Cuando hablamos de darle caña a una moto o a un coche, la idea que nos pasa por la cabeza no es esta que vemos en las imágenes. ¿A 299 km/h por una carretera de doble sentido en mitad de Suecia? ¿Es que las albóndigas de allí llevan ahora algo que afecta al cerebelo de la gente? Mejor no preguntar demasiado. Lo suyo es ir a quemar adrenalina a un circuito.
En la escena que vemos, el conductor del Mercedes SL 63 AMG sale del pueblo que atraviesa dando un acelerón bastante... saleroso. El conductor de la Yamaha R1, que sigue al Mercedes, decide hacer lo propio y lanzarse a la caza y captura del deportivo. No vamos a aburrir a nadie con los obvios riesgos que corren ambos, así que simplemente me pregunto: ¿Qué sentido tiene hacer esto?
Vía | German Car Scene. ¡Un saludo para Alisa y otro para Javi!