Aunque en los balances de siniestralidad de la DGT nunca aparece el mal estado de las carreteras o la falta de inversión en infraestructura como una causa de siniestralidad, la realidad es que en España existen muchos puntos negros que llevan años con el título de las más peligrosas.
Los socavones o la mala iluminación y señalización ponen en riesgo la seguridad de los usuarios de la vía, y en caso de que tu vehículo sufra daños por alguna deficiencia en vías urbanas e interurbanas puedes reclamar. Te explicamos cómo.
Suelen ser las carreteras convencionales con un carril por sentido las más peligrosas y las que más deficiencias presentan, ya sea por baches, socavones, gravilla, aceite, grietas en el asfalto, etc. que pueden provocar además de accidentes, averías en el vehículo.
Y el usuario de la vía, también contribuyente, tiene derecho tanto a alertar a la Administración como a ser compensado por estos daños, y así lo refleja el artículo 106 de la Constitución Española:
"Los particulares, en los términos establecidos por la ley, tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos".
Procedimiento para reclamar daños por el mal estado de una carretera
Tras un incidente, pon en práctica el protocolo PAS (Proteger, Avisar y Socorrer) y una vez que es seguro y se ha avisado a la Guardia Civil, puedes proceder a documentar lo ocurrido. Tomar fotografías y vídeos tanto del punto en concreto como del daño causado y si es posible buscar testigos que verifiquen que se ha producido el suceso (y apuntar sus datos). También el útil solicitar un atestado policial a la Policía o la Guardia Civil de Tráfico.
El siguiente paso es averiguar quién es el titular de la vía: el Estado, una Comunidad Autónoma, una Diputación Provincial o un Ayuntamiento, ya que será el responsable de los daños o lesiones ocasionados a las personas o vehículos y será a ellos a quien tengas que dirigir la reclamación. Dentro de ciudad será el Ayuntamiento, y deberemos llamar a la Policía Local (092). Si ocurre fuera de ciudad debemos avisar a la Guardia Civil (062) y ellos sabrán indicarnos si se trata de una carretera estatal o debemos dirigirnos a una administración provincial o autonómica.
En este punto es importante recopilar todos los documentos relacionados con el suceso: además de las fotografías, el atestado si tuviera lugar, el informe médico, la factura del taller con el importe de la reparación, etc.
Consulta con tu aseguradora si puedes obtener asistencia jurídica para hacer menos tedioso el proceso. Existen organismos como la Fundación del Comisariado Europeo del Automóvil que se encargan de trasladar las denuncias a los organismos correspondientes. En cualquier caso deberás presentar una reclamación ante la autoridad responsable de la vía en un plazo máximo de un año desde que ocurre el siniestro.
Una vez presentado, la administración dispone de seis meses para responderte. Si esta o el organismo correspondiente no acepta hacerse cargo, será el seguro el que cubra las indemnizaciones para la parte implicada, mientras que los daños propios solo serán cubiertos por el seguro si se posee una póliza a todo riesgo.
Denuncia el mal estado de las carreteras a través de las asociaciones de consumidores o en las fundaciones: hay asociaciones y fundaciones que recogen las imágenes y grabaciones que les quieras enviar para que estos las transmitan a la administración pertinente.
Recurre a las redes sociales de las administraciones públicas: Puedes informar a la DGT o al ayuntamiento que corresponda del estado de una calle o carretera a través de sus redes sociales, ya sea en su Twitter, Instagram, Facebook o en la propia página de la DGT a través del apartado de quejas y sugerencias.