El Fiat 500 2015 no parece que presente grandes cambios y, efectivamente, así es. Según Fiat no es un facelift ni un restyling, es un hiper-restyling pero muchos lo llamarán simplemente un lavado de cara. Y no les falta razón, pero tiene 1.900 nuevos componentes, el 40% del total. A ver si es verdad que al final cambia más de lo que parece…
Resulta que el pequeño 500 fue líder de ventas en Europa en 2014 y sigue a la cabeza en lo que va de 2015. Y la familia 500, que también incluye el 500 L, 500 L Living, 500 L Trekking y 500 X, no va nada mal en ventas. De hecho 1 de cada 4 monovolúmenes pequeños vendidos en Europa es un 500, claro que ahí Italia ayuda mucho, porque allí el ratio aumenta a 1 de cada 2.
El responsable de diseño del Fiat 500 tenía un reto por delante a la hora de actualizar este modelo (y peor va a ser cuando toque cambiarlo por completo). El 500 debe ser muy fiel al original y reconocible desde lejos, pero tampoco se puede quedar obsoleto. Los ligeros cambios recibidos van en esa línea y, cuando ves el nuevo al lado del antiguo, se notan.
Lo nuevo del Fiat 500
Faros polielípticos, luces de posición led marcando la forma de los ceros partidos del logo 500, nueva calandra, bigotes, parrilla inferior en tres dimensiones, faros antiniebla y, sobre todo, más cromados que realzan la sensación de calidad percibida. Además el 500 estrena dos colores, Burdeos y Coral, y dos modelos de llantas que juegan con el diseño tridimensional.
Pero el detalle más innovador está en la trasera, los pilotos mantienen su forma exterior pero el interior del trapecio que dibujan es hueco y del color de la carrocería. Esto crea un efecto visual muy curioso, principalmente en los colores claros. Se buscaba la sensación de que la luz saliese desde la propia chapa. Hablando con el diseñador me dijo que es un paso intermedio, que en el futuro espera poder hacer traseras totalmente lisas, sin que se vean los grupos ópticos.
Más tecnológico
El nuevo 500 cuenta con pantalla multifunción de 5 pulgadas con navegador TomTom integrado (que es la culpable de los cambios en el salpicadero), guantera con tapa, volante de mayor diámetro, cuadro de instrumentos opcional TFT, tomas AUX y USB, radio digital DAB y Bluetooth. Se puede elegir entre 10 interiores distintos, una gran carta de colores para la carrocería, vinilos de personalización Second Skin y más de 100 accesorios MOPAR.
Equipa siete airbags de serie en todas las versiones y ha mejorado un 20% en protección para peatones. Más seguridad para el 500 que se empezará a comercializar en España en septiembre con carrocería berlina y cabrio al mismo precio que la generación actual. ¿Los motores? Viejos conocidos actualizados para reducir emisiones: 0,8 de 85 y 105 CV, 1.2 de 69 CV, 1.4 de 100 CV y en diésel el 1.3 Multijet de 95 CV. (Sin confirmar si el 100 CV vendrá a España).
Prueba de conducción del Fiat 500 2015
Durante la presentación internacional del Fiat 500 celebrada (cómo no) en Turín hicimos doblete. Nos sobró tiempo para realizar la ruta prevista y pudimos cambiar de coche para probar otro motor y, ya de paso, también otra caja de cambios.
Arrancamos con el 1.2 de 69 CV pensando que poco o nada cambiaría en la conducción de este 500, pero hay novedades. La postura de conducción del 500 es peculiar y lo sigue siendo (sobre todo para los altos) porque el volante está bastante tumbado y no tiene regulación en profundidad. Pero el volante ha cambiado y tiene algo más de diámetro, creo que es el motivo por el que me he sentido un poco más cómodo.
Además esto ralentiza un poco la dirección, que no es algo que me guste pero en este caso viene bien para reducir el zigzagueo que se producía antes con las continuas correcciones de la trayectoria debido a una dirección que no tiene un buen retroceso. Los cambios en el 1.2 de gasolina y 69 CV le han sentado bien, se muestra más voluntarioso saliendo desde bajas vueltas y también en la zona alta del cuentavueltas.
Por suavidad es el motor a elegir y tiene prestaciones más que interesantes. Pero si eres de los que se ha dejado llevar por el empuje de los motores turboalimentados, los bicilíndricos te gustarán más. Probamos el de 85 CV y permite una conducción más pasional, aunque su zona de reacción es un tanto estrecha y es fácil llegar al corte sin querer (de oído parece que vas a menos revoluciones).
Es más ruidoso, vibra más y en conducción real gasta más que el 1.2, pero transmite más sensaciones. A unidad probada equipa cambio automático, una opción que personalmente no me entusiasma porque resulta un poco lento, tanto en modo automático como en secuencial. Puedes ayudarle levantando el pie del acelerador cuando cambias, pero sigue siendo lento y esta técnica pierde parte de la gracia de un automático.
Me sigue gustando el 500, estéticamente no parece que haya cambiado pero sí que es más actual, la guantera con tapa es todo un avance y la pena es que, ya puestos, no se hayan tirado al charco para instalar una regulación en profundidad del volante. Ahora la pregunta es ¿para cuándo la renovación total del 500? Se ha mantenido sin cambios 8 años, mucho más que la media. Fiat dice que va a tardar por su estética diferenciadora, pero no creo que lo aguanten más de 4 años (que ya sería todo un récord).
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