Por ejemplo

Por ejemplo
13 comentarios

¡Cómo somos las personas en internet! El vídeo del profe de Bélgica que hacía que sus alumnos enviaran mensajes para concienciarles de lo difícil que es mantener la atención al volante mientras manejamos un móvil (más, en Circula Seguro, en Circula Seguro otra vez y en Motorpasión Futuro) propició algunas quejas porque el profesor no llevaba el cinturón puesto.

Y sí, ya sabemos que los profes, al menos en España, estamos exentos de usar el cinturón al dar clase dentro de ciudad, pero no es esa la cuestión. La historia está en que mosquea ver que alguien que trata de concienciar sobre un problema de seguridad vial prescinda de un elemento de seguridad vital. Como que no casa una cosa con la otra, ¿verdad? Hablemos hoy de estas batallitas que se conocen con una expresión de tan sólo dos palabras combinadas en locución: dar y ejemplo.

ejemplo.
(Del lat. exemplum).
dar ~.
1. loc. verb. Excitar con las propias obras la imitación de los demás.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

En realidad, hablamos del debate sobre el papel social de las personas que intervienen en esta materia tan de todos nosotros que es la seguridad vial. ¿Es el profesor un completo referente para el alumno? ¿O quizá es posible que ese papel no esté tan determinado como eso? Ya digo que la cuestión no es de las de responder “verdad” o “mentira” sino que admite opiniones a favor y en contra.

fauna en ruta: dando ejemplo

Alguien tiene que dar ejemplo

Dejemos al profesor belga sin su cinturón (de seguridad, quiero decir) y fijémonos en esos agentes de Policía que dejan el coche en la zona de carga y descarga o en el paso de peatones para irse al bar a tomar un café, que están que se caen de sueño, por ejemplo. Duele a la vista ese coche de Policía ahí, ¿verdad? Más de lo mismo: si ellos no dan ejemplo, ¿quién lo va a dar?

Esa es una buena pregunta. No porque la haya formulado yo, pero lo es. La legitimación de una norma por parte de la sociedad pasa por unos cuantos requisitos, y uno de ellos es que haya alguien con carisma o principio de autoridad que otorgue una cierta credibilidad a lo que se está diciendo que hay que hacer. Si no, mal asunto para esa norma.

Mal asunto, porque por muy legítima que sea la norma no estará legitimada, y pasará a ser una de tantas leyes que se dictan con suma facilidad para que queden ahí escritas, que el papel todo lo aguanta, también con suma facilidad. ¿Te suena lo de “estas normas no se las cree nadie”? Pues eso.

Legitimidad y legitimación

Es necesario que las normas sociales (y las leyes se supone que lo son) se perciban como algo propio, como algo que toca hacer por lógica, y un buen punto consiste en que esas normas de convivencia las refrende alguien con autoridad: un padre, un maestro, un médico, un agente de Policía…

De todas formas, eso de “si ellos no dan ejemplo, quién lo va a dar”, ¿representa un compromiso perpetuo? Es como lo de los polis de las pelis que no beben cuando están de servicio. Después del turno, ¿se pillan una turca para compensar? O ahí va otro ejemplo de cómo no dar ejemplo: los médicos que antaño fumaban dentro de la consulta. Ahora al menos lo hacen fuera.

Recuerdo que cuando me preparaba para profe, alguien se preguntó si ante un alumno teníamos que ser todos como la esposa del César 24/7. Si yo de lunes a viernes explico los peligros del alcohol al volante y el sábado y el domingo conduzco bebido, ¿mi actitud es más reprobable que la de otro conductor que haga lo mismo pero sin dedicarse al gremio de la concienciación?

Formación vial y compromiso moral permanente

No somos ángeles, pero se intenta

Acabo con una anécdota gamberrilla de mis tiempos de profe. Es una historia que he explicado varias veces, así que perdóname si ya te la conté. Sé que por todo lo que he dicho hoy nunca debería haber hecho aquello pero, ¡qué demonios! (vaya, me he tragado a un doblador de película para adolescentes), la ocasión bien lo merecía. Y diría más: creo que hasta lo requería.

Sucedió un día aciago. Volvíamos de examen con el coche cargadito de calabazas. Mira, cosas que pasan, yo qué sé. Conducía yo, y a mi lado se sentaba, cuidando de no tocar los pedales, un alumno otrora risueño, aquel día con cara de lógica tristeza. Atrás, dos chicas igualmente cabizbajas. Yo tampoco puedo decir que estuviera contento precisamente. Un coche fúnebre, vamos.

Llegamos a un semáforo por el que pasábamos en cada práctica, ya al lado de la autoescuela. Es un semáforo que se hace muy largo, aunque en rojo dura sólo un minuto y medio más o menos. Estoy primero de la fila. Se enciende la luz verde y, como por arte de magia, suena un claxon. La conectividad, ya se sabe. Es un mercedacos de esos que se compran por metros de eslora, tripulado por un tipo de unos sesenta años que emana prepotencia desde la montura dorada de sus gafas.

Conductor enfadado

Grita algo y pita mucho.

Miro al alumno de mi derecha y con esa sonrisa asimétrica tan mía, que muestro hasta en la foto de mi boda (te lo juro), le propongo: “¿Lo calo o qué?” “Va, pasa, pasa…”, me responde él con desgana, pero ya es demasiado tarde. Mi pie izquierdo ha saltado. Miro al alumno como si se hubieran cambiado los papeles y él fuese ahora mi profesor. En mi nuevo rol, arranco el coche e intento salir, pero el coche se me vuelve a calar. El tipo del mercedacos no para de pitar y bracear, como loco.

Los alumnos empiezan a reír, sabiendo que están asistiendo a la infantil venganza de un profesor que está harto de que, día sí, día también, una panda de energúmenos piten a los chavales que sin querer calan el motor y se sienten mal por ello. Hasta siete veces se me cala en un trayecto de 60 metros. El tipo del mercedacos ha elevado las estadísticas anuales de contaminación acústica él solito.

Los chavales ya no están tristes, sino aliviados por partida doble. Porque ya han superado un poco la frustración del suspenso y porque ven que alguien comprende lo que ellos sienten cuando les hacen sentir unos inútiles al volante. Doble alivio para ellos, sí, aunque sea a costa de darles un mal ejemplo. Pero… eso: ¡Qué demonios! No siempre uno puede ser un ángel conduciendo. ¿O sí?

Temas
Comentarios cerrados
    • brillante

      Muy buena anédota Josep, me he reido bastante imaginándome la situación. Me ha recordado mucho a cuando yo era un aprendiz al volante, y cada vez que me pitaban mi profesor siempre me decía - ¡Bah!, tu ni caso. Tendrá prisa porque se estará cagando -. Y ahora, con 13 años de carnet sobre mis espaldas prometo que nunca he pitado a un coche de autoescuela que iba delante mia, por mucho que me estuviera "cagando". Solamente hace falta recordar que uno también fue un alumno y que nadie nace sabiendo (no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a tí).

      El hombre sólo puede llegar a ser hombre a través de la educación; sólo es lo que la educación hace de él, y la disciplina es lo que primeramente transforma la animalidad en humanidad. Por eso, si desde pequeños no nos inculcan urbanidad ("eso no se hace"), ¿cómo vamos a apreciar de mayores lo que es moral? ("eso no debe hacerse"). Tal y como dejas entrever, cada uno acaba por parecerse a lo que imita, por eso sostengo que la urbanidad conduce a lo moral. Todos los padres deberían saber esto; es lo que se llama educar a los hijos. Y si no hemos sido bien educados... ¿vamos a saber educar bien a nuestros descendientes?.

    • La verdad, se puede ser inconsciente o despreocupado pero no en ciertas circunstancias. Vamos, que puedo entender que un tipo muy seguro de sí mismo no se ponga el cinturón para un trayecto urbano y corto conduciendo él, pero que un profesor de autoescuela, que debería saber con qué material trabaja, le deje los mandos a un alumno y vaya sin cinturón me parece de suicida directamente. ¿O estáis tan alejados de la realidad como para suponer que no hay peligro? Hasta aquí mi comentario suena a medio broma, pero realmente nunca entenderé que un conductor por tener que dedicarse a ello profesionalmente pueda prescindir del cinturón de seguridad. ¿Acaso si algún día debo yo conducir varias horas me lo puedo quitar también? ¿Tal vez cuando haya conducido 2 horas sería suficiente? Si molesta, molestará a todos sea cual sea el tiempo que se use, y si es necesario lo es para todos aunque solo sean 5 minutos.

      Por cierto, la prepotencia se puede ver subida en un Mercedes y en un Vespino, en realidad lo que vemos es la estupidez, y esa no entiende de clases.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de toni22m Respondiendo a toni22m

      Ah, sí, lo del Merche era por ilustrar, no por ofender. :-)

      Y sí, yo también estoy de acuerdo en que el cinturón es necesario desde el minuto cero. Yo tampoco entendí nunca las excepciones (aunque entiendo por qué las pidió cada uno de los afectados).

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de josepcamos Respondiendo a Josep Camós

      Ya supuse, ni te imaginas las veces que he ido en Vespino.

    • Avatar de toni22m Respondiendo a toni22m

      Yo siempre he entendido que lo de que el profesor se pueda quitar el cinturón de seguridad es "una medida de seguridad" aunque parezca contradictorio... A mí mi profesor me agarraba el volante para enseñarme a manejarlo, pero a otros se los agarraba para no estamparse... eso sí, a pesar de ser mayor, tenía reflejos para cogerlo! En cuanto a lo del vespino, ya quedan pocos, pero han sido sustituidos... (que conste que yo he llevado y sigo llevando una de las sustitutas, jeje!)

    • Si lo más endiablado que has hecho al volante es calar el coche en venganza por tener un triste detrás tuyo pitando... la mujer de más de uno puede ir preparando un bocata con una lima dentro :P

    • Yo tuve una vez una parecida. Un camión se me acercaba por detrás en un tramo de población limitado a 50, lleno de radares y famoso por su peligrosidad (travesía de Vidiago en el Unquera-Llanes). Yo que no me puedo permitir el lujo de pagar una multa de tráfico, a 50 como un bendito en mi moto. El camión empieza a darme las largas y a pitar, metiéndoseme encima de la moto como para que acelere, en ese momento (insensato de mi) se reduce "misteriosamente" la velocidad de mi moto a unos 35-40 km/h, en los que se mantiene hasta que se acaba el tramo de limitación de velocidad, donde salgo zumbando antes de que me meriende un camión :D

      Vale, si, es una p**ada para el camionero, pero ir a alguien en moto metiendo morro con un camión pitando y dando las luces no es la mejor manera de demostrar la "profesionalidad" al volante.

      Curiosamente algo parecido me pasó el otro día en un tramo en obras en Holanda, pero es que el 1.0 del Opel Agila que llevaba no aceleraba lo suficiente para pasar de 80 a 120 rápidamente xD

    • Prohibido estacionar y detenerse yyyy zas crown victoria policial aparcado xd

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de markgt Respondiendo a Mark Zabaleta

      ¡¡¡Noooo!!! Prohibido parar y estacionar. Detenerse es lo que haces en una emergencia, en un atasco o para cumplir con un precepto reglamentario (por ejemplo, que te dé el alto un policía o cumplir con un semáforo en rojo). Si el coche de Policía estuviera detenido por avería, sería correcto que permaneciera en ese punto de la calle. :-)

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de josepcamos Respondiendo a Josep Camós

      perdon perdon despiste xd ;)

    • Que se joda el del Mercedes... Mira, voy a contar yo una parecida:

      En una calle dentro de poblado, en la que circulábamos normalmente, empieza a pitarnos el coche de atrás. Pero no pitaba de forma "normal" (si es que hay una forma normal de hacerlo), eran pitidos super cortos y constantes, como con guasa... Llegó a tocarme los "cataplines", frené, puse el freno de mano, le dije al alumno que esperara un segundo, me bajé del coche y me acerqué al otro conductor. Le cambió la cara tío, porque antes lo veía por el retrovisor como riéndose y ahora estaba super serio, entonces le pregunto:

      - ¿Querías algo? - No, no, nada. - Como nos estabas pitando... - Es que estaba saludando al del piso de arriba.

      Al mismo tiempo señalaba un piso en el que no había nadie y que desde el rato que hacía que estaba pintando, casi ni se distinguiría persona alguna. Era evidente que se había "achantao", que desde el anonimato del coche todos son muy chulos, pero en persona les vuelve la educación de repente.

      Conste que ha sido la única vez que he hecho algo así, y lo hice sin enfadarme, sin gritar, ni nada por el estilo... vamos algo parecido a lo que contabas en tu caso.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de kibbu Respondiendo a Kibbu

      kibbu, no digo que no tengas razón con lo que has hecho, pero ten en cuenta que hay mucho chalado por ahí y es posible que otro no se achante.

    • Leyendo tu experiencia con el conductor del "Mercedacos" me he acordado de una anecdota, permitidme que la comparta:

      recientemente me he sacado el carnet de moto. Para los que no lo sepáis, cuando circulas por la calle vas en tu moto delante y el profesor de la autoescuela te sigue detrás en coche. Pues bien, en una práctica de circulación, saliendo de la autopista, un cani, creyéndose Schumacher, con su Hyundai Coupe de octava mano adelanta a mi profesor, cerrándole el paso, se mete por el cebreado y se queda a un palmo detrás de mi moto. En ese mometo veo más abajo una señal de límite de velocidad, al mismo tiempo que mi profesor me dice que me eche a la cuneta y le deje pasar, no sea que tuviéramos un accidente.

    Inicio
    ×

    Utilizamos cookies de terceros para generar estadísticas de audiencia y mostrar publicidad personalizada analizando tu navegación. Si sigues navegando estarás aceptando su uso. Más información