La nueva movilidad tras la pandemia se convertido en el centro del último debate en el que ha participado la DGT, el Servei Català de Trànsit, la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco y el departamento de Mobilitat del Principado de Andorra.
"Si hemos podido con la pandemia de coronavirus, ahora tocará ir a por la pandemia de los accidentes de tráfico y la estrategia no difiere demasiado: prioridad política, poner recursos, vigilancia y control de las normas y concienciar a la sociedad civil", ha dicho el director de la DGT, Pere Navarro, en un seminario organizado por Fesvial.
Los ejes de la era post COVID-19
Navarro cree que los accidentes de tráfico es un tema que habrá que volver a colocar en la agenda política cuando pasemos a la era post COVID-19. Y es que las restricciones a la movilidad están dejando cifras de desplazamientos y siniestralidad históricas.
En general ha habido un descenso de la movilidad del 80 % durante el periodo de confinamiento, aunque el transporte profesional ha estado en torno a la mitad, con un aumento de fallecidos en accidentes con vehículos pesados del 23 %, cuando normalmente se sitúa en torno a 3 %.
En el caso de Andorra, con una red viaria de unos 400 km y un parque de 75.000 vehículos que recibe unos 4,5 millones de vehículos visitantes cada año, la movilidad se redujo en un 95 % entre el 16 de marzo y el 20 de abril.
Este enorme parón ha permitido al país estudiar y analizar las diferencias en la movilidad para cambiar las estrategias: "Andorra antes de la crisis tenía unos 355.000 desplazamientos diarios y hemos podido discernir como pondera cada sector en la movilidad y así tener una visión más clara del impacto que representa", explica el responsable del Departamento de Mobilitat de Andorra, Jaume Bonell.
Y añade: "El teletrabajo se ha visto como una opción real". De momento Andorra tiene estrategias en vías de aprobación para fomentar el uso de la bicicleta por el valle central de Andorra, regular el transporte de mercancías en unas horas determinadas y potenciar el transporte público.
Para Navarro este periodo debe servir de reflexión y sobre todo de preparación para impulsar las estrategias adecuadas que den en el callo cuando todo empiece a volver a la normalidad (que será cuando aumente el tráfico rodado y por tanto la siniestralidad).
"Teníamos preparadas las campañas de seguridad vial habituales de cara el verano, coordinadas con el SCT y la DGT y ahora nos da un poco de respeto el efecto fin de cuarentena," apunta Bonell.
En el País Vasco también se están preparando para afrontar una nueva situación en la movilidad: "Esta crisis sanitaria lo ha removido todo y estamos analizando qué es lo que está pasando en el comportamiento del tráfico, la accidentalidad, las intensidades de la movilidad en función de las distintas etapas y fases del estado de alarma y ver qué estrategias podemos ir implementando" señala la directora de Tráfico de Euskadi, Sonia Díaz de Corcuera.
En resumen, el coronavirus ha obligado a replantearse la forma en la que nos movemos, poniendo el teletrabajo por fin en la posición que merece, resaltando la necesidad de potenciar los desplazamientos a pie y en bici y dejar atrás la masificación de las ciudades.
Aunque por desgracia, los accidentes de tráfico seguirán ahí, y los responsables deberán adaptar los mensajes que lanzan a la ciudadanía, y priorizar la educación vial.
"Este año vamos a acabar con una cifra histórica que no será mérito de las administraciones, será culpa del COVID-19", reflexiona el director de la DGT.
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