Siete

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HOY SE HABLA DE

Así pensando un poco sobre los factores de riesgo propios del conductor (drogas variopintas, distracciones y cansancios, falta de adecuación de velocidades y distancias, infracciones en general y todo lo que huela a actitudes chungas al volante) ya hace tiempo que vi claro que en muchos casos todo se resume en una palabra: ética. Algo que en las aulas se nos enseña de malas maneras sin que tengamos muy claro qué es y qué deja de ser, más allá de la asignatura maría del año.

Sin embargo, no nos equivoquemos, lo básico para abordar la fauna en ruta que nos rodea es la cuestión actitudinal, la axiología (del francés axiologie, y este del griego ἄξιος --digno, con valor-- y otra vez del francés -logie, -logía; en resumen: teoría de los valores) que condiciona todas y cada una de las decisiones que tomamos en relación con eso de movernos con un coche por la calle. Unas decisiones que comienzan mucho antes de poner el motor en marcha.

Siglos ha, un grupo de personas vieron claro que la ética era algo que merecía la pena ser contado. Y de ellos, unos cuantos trazaron unas cuantas metáforas para hacer más apetecibles sus enseñanzas. Además, algunos encontraron una forma de enseñar esto con compacidad, reuniendo en el siglo III los ocho principales defectos que debía evitar todo ser humano, cuatro por excesos y cuatro por carestías: gula y ebriedad, avaricia, lujuria, vanagloria, ira, tristeza, pereza y orgullo.

Más tarde, en el siglo VI, el papa Gregorio Magno eliminó la tristeza de la lista por entenderla derivada de la pereza y glosó los siete pecados capitales (esto es, que engendran el resto): lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y soberbia. Y sí, esos siete pecados, si los sacamos del ámbito religioso, no dejan de ser actitudes que deberíamos evitar a la hora de conducir, por aquello de poner en práctica nuestro sentido de la ética al relacionarnos con los demás.

fauna en ruta: ética

Siete actitudes perniciosas para conducir

Lujuria (del latín luxurĭa, que equivale a abundancia y a exuberancia) es esa actitud que lleva a más de uno a hacerse con un coche incompatible con la vida normal de una persona normal. Por ejemplo, un Hummer para ir a comprar el pan. Sí, el dinero es suyo y se lo gasta como quiere, faltaría más, pero los demás no tenemos la culpa de ello. Y las aceras que pagamos entre todos, tampoco.

Pereza es ese alejamiento de las obligaciones que hace que el conductor sea manifiestamente incapaz de realizar gestos básicos como poner en marcha un intermitente, mirar y luego ejecutar una maniobra, ceder el paso cuando corresponde, volver al carril derecho tras un adelantamiento, abandonar una rotonda desde el carril exterior, poner en marcha las luces al entrar en un túnel...

Gula es la necesidad de sentirse satisfecho llenando la barriga con comida y bebida por encima de las propias posibilidades. Hasta reventar, vamos. De forma análoga, en el coche veríamos a esos seres que se emperran en llevar el motor al corte en primera antes de cambiar de marcha, por ejemplo. Alimentación a tope para un aire más enrarecido y para una balanza de pagos más castigada.

Conducción iracunda, road rage

Ira es lo que siente más de un conductor cuando, al ponerse a los mandos del vehículo, experimenta eso que llamamos el paso de Mr. Walker a Mr. Wheeler. Ahí los psicólogos especializados en conducción tienen en la llamada road rage uno de sus campos de investigación predilectos, y es que no hay nada tan apasionante para ser estudiado como un conductor al que se le va la olla y empieza a hacer el temerario porque sí, porque le ha dado un siroco.

Envidia es ese deseo insaciable de ser como el otro. ¿Que el vecino se ha comprado un coche nuevo? Yo también y además el mío está en el mismo segmento, pero es mejor. ¿Que dice que fue de Matalascañas a Fuente la Higuera en cinco horas? Yo en cuatro. ¿Que me cuenta que le pusieron una multa de 300 euros por correr? Pues la mía va a ser de 500, a ver qué se ha creído el muy imbécil.

Avaricia es esa voracidad que lo mismo lleva al conductor a comprar el coche más grande que haiga que le hace conducir por tres carriles a la vez, y aún le sobra una rueda. También es el impulso que lleva al conductor a cambiar repetidamente de carril en una caravana, buscando la caja rápida a la vez que produce un problema de dimensiones épicas por el efecto acordeón. Y sí, el agonías que acelera a fondo para frenar a saco en el semáforo de 80 metros más allá también vive la avaricia a su modo.

fauna en ruta: actitud soberbia del conductor

Soberbia es la madre de todas las actitudes contrarias a una conducción segura y eficaz, por cuanto de ella derivan todas las demás. Encontramos soberbia, como sobrevaloración de uno mismo, en aquel conductor desafiante que cree ser más avispado que los demás, en el que te reta continuamente, en el que dice que él sí que es buen conductor, a diferencia de los demás, en el que cuando chocáis te dice que no sabes con quién estás hablando. Y tú lo sabes, claro: estás hablando con un soberbio. Y, tal vez, también con un inepto.

Y sí, detrás de todos y cada uno de estos factores actitudinales verás a cualquier conductor de esos que tan a menudo nos rodean. E incluso, de vez en cuando, si eres especialmente crítico te verás a ti mismo. Y a mí. Todo está en vencer a tiempo a la tentación y no seguir cayendo en estas trampas de nuestra propia mente. Cuestión axiológica, cuestión de valores.

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Comentarios cerrados
    • Qué complicado me resulta no incurrir en la ira con la cantidad de cenutrios que hay sueltos (y sí, me incluyo a mí mismo de vez en cuando).

    • Bonita manera de enfocar nuestros pecados Camós, ahí están todos aunque nunca hemos pensado que sea pecar ser un necio al volante, pero lo es y mucho como demuestras. Yo personalmente, con el tiempo y la experiencia, me he librado de la ira que era tal vez mi mayor pecado. Lo he cambiado por la comprensión, ahora pienso que cuando alguien es torpe o estúpido al volante no lo hace concretamente por fastidiarme a mí. Del mismo modo ya no me solivianto si hace mal tiempo, si hay atasco o si baja el Dow Jones, ahora entiendo que no pasan todas esas cosas por arruinarme el día o por mortificarme, aunque también lo hagan. Parece una tontería, pero no pasar tus días al volante airado constantemente vale mucho dinero, contante en combustible, averías, multas o cosas peores y sobre todo de ese otro dinero que como dicen en el anuncio no tiene precio, llegar a casa de buen humor con los tuyos, que se te eleven las pulsaciones solo viendo un partido de fútbol y por encima de todo tomar conciencia a diario que en la carretera vas rodeado de personas como tú, con sus problemas, virtudes y defectos, que en ningún modo han salido a circular para ofenderte o arruinarte el día, y que de su acierto y bondad dependerá algún día que tus errores no acarréen consecuencias mayores, porque los errores propios pueden tardar más, pero siempre llegan.

      Finalmente constatar que cuando la ira no te acompaña tienes más posibilidades de obrar correctamente y no caer en los otros seis que has dicho. Sin embargo a veces ves alguno de los que te rodean que es cualquier cosa menos persona, entonces si me lo suelo tomar como algo personal, contra la humanidad concretamente.

    • Pues yo incluiría otro pecado que no sé en cuál de los siete meter (¿quizás a medio camino entre la pereza y la soberbia?: es la actitud de 'esconder la cabeza bajo el ala y conducir cuando no se está en condiciones': ¿que no he dormido bastante y no estoy en plenitud de condiciones para conducir? Conduzco igual, ¡sólo faltaría!. ¿Qué llevo un catarro de cuidado? También conduzco igual. Estoy convencida de que en este país que se duerme tan poco se evitarían muchos accidentes si durmiésemos un poco más.

    • Lo que para mí no tiene discusión es que en Gran Bretaña -el país donde me saqué el carnet- se puede conducir durante miles de kilómetros en todo tipo de vías sin un solo incidente llamativo/peligroso, mientras que en España -el país donde vivo- no se puede rodar más de cinco minutos sin encontrarte a algún neandertal sin ningún tipo de educación.

      En España parecen enseñar a los conductores a ser unos cafres, o, sobre todo, unos egoístas. Conducen solos, a su alrededor no hay nadie.

      Mi respuesta -ya preparada de antemano- si alguna vez vuelvo a molestarme en "hablar" con alguno de estos individuos:

      "Sí, ya sé, no me digas más; que tú haces lo que te sale de los co****"
      (y quién me creo que soy yo para decirte nada).

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    • Avatar de adm1968 Respondiendo a adm1968

      Has dado en el clavo. Al volante, los siete pecados capitales podemos resumirlos en uno: EGOÍSMO.

      En España no se vigila ni castiga el comportamiento egoísta. Es extremadamente raro ver a las autoridades multar a alguien por no respetar la distancia de seguridad, no ceder el paso, no usar intermitentes, no mirar por el retrovisor, circular por el carril que no debe o pisar líneas continuas. Mientras sigan limitándose a controles puntuales de alcoholemia (que están muy bien) y a acechar con el radar del coche patrulla aparcado en el arcén, jamás evitarán los accidentes.

      Te tomo prestada la respuesta para el próximo neandertal con el que me tope :)

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    • Avatar de Respondiendo a

      Como te dicen no es solo premium vs generalistas el problema detectado. De hecho yo siempre he dicho que las pruebas de aceleración de vehículos, tanto el 0-100 como el 80-120, no deberían hacerse en línea recta, si no en cambio de carril. Cuando después de esperar paciente a que alguien consiga maniobrar y dejar libre el ansiado carril izquierdo, tan pronto pisa las líneas discontinuas te parece ver el compresor de Mad Max a las máximas revoluciones, sus neumáticos dejan sobre el asfalto las huellas ardientes de el DeLorean de regreso al futuro, y aquél estorbo manifiesto que te llevó esperando un kilómetro a 110 o menos, constatas que para ser adelantado es necesario que tu coche alcance en ocasiones los 160. Cuando asisto a esos prodigios de la mecánica cuántica (por lo de cuántos imbéciles hacen lo mismo) me digo: vamos allá, hasta que reviente la borrica, y pasar paso. El día que me inmortalice la verde excediendo los límites ante una de esas memorables maniobras ese será el día en que haré parar a semejante cretino, y antes de desearle que se gaste en tiritas lo que a mí me multen me encargaré de dejarle en la cara los argumentos necesarios para que eso ocurra.

      Así que da igual que vayas en un 600 o en un Testarrosa, el cretino que te precede obrará por igual.

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    • Avatar de toni22m Respondiendo a toni22m

      Pues si llega ese día de "dejarle en la cara los argumentos necesarios", estarás, ademas de poniéndote a su misma altura, incurriendo en varios de los pecados de esta lista.

      A todos nos molesta que el del carril derecho acelere cual Alonso cuando intentamos adelantarle con el control de crucero activado (y por lo tanto a velocidad constante), pero si en ese momento nos hacen un retrato, sera nuestra culpa, ya que nadie nos obliga a exprimir el motor y acabar el adelantamiento cueste lo que cueste. Lo más sensato, sonreir y volver tranquilamente al carril derecho.

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    • Avatar de spook Respondiendo a spook

      Nunca dije que no deseara ponerme a su altura.

    • Avatar de Respondiendo a

      También el generalista se "pica" cuando va a adelantar el premium...ayer mismo un mondeo iba a 120 por el carril izquierdo estando libre el derecho, y delante mia un 607 al que no dejo pasar por nada del mundo, cuando se cambio al derecho para adelantarle el mondeo empezo a acelerar...asique eso de premium nada, son los conductores, no los coches

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    • Avatar de Respondiendo a

      A mi esos acelerones de SUVS premium me han servido en muchas ocasiones para seguir con mi camino mas placenteramente. Cuando por alguna secundaria me encontraba a alguno de esos mastondontes de la época de la burbuja a paso de tortuga simplemente con hacerles el amago de adelantarlos salían disparados echando su correspondiente fumata negra tras de ellos como diciendo..."a mi me vas a adelantar tu!!!!!"

    • ¡Muy buen reportaje de los siete pecados capitales de la conducción!

      La verdad es que a muchos nos haría falta leer esto de vez en cuando.

    • Muy buen artículo Josep. En el caso de la lujuria y los tanques que aparcan encima de la acera creo que merece un capítulo aparte, no se si es que yo me fijo más pero puede que exista alguna relación entre tener un coche de más de 2 toneladas (X5, Q7, XC90) y tener que aparcar encima de la acera?¿

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    • Avatar de emc2 Respondiendo a emc2

      Es la misma relación que existe entre ser perro y lamerse el capullo. La razón es, sencillamente, ***porque pueden***. (Esto del "porque pueden" es universal y aplicable en muchísimos otros casos.)

      ¿Qué sentido tendría gastarse un dineral en un tanque de estos si no es para hacer uso de la cualidad que más los distingue? ;)

    • Comentario moderado
    • Tus fauna en ruta siempre son muy buenos, pero el de hoy es magnífico. Excelente articulo que te hace reflexionar sobre cómo somos cada uno, entender por qué el otro hace lo que hace y adquirir una perspectiva global de la acción de conducir, que muchos de nosotros tenemos tan mitificada.
      Si esto se enseñase en los colegios, otro gallo nos cantaría, y sin gastar ingentes cantidades de dinero en macrocampañas publicitarias.
      Por mi parte, me guardo esto en favoritos. Presiento que me será muy útil en un futuro con mis hijos...

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