Así vivimos la SEAT León Eurocup 2014 en Barcelona
Cuando SEAT me llamó para asistir a los días finales de la SEAT León Eurocup 2014, dos ideas me pasaron por la cabeza: 280 monos dale que te pego al bombo bajo el capó de un SEAT León Cupra, y la vaga noción de que me esperaba un día diferente, porque ir por ahí con SEAT supone, por lo general, acabar haciendo cosas poco habituales en prensa de Motor.
Total, que acepté la invitación para asistir al Circuit de Barcelona-Catalunya-C17-Montmeló-Vallès Oriental-España-Planeta Tierra con la incertidumbre de saber qué habría que hacer realmente allí. Se celebraba la penúltima jornada de la SEAT León Eurocup 2014, llevaban un día de jornada previa y aún quedaba un último día, que se había concebido como remate de fin de fiesta de cara a los trabajadores de la marca. Y a mí me tocaba acudir en medio de todo aquel sarao.
Por suerte, nuestro contacto en SEAT es una persona muy metódica y eficiente, así que cuando llegué al circuito ya llevaba yo en el bolsillo la agenda del día que me había llegado puntualmente por correo electrónico. El problema era que la agenda en sí tampoco aclaraba mucho:
- 11:00 Llegada a Montmeló y acreditación en Hospitality SEAT
- 11:15 Desayuno en Hospitality
- 12:15 Inicio del Paddock tour (Xavi Carrasquilla)
- 13:00 Inicio del Grid walk (parrilla de salida)
- 13:15 Seguimiento de carrera en Box de SEAT Sport
- 13:55 Pódium
- 14:30 Comida en Hospitality
- 16:00 Pancours (experiencia de conducción CUPRA)
- 17:00 Inicio de Race Lap
- 18:15 Finalización de jornada
A primera vista se intuía una jornada relajada, más si comparábamos los puntos del programa con el ritmo de algunas presentaciones de coches al uso. Aprovechando que la zona del Pancours estaba tranquila, tras tomar un zumo de naranja en el Hospitality adelantaríamos la agenda y empezaríamos por lo más fácil de asimilar: probar el SEAT León Cupra en un divertido circuito de conos.
Y dicho y hecho.
Probar el SEAT León Cupra en un divertido circuito de conos
El SEAT León Cupra de 280 CV es uno de esos compactos deportivos que prometen diversión a raudales sin que uno sepa muy bien si cumplirá con sus palabras o si se quedará todo en uno de tantos ejercicios de quieroynopuedismo que iluminan nuestro panorama de forma habitual. Por eso me parece una buena idea que nos dejen probar, ni que sea por un ratito, cuáles son sus cualidades en manejabilidad, aceleración y dinámica en general. Una forma como otra de darle vueltas al Cupra.
Pero para darle vueltas de verdad nos han montado un circuito de conos que nos obliga a realizar giros y contragiros bruscos con el volante. Lo intento una primera vez y… ¡uf!, el coche parece que reacciona bien, pero el circuito es demencial. Difícil de seguir a la primera, a la segunda, a la tercera… Luego otros compañeros e incluso algún ingeniero de SEAT me confirmarán que no he sido yo el único lerdo que se ha perdido, más bien al contrario: los únicos que parecen saber trazar el recorrido infernal entre conos son los monitores del curso.
Cansado de acelerar y frenar a saco —por cierto, hay que ver con qué inmediatez reacciona la caja DSG y lo brillante que es la reacción del monstruito— le paso el timón al instructor, que me pega toda clase de bandazos mientras me pregunta si me encuentro bien. Este hombre no debe de saber lo que es enseñar a conducir a señoras de más de 50 años a primera hora de la tarde, con los macarrones recién comidos que se pelean con los bruscos calados del motor. Total, que como estoy curado de espantos le digo que por mí ya puede continuar, aunque lo fundamental se aprecia haciendo el bestia con el coche… y también yendo a un ritmo más de conductor estándar.
Es una dulce sensación. Le giras el volante sin miramientos y el chasis te sigue de forma instantánea. Con ESP (mi caso) y sin ESP (su caso), el León Cupra traza fiel a lo que le pedimos. Sorprende gratamente en estabilidad, y sorprende aún más en nobleza al acelerar y al frenar. Si el SEAT León SC ya nos gustó tanto en su presentación ante los medios como cuando lo pillamos al vuelo en una vuelta rápida por el Salón de Barcelona, el SEAT León Cupra me parece, al menos por el momento, un compacportivo bastante, bastante redondo.
Total, que sí. Que si bien un campo de conos es un entorno artificial, no me cuesta nada imaginarme al SEAT León Cupra por alguna carretera repleta de curvas, siguiendo el trazado como está mandado. Me queda la duda sobre el comportamiento de la suspensión, pero como la última vez que hice una de SEAT me aburrí porque no había nada que rechistar, casi que voy a optar por hacer una extrapolación y aceptar a ciegas sus muelles, amortiguadores y gestión.
Paddock tour, o cómo meter la nariz hasta la cocina
Nos vamos a echar un vistazo por el paddock, que ahí al lado del Hospitality tienen expuestas un par de unidades del SEAT León Cup Racer, y eso merece la pena ser visto de cerca. Sus 330 CV de potencia y 350 Nm de par los sentiremos más adelante; ahora toca verlos quietecitos, mansos en manos de sus cuidadores, que nos abren las puertas, nos permiten mirar y tocar… entrar hasta la cocina. Sin problema, oiga.
Yo, que no sigo las competiciones de Motor por lo menos desde que il professore se cambió de calcetines, asisto al espectáculo casi con ojos de foráneo y de neófito. Me divierte contemplar el trabajo de ingeniería realizado para despojar los Cup Racer de todo cacharro superfluo que pueda aportar masa al vehículo, y automáticamente pienso en la rama comercial, mi día a día, y en la de cachivaches que objetivamente no son necesarios para conducir un coche.
La sensación al asomar la nariz en aquel habitáculo se me antoja difícil de explicar. Quizá es algo parecido a lo que debe de pensar un naturalista cuando explora el nido de unas aves que han salido a volar. Resulta curioso pensar que en ese mismo cubículo Laia Sanz ha trabajado duro, acaso viviendo sensaciones parecidas a aquellas que nos explicaban los pilotos de Le Mans. El lugar respira magia incluso para un tipo poco mitómano como yo.
Esta unidad ha sido preparada para resistencia, es el León con el que Laia Sanz ganó Las 24 Horas de Barcelona, y eso hace que el depósito de carburante llegue a cargar con 100 litros de gasolina. El consumo puede alcanzar los 40 litros para una carrera de unos 50 kilómetros; no estamos hablando de un mechero, precisamente, aunque nos comentan que en las últimas preparaciones beben algo menos. Antes debían de ir con el camión de Repsol detrás, por lo menos.
Nos llama la atención el alerón que calzan los dos Cup Racer. No es enorme, no necesita tanto downforce como todo eso. Sus anclajes con la luna trasera se unen a la lama principal por encima de esta, y no por debajo, para evitar turbulencias. ¿Qué si se puede abrir el portón? Sí, claro. Echamos un vistazo al interior.
Descubrimos también el vano motor, que queda bastante apretadito.
Y nada, que es hora ya de cerrar los coches e ir a por otros asuntos más moviditos.
Un día en las carreras
¡Que empieza la carrera, que nos la vamos a perder! Nos dirigimos al box de SEAT Sport y enseguida nos comentan que podemos salir un momento hasta la parrilla de salida para hacer cuantas fotos nos vengan en gana... y nos dé tiempo durante el grid walk. Es divertida la situación. Entre carros de mecánico, las pit babes se cubren con paraguas mientras medio mundo permanece ajeno a ellas y el otro medio pasa de mirar hacia los coches.
Rápidamente volvemos al box de SEAT Sport, porque ahora sí que está a punto de comenzar la carrera. Allí la podremos seguir por los monitores, si queremos, o verla desde la azotea del edificio. Vamos de aquí para allá mientras los pilotos de la SEAT León Eurocup demuestran que en estas carreras se corre a cuchillo: "Te voy a adelantar y tú verás, pero yo voy a pasar por ahí". Y vaya si pasan. Despejando a córner todo lo que pillan por el camino.
En el box se respiran varios ambientes. Me giro y veo a una familia pendiente de una de las pantallas, me doy media vuelta y veo a Maxi Iglesias hablando con Santi Millán, que se ha traído a su mujer y a sus dos hijos. Deben de andar comentando la jugada de ayer, cuando ambos actores se batieron en la pista con sendos SEAT León Cupra y el madrileño se impuso al barcelonés.
El ambiente relajado del box contrasta con la tensión que se vive en pista...
Los actores Santi Millán y Maxi Iglesias, 24 horas después de su duelo con los SEAT León Cupra
Acaba la carrera y Pol Rosell se alza con el título al quedar en segundo lugar. Toca ver el episodio de la entrega de trofeos bajo el podio, la lluvia de cava y todo eso. En ese momento todavía no lo sé, pero en cuestión de un rato será el mismo campeón de esta competición el que me llevará a dar una vuelta por el circuito a bordo del coche de Laia Sanz.
Pol Rosell
Por ahora, lo que sí sé es que hay alguien por aquí a quien le están grabando un vídeo que pronto encontraré colgado en la red. Se trata de Álex Bisbal, un estudiante enamorado de la Ingeniería de Automoción a quien SEAT Sport le está dando hoy una master class que difícilmente olvidará, tal y como muestra este vídeo de la marca que se graba mientras nosotros pululamos por ahí.
Y ahora, a patear los alrededores del circuito
Toca ahora dar una vuelta por los viales que discurren junto al circuito. Conozco algunas zonas de cuando cubrí la previa del Espíritu de Montjuïc 2013, la edición de la avioneta que nunca llegaba a la sesión de fotos; pero hoy lo veo desde una perspectiva diferente, más relajada. Tenemos todo el tiempo hasta que dé comienzo la carrera de los Cupras. Ahora mismo están los chalados del Radical European Masters y sus locos cacharros, una excusa como otra para tirar unas cuantas fotos.
Mientras vamos pasando por diferentes puntos del circuito, voy tomando alguna que otra nota mental, como que en esa curva —la de la foto, no; otra— los Leones se ponen a 190 km/h antes de frenar a saco. Hum... la aceleración tiene que ser como para sentirla a fondo...
¡Un momento!
Yo la sentiré de aquí a un rato...
Esto es lo que se conoce como hacer un flashforward visual en mitad de una crónica
Vamos de un punto a otro, y entre coche y coche me voy fijando en la de gente que trabaja en el circuito, expectantes todos ellos, preparados por si ocurre cualquier cosa rara, actuar de inmediato. Aquí y allá, vamos viendo más y más personas apostadas. Todo recuerda a la imagen de un parque de bomberos donde se hace vida normal mientras no suceda nada extraordinario.
Y nos recogemos ya, que tenemos que volver al box de SEAT Sport.
La última vuelta, en compañía del campeón
Para acompañarnos a dar una vuelta al circuito a bordo de dos unidades del SEAT León Cup Racer andan por aquí Jordi Gené y Pol Rosell. A mí me toca ser el acompañante del flamante campeón, y como es lógico todo en él es alegría hoy. Me explica cómo es el coche por dentro, cada uno de sus mandos, y yo le escucho aunque soy consciente de que no se me quedará todo en la cabeza.
Recomposición de los mandos del volante.
Como no acaban de darnos paso para salir a pista, Pol me cuenta dónde lleva el coche el mando de las luces y dónde el reparto manual de frenada. Me explica la importancia que tiene para ellos llevar a bordo una GoPro, y también cuál es la posición más ergonómica para él, aprovechando que el asiento le queda demasiado atrás —esta Laia...— y necesita que le pongan un cojín de aproximación detrás de la espalda. Comentamos también que se nos va a hacer de noche, aunque eso le da a la vuelta que vamos a realizar un toque muy especial. Más, si cabe.
Pol Rosell saluda a Javier Vicente (Highmotor), que realiza estas fotos.
Por fin salimos. Conozco un poco el circuito, lo he rodado haciendo el cabra en varias ocasiones, pero desde luego nunca con una técnica tan depurada como la que tiene Pol. Una a una las curvas se suceden y mientras le observo vamos comentando algunos de sus movimientos. Las rectificaciones de volante, cuando tocamos los pianos, son rápidas y secas. Las aceleraciones, trepidantes. No se me ocurre otra forma de calificarlas.
Llegamos a aquella curva donde los León dentro de la competición llegan a unos 190 km/h. Miro el velocímetro: 185 km/h. No está ahorrando carburante Pol: me está dando una vuelta de las que se dan para hacer disfrutar. Todavía le dura la alegría de haber ganado y se lo está pasando en grande. Me comenta que en algunos momentos nota que los neumáticos están demasiado fríos y se disculpa por ello. De no ser así aún lo pasaríamos mejor.
Llegamos de vuelta al box de SEAT Sport. Pol Rosell se despide muy amablemente, mientras se sube a bordo del León otro compañero que correrá la misma suerte que yo. Mientras intento poner un pie delante del otro y recompongo mi paso, se me acerca Maxi Iglesias y me pregunta cómo ha ido. Se nota que al muchacho le va el tema. Ya decían por ahí que en la jornada previa, cuando la pugna con Santi Millán, Iglesias se había revelado como un quemaíllo, pero ahora lo veo más que claro.
Y todo este paseo por la Seat León Eurocup 2014, en vídeo, queda como sigue. Es un montaje muy promocional de SEAT, pero muestra unas imágenes destacadas de las dos últimas carreras que son todo un poema audiovisual.
