El duque de Edimburgo, marido de la reina Isabel II de Inglaterra y también conocido como príncipe Felipe, ha sido noticia este fin de semana por hacer pública su renuncia a la licencia de conducir.
Evidentemente, la notoriedad de este hecho viene marcada por que se trata del consorte de Su Majestad británica pero, mirándolo fríamente, la noticia es que un anciano de 97 años ha renunciado a ser conductor. La decisión la ha tomado tras ocasionar un accidente de tráfico y que, por supuesto, trascendió a la opinión pública.
El pasado 17 de enero, el consorte real conducía su Land Rover Freelander por la A149, en las inmediaciones de la propiedad que tiene la Casa Real británica en Sandringham (Norfolk), cuando, al incorporarse a dicha carretera, chocaba contra un Kia para acabar volcando lateralmente.
El príncipe Felipe salió ileso en el accidente, pero no ocurrió así con una de las ocupantes del modelo surcoreano, Emma Fairweather, que acabó con una muñeca fracturada y varios cortes en una rodilla. En el momento de la colisión, en el Kia viajaban además un bebé de nueve meses y la madre del mismo, que era quien conducía. Ninguno de los dos resultaron heridos.
Según recoge El País, el incidente provocó no pocas criticas en los medios de comunicación ingleses, ya que el consorte real tardó bastante en disculparse: lo hizo cinco días después con una carta que fue publicada por el Sunday Mirror. No obstante, tras la polémica generada, el duque de Edinburgo ha optado finalmente por renunciar a su permiso de conducir.
Este nuevo capítulo sirve para avivar un debate de sobra conocido: ¿debería fijarse una edad máxima para conducir? Dicho límite no está estipulado en Reino Unido como tampoco lo está en España.
"En condiciones normales, habría visto el coche"
Según el comunicado emitido por el Palacio de Buckingham, al que ha tenido acceso la BBC, la decisión de renunciar a su permiso de conducir ha sido tomada personalmente por el príncipe Felipe: "Después de una cuidada consideración, el duque de Edimburgo ha tomado la decisión de entregar voluntariamente su licencia de conducir".
Éste ya había admitido además su responsabilidad en el accidente, señalándose como causante del mismo. Sin embargo, según puede leerse en su carta de disculpa, también argumentaba que seguía en plenas condiciones para conducir: "El sol brillaba bajo en la carretera principal. En condiciones normales, no habría tenido ninguna dificultad para ver llegar el tráfico... pero sólo puedo imaginar que no vi venir el coche, y estoy muy arrepentido de las consecuencias".
No obstante, además de no apreciar el automóvil que circulaba por el carril al que se incorporaba, el duque de Edimburgo tampoco llevaba puesto el cinturón de seguridad, tal y como informó en su momento la policía de Norfolk. Tuvo suerte por tanto de no resultar herido en el accidente, como también de que no hubiese que lamentar males mayores en el caso del otro automóvil implicado.
Renuciar al carné de conducir es más sencillo con chófer
Según confirma la BBC el consorte real ya ha entregado su licencia al departamento de policía de dicho condado británico, cuya devolución a la Agencia de Licencias para Conductores y Vehículos (DVLA por sus siglas en inglés) ya se está tramitando.
Hay que señalar que, más allá de seguir disfrutando a los mandos de una máquina, renunciar al carné no supondrá un gran prejuicio para el príncipe Felipe, ya que tiene a su disposición un chófer.
No así ocurre con la mayoría de los mortales: hay conductores de avanzada edad que sólo tienen la opción de seguir conduciendo su automóvil como único medio de transporte, ya sea porque viven en zonas rurales o mal comunicadas. De ahí que este debate tenga muchas aristas y que los departamentos de tráfico no hayan tomado una decisión concluyente.
En Reino Unido, al igual que en nuestro país, no está determinada legalmente una edad máxima para conducir, aunque los médicos suelen recomendar a los conductores mayores de 65 años que renuncien al volante, ya que las capacidades psicomotrices así como la visión o la audición se ven resentidas en este colectivo. En España hay cerca de tres millones de conductores que superan dicha edad.
En el caso del duque de Edimburgo, que se retiraba de la vida pública en verano de 2017, es de sobra conocido su delicado estado de salud: la pasada primavera tuvo que someterse a una operación de cadera. El sentido común, en estos casos, es el mejor compañero.
