Renault cambió las reglas del juego en 1984 con el Renault Espace. En una Europa acostumbrada a los utilitarios y las berlinas, la marca del rombo se sacó de la manga un monovolumen que ofrecía cantidades descomunales de espacio, confort y modularidad.
Con el paso del tiempo y las generaciones, el Espace evolucionó, pero siempre mantuvo la receta original, hasta que en 2015, con su cuarta generación, comenzó a crossoverizarse.
Ahora llega su sexta entrega, sin nada de monovolumen y con todos los ingredientes de un SUV, pero con siete plazas, como sus predecesores, para convertirse en el nuevo buque insignia de Renault.
Lo que pide el mercado
Hace casi 40 años Renault (y Matra por la parte que le tocaba) revolucionó el mercado europeo con el Espace. El modelo galo llegó en 1984 con un diseño más similar al de una pequeña furgoneta que al de una berlina, siete amplias plazas, modularidad y el equipamiento, rendimiento y confort de marcha que ofrecía un turismo.
En ese momento nadie estaba familiarizado con el concepto de monovolumen, pero el Espace fue el primero de muchos. Enseguida llegaron sus primeros rivales y el segmento vivió su auge a lo largo de los años 90 y la primera década de los 2.000.
Este tipo de coches proponía una fórmula difícil de superar por cualquier otro turismo y se convirtieron en los mejores aliados de millones de familias, sobre todo de las más numerosas. En caso de necesitar espacio y comodidad, no existía nada mejor.
Pero llegaron los SUV, la estética campera se antepuso a la lógica y comenzó el declive de los monovolúmenes. En cuestión de unos pocos años, la enorme oferta de monovolúmenes, que incluía hasta propuestas del segmento B, como los populares Renault Modus y Opel Meriva, se redujo a un puñado de modelos.
Paradójicamente, el Renault Espace, que fue el primero, también ha sido uno de los últimos supervivientes. Pero eso se acabó. La historia del Espace continúa con su sexta generación, que acabamos de conocer en París y llegará a las calles después del verano, pero no tal y como lo conocemos.
Dado que el mercado manda y la mayoría de los coches que se venden en Europa son SUV, Renault ha decidido convertir el Espace en un SUV. Los del rombo ya nos pusieron sobre aviso con la generación anterior, que fue lanzada en 2015.
Seguía siendo un monovolumen, pero adoptaba ciertos rasgos SUV, como una mayor altura libre al suelo, un parabrisas menos inclinado, menos superficie acristalada y las protecciones que recorrían la parte inferior de la carrocería y los pasos de rueda.
Mismo nombre, otro concepto
Ocho años después, la demanda de SUV ha crecido todavía más, al mismo tiempo que ha caído la de monovolúmenes, que también han sido desplazados por modelos polivalentes, como el Citroën Berlingo y el Renault Kangoo, incluso por sus hermanos mayores (Citroën Spacetourer, Opel Zafira Life, Renault Traffic, etc.).
Los únicos monovolumenes que se han estrenado recientemente son el Hyundai Staria, el Volkswagen Multivan T7 y el Volkswagen ID.Buzz completamente eléctrico. Por lo que el segmento no ha muerto, pero es cierto que no disfruta de la misma popularidad que hace unos años
Renault lo ha visto claro y ha decidido hacer del nuevo Espace un SUV con todas las letras. Es un cambio drástico y, por supuesto, se podía haber escogido otra denominación para este nuevo todocamino de siete plazas. De hecho, podría haberse llamado Koleos, dado que es su sustituto natural, por concepto, dimensiones y los siete asientos.
Pero los galos son conscientes de que el nombre Espace, a diferencia de la denominación Koleos, es toda una institución y antes de perderlo por la más que probable muerte de los monovolúmenes, incluido el Espace tal y como lo conocíamos hasta ahora, han preferido aprovecharlo para su nuevo buque insignia.
Más allá del nombre, el nuevo Espace resulta familiar porque tiene un diseño similar al del Austral, con el que comparte la plataforma CMF-CD de la alianza Nissan-Renault-Mitsubishi, eso sí, debidamente agrandada para albergar las citadas siete plazas.
Gracias a ello, alcanza los 4,72 metros de largo (el Nissan X-Trail mide 4,68 metros de largo) y tiene una distancia entre ejes de 2,34 metros, mientras que el Austral mide 4,51 metros de largo y su distancia entre ejes es de 2,66 metros. Ese aumento de tamaño es lo que permite instalar tres filas de asientos en su interior, aunque el Espace también estará disponible con dos filas de asientos.
En esta versión de cinco plazas, el espacio en la segunda fila es enorme y el maletero tiene 581 litros de capacidad, si bien puede ampliarse hasta los 777 litros simplemente desplazando longitudinalmente los asientos posteriores. Si se abaten, el espacio de carga crece hasta los 1.818 litros.
En la variante de siete plazas, el maletero tiene 159 litros de capacidad con todos los asientos disponibles, entre 477 y 677 litros con la tercera fila abatida (dependiendo de la posición de los asientos con ajuste longitudinal) y 1.714 litros con las dos filas posteriores plegadas.
Si lo comparamos con el anterior Espace, el nuevo SUV es más corto, puesto que el monovolumen que se estrenó en 2015 medía 4,85 metros de largo, tanto con cinco como con siete plazas. Es algo poco habitual porque todos los coches suelen ser más grandes que sus predecesores, pero, gracias a ello, es la primera vez que un Espace pesa menos que el modelo anterior.
Sorprendentemente no crece
Solo hay que ver la tabla de pesos de todas las entregas de este modelo. El último Espace pesaba 1.802 kg y su sucesor se conforma con 1.587 kg, por lo que es incluso más ligero que la Renault Espace IV de 2002. El contrapunto lo encontramos en la habitabilidad.
En la presentación del Espace tuvimos la oportunidad de subirnos en todas las generaciones anteriores y es curioso porque desde la primer hasta la tercera, el interior fue creciendo; en todas ellas el interior es gigante y se percibe una sensación de espacio que es imposible encontrar en cualquier coche moderno.
Por supuesto, la modularidad estaba a la orden del día y los asientos individuales daban mucho juego en este sentido. Sin embargo, el cuarto Espace rompe moldes y es el primero que no da la impresión de ser más grande que el anterior.
Con la quinta y última generación esto va a más, en parte potenciado por su menor superficie acristalada, a pesar del techo panorámico. Y la tendencia se confirma con el nuevo Espace, que además de ser más pequeño por fuera, también lo es por dentro.
Aun así, es más amplio que algunos de sus rivales, como el Skoda Kodiaq y el Peugeot 5008, y no tiene mucho que envidiar a otros, como el Kia Sorento, el Hyundai Santa Fe, el SsangYong Rexton y su primo, el Nissan X-Trail, que utiliza la misma plataforma CMF-C.
Con todo, queda claro que el formato SUV no tiene nada que hacer con el formato monovolumen en lo que respecta a espacio interior. Solo hay que comparar las plazas traseras del nuevo Espace con las del Espace de tercera generación.
En el modelo de los años 90 podían viajar cómodamente dos adultos en sus butacas posteriores, pero en el nuevo solo hay sitio para dos niños o adultos de baja estatura porque hay menos espacio para la cabeza, las piernas y los hombros. Y lo mismo sucede con cualquiera de los rivales del Espace que hemos mencionado.
A cambio, el Espace ha dado un paso de gigante hacia delante en materia de tecnología, equipamiento, calidad y diseño interior. Al estar asentado sobre la misma arquitectura modular que el Austral, comparte casi todo, desde los asientos hasta el cuadro digital y la pantalla táctil central dispuesta de forma vertical.
Un interior que resulta familiar
El puesto de conducción es idéntico al del Austral y eso es bueno porque Renault acertó de lleno con el hermano pequeño del Espace. La ergonomía es buena, todo queda a mano y la posición al volante es cómoda. Además tiene botones físicos para el climatizador, algo que se está convirtiendo en una rareza, a pesar de lo útiles y funcionales que resultan.
El cuadro de 12,3” ofrece buena legibilidad y funciona bien, además de ser personalizable, y la pantalla táctil central de 12”, además de verse bien, funciona con el sistema operativo Android Automotive, denominado openR link.
Cada vez son más coches que recurren al multimedia con Google integrado: los fabricantes se ahorran el desarrollo de uno propio y la experiencia de usuario es superior a la que se tiene con los sistemas de infoentretenimiento de ciertas marcas.
Es más fluido, tiene aplicaciones integradas, como Google Maps o Spotify y permite descargar otras apps, como juegos dirigidos a toda la familia en el caso del Espace. Además, se mantiene actualizado de forma periódica vía OTA (Over The Air).
En lo que respecta a la calidad, el Espace está al mismo nivel que el Austral: los ajustes son buenos y los materiales utilizados transmiten buena sensación, tanto a la vista como al tacto. Y en función del acabado la cosa mejora porque el Espirit Alpine incluye materiales y detalles de diseño exclusivos, como el logo de Alpine bordado en los reposacabezas de los asientos delanteros.
Solo un motor
Otra de las cosas que comparten el Espace y el Austral es el motor híbrido de 200 CV ligado a la etiqueta ECO de la DGT, siempre con cambio automático y tracción delantera. En el Austral, este motor es la alternativa más potente y por debajo hay dos mecánicas micro híbridas de 120 y 160 CV.
El Nissan X-Trail también está disponible con varias motorizaciones micro híbridas e híbridas e-Power, con distintos niveles de potencia, tracción delantera y tracción total.
El Espace se conforma únicamente con el E-Tech full hybrid que combina un motor de gasolina tricilíndrico y turboalimentado de 1.199 centímetros cúbicos con dos motores eléctricos y una batería iones de litio con red eléctrica de 400 voltios y una capacidad de 2 kWh. Como en el Austral, la caja de cambios no tiene embrague y funciona de forma similar a una transmisión robotizada.
El resultado es un conjunto que desarrolla una potencia máxima combinada de 200 CV y, a falta de conducirlo en el Espace, promete lo mismo que en el Austral, por lo que debería ser capaz de funcionar la mayor parte del tiempo en modo eléctrico en ciudad. También permitirá conducir con un solo pedal gracias a los distintos niveles de ajuste que tiene su frenada regenerativa.
Dado que el peso del Austral y el Espace es muy parecido, no debería haber muchas diferencias en lo que respecta al rendimiento y tampoco en el apartado dinámico porque el Espace también puede incorporar el sistema de cuatro ruedas directrices denominado 4CONTROL.
Esta tecnología permite girar con más facilidad, tanto en carretera como al hacer maniobras a baja velocidad, por lo que los centímetros extra del Espace no tendrían que ser un problema en marcha, ni siquiera para aparcar.
El sistema 4CONTROL vendrá de serie en los acabados Iconic y Techno Espirit Alpine, pero no con la terminación básica (Techno). Siempre que lo lleve, el Espace tendrá eje trasero multibrazo, mientras que las versiones sin 4CONTROL llevan un eje semirrígido. También en función de esos tres acabados dependerá el equipamiento de serie y el diseño exterior e interior.
De momento no sabemos cuál será el precio del Espace, pero deberíamos conocerlo a lo largo de abril o mayo porque las primeras entregas a clientes están previstas a partir de septiembre.
Gracias al uso de la plataforma CMF-CD, la producción del Espace también tendrá lugar en Palencia, donde se fabrica el Austral desde hace unos meses, por lo que el modelo más grande de Renault también tiene pasaporte español.