Las aglomeraciones de tráfico son sin duda uno de los grandes problemas del transporte por carretera, sobre todo en grandes ciudades y zonas metropolitanas. Mejorar las infraestructuras es siempre una tarea pendiente, pero no por añadir más carriles a una carretera se mejora el tránsito necesariamente. Muchas veces lo único que se consigue al aumentar la capacidad de una vía es atraer aún más tráfico, por lo que los atascos siguen presentes.
Una de las soluciones más extendidas en diversas ciudades son los carrilles para vehículos de alta ocupación o VAO, que lo que consiguen es reducir el número de automóviles que circulan por la vía, ya que para el transporte de dos, tres o cuatro personas ya no son necesarios dos, tres o cuatro coches, sino únicamente uno. Además, éstos carriles suelen conseguir también una circulación más ágil. Basándose en ésta idea, en Estados Unidos proponen los llamados carriles inteligentes.
Los cofundadores del servicio de transporte Lyft (parecido a Uber pero más desenfadado), John Zimmer y Logan Green, proponen este modelo de los carriles inteligentes, capaces de reducir el tráfico y por tanto la contaminación y el tiempo empleado por los usuarios en sus desplazamientos diarios (hasta 3.000 horas dedica el americano medio a lo largo de su vida a circular atascado). Además, la idea no supone grandes inversiones, en ningún caso.
Siendo reducir el número de vehículos en la carretera el objetivo final de este sistema, Zimmer y Green plantean que estos carriles inteligentes puedan ser utilizados por vehículos con tres o más ocupantes (actualmente muchos de los carriles VAO o Carpool se pueden usar con 2 o más), aunque también podrían ser utilizados por coches que no cumplan esta norma, previo pago de una cuota flexible que dependerá del momento del día, entre otras cosas. Además, en las horas de bajo tránsito, estos carriles inteligentes tendrán estatus de carril convencional, abiertos a todo el tráfico.
La lógica de esta propuesta es la implementación de carriles especiales sin necesidad de construir más específicamente para tal fin, ya que cualquier carril convencional podría ser "inteligente", o incluso ciertas calles o carreteras enteras podrían hacer las veces de carril inteligente. Además, estos emprendedores proponen que lo que se recaude por el acceso de vehículos de no alta ocupación, sea destinado íntegramente a la mejora y mantenimiento de las propias infraestructuras.
¿Qué carriles podrían usarse como carriles inteligentes? Eso ya depende de cada administración local o regional, según Zimmer y Green, quienes deberían estudiar el tráfico y las necesidades de cada zona para implementar una estrategia que realmente consiga el objetivo marcado: reducir la intensidad del tráfico y tener menos coches en la carretera.
La idea, que no es nueva, ya es implementa de manera similar en algunos lugares como el Estado de Washington, cerca de Seattle, donde se utilizan peajes con tarifas flexibles para coches con pocos ocupantes y gratuitos durante las horas de baja intensidad de circulación. Como en los carriles VAO españoles, el mínimo es dos personas por vehículo, aunque los carriles inteligentes de los creadores de Lyft proponen al menos tres ocupantes.
Vía | Medium