Desde Brest (Bielorusia) nos llegan unas impactantes imágenes que podrían haber sido mucho más desagradables. Es una demostración perfecta de porqué el ESP y las ayudas electrónicas son una bendición incluso en ciudad, a lo largo de una aburrida avenida de doble carril por sentido.
Por delante del Alfa Romeo veremos a un trabajador vestido de naranja, tirándose delante del tráfico como si estuviese ciego o tuviese una prisa salvaje. En el carril derecho, una mujer que conduce un Mercedes CLK se topa de repente con él en el suelo, pero reacciona a tiempo y lo esquiva; el bordillo ya no.
Es un auténtico “p’habernos matao”, sin ayudas electrónicas solo un conductor experimentado y con nervios de acero habría evitado un mal desenlace: habría tenido que elegir entre atropellar a ese hombre o chocar contra el poste eléctrico. Esto es un mensaje para todos aquellos que creen que las ayudas son solo para los conductores torpes.
¿Qué impulsó al trabajador a pasar delante de los coches como un vendedor de pañuelos en un semáforo? Estaba completamente borracho. La mujer ha dañado su coche contra el bordillo (rueda, suspensión y paragolpes), pero lo importante es que no hubo heridos. También comprobamos que el buen estado de ruedas y frenos podemos necesitarlos en el momento más inesperado.
Vía | Autoblog
Fuente | The Best of Brest (en ruso)
Vídeo | Youtube
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