En el caso de la rotonda infinita, dado que era una zona residencial, no afectaría mucho a la circulación de otros vehículos. Pero en otras ocasiones los robotaxis han causado estragos en la circulación: los de de Cruise llegaron a atascar calles enteras en el centro de San Francisco porque su GPS les reunió allí por error.
A la fiesta de los robotaxis quiere sumarse Tesla: la firma de Elon Musk ya ha presentado su coche autónomo que a diferencia de los de Waymo y los de Cruise no tiene pedales ni volante. Musk ve en el coche autónomo el futuro de los coches. Pero en este negociado solo hay dos empresas que ya operan: la propia Waymo y Cruise, que General Motors acaba de cerrar por su baja rentabilidad y los muchos dolores de cabeza que le ha dado esta filial.