La planta de Ford de Almussafes, Valencia, lleva ya unas semanas fabricando el nuevo Ford Kuga, una actualización de la tercera generación del SUV compacto que llega con novedades de diseño, de equipamiento, de tecnología y en la gama de motores.
Además de ser más digital, dice adiós al diésel y sigue apostando por la electrificación, tanto a través de los motores híbridos con etiqueta ECO como de un híbrido enchufable con etiqueta CERO que gana potencia y autonomía eléctrica respecto al modelo anterior.
El Ford Kuga cambia de cara y pone al día su interior
Con los números en la mano, hay dos modelos especialmente importantes para Ford, sencillamente porque son los que más vende en nuestro mercado. Se trata del Ford Puma y del Ford Kuga; el primero es el Ford que más se matricula en España, con 4.960 unidades en lo que llevamos de año, mientras que el Kuga está en segunda posición, con 4.394 matriculaciones. Parte de la relevancia que tiene el Ford Kuga también tiene que ver con que sea el segundo híbrido enchufable más vendido en España en lo que llevamos de 2024.
El objetivo de Ford es que estos SUV sigan siendo sus coches más vendidos, por eso ha decidido renovarlos. El primero en llegar a las calles tras ponerse al día es el más grande de los dos, el Ford Kuga, y lo hace con un diseño renovado respecto al modelo que se puso a la venta en 2020, con cambios en la gama de motores, con más tecnología y con un nuevo acabado.
Con unas dimensiones idénticas a las del modelo anterior, el protagonista de esta actualización, al menos a nivel de diseño, es el frontal. Estrena faros LED (pueden ser matriciales) y una franja que los une recorriendo a lo ancho la parte superior de la parrilla delantera. También son nuevos el capó, el logo de Ford colocado en el centro de la parrilla y el paragolpes, mientras que en la zona trasera se han rediseñado los pilotos, que también son LED, el portón, el difusor y el paragolpes.
Además, la paleta de colores exteriores se amplía con dos nuevas tonalidades: el Azul Desert y el Verde Bursting, que se unen a los que ya estaban disponibles: Negro Agate, Plata solar, Blanco Frozen y Rojo Lucid.
También hay novedades en el catálogo de llantas, pero lo más interesante es la introducción del nuevo acabado Active. Se al ST-Line (desaparece el Titanium) y tiene un enfoque más campero porque cuenta con elementos específicos inspirados en el mundo todoterreno, como las protecciones plateadas de la parte inferior de la carrocería y la suspensión elevada en 10 mm delante y 5 mm detrás para incrementar la altura libre al suelo. También se diferencia por la parrilla y las llantas exclusivas.
Interior: más digital y menos botones
En el interior, la forma que tiene el Kuga de ponerse al día es aumentando el tamaño de sus pantallas y reduciendo el número de botones físicos. Ahora da la sensación de que el diseño del salpicadero y la consola central es mucho más limpio; en parte porque la palanca de cambios ha dejado paso a un selector circular, como el del Mustang Mach-E, pero, sobre todo, porque el climatizador con botones físicos desaparece y pasa a gestionarse de la pantalla táctil central, que crece hasta las 13,2”.
En el lugar donde estaba hasta ahora el clima, está el botón de arranque, accesos directos a funciones clave, como el asistente de aparcamiento automático y el selector de modos de conducción, y un mando para apagar el multimedia y regular el volumen del audio. Estos botones son prácticos, pero lo era todavía más el climatizador porque manejarlo desde la pantalla táctil no es tan rápido ni tan sencillo.
Por su parte, el cuadro digital, que es configurable, utiliza una pantalla de 12,3” y es de serie en todas las versiones del Kuga, estrena diseño. Sigue teniendo una legibilidad muy buena y es muy completo y claro a la hora de dar información.
El multimedia también es nuevo. Es el mismo sistema de infoentretenimiento que utiliza el Ford Focus desde hace un tiempo, denominado SYNC 4.
Su interfaz es más limpia e intuitiva, funciona con más rapidez y mejora la conectividad, con un módem 5G, Alexa Built-In y la posibilidad de conectar dos teléfonos móviles mediante Apple CarPlay y Android Auto, siempre de forma inalámbrica. Mejora también el asistente de voz del coche y estrena las actualizaciones inalámbricas de software vía OTA (Over The Air).
No hay nada nuevo si hablamos de espacio y calidad. Sigue siendo un coche amplio porque las plazas traseras son muy aprovechables, pero el maletero es pequeño para un SUV C que mide más de 4,60 metros de largo porque en las versiones convencionales tiene una capacidad de 412 litros y el híbrido enchufable se conforma con 395 litros, un volumen más propio de un compacto que de un todocamino de este tamaño.
Lo bueno es que la segunda fila de asientos puede desplazarse longitudinalmente hasta 15 cm, de manera que el maletero, en el mejor de los casos, pasa a tener 553 litros a costa de reducir el espacio para los ocupantes de las plazas posteriores.
En cuanto a la calidad, sigue siendo buena, tanto por ajustes como por los materiales utilizados y por el buen trabajo que ha hecho Ford a nivel de insonorización con esta generación del Kuga.
Al volante del Ford Kuga: igual de cómodo, más ágil y eficiente
En la gama de motores hay varias novedades. La primera es que el Kuga se despide del motor diésel con el que estaba disponible el modelo anterior, un EcoBlue de 120 CV con el que gastaba poco y se movía bien, por lo que era una alternativa ideal para los conductores que hiciesen más kilómetros.
Pero estamos en 2024 y el diésel, a pesar de que encaja perfectamente en un coche de estas características, ya no es una opción, así que la oferta de motores del Kuga ha cambiado. Sigue disponible con un gasolina turbo 1.5 EcoBoost tricilíndrico de 150 CV, que se suman dos híbridos de gasolina de 180 CV (tracción delantera) y 183 CV (tracción total), así como un híbrido enchufable de 243 CV.
El híbrido antes entregaba 190 CV, mientras que el híbrido enchufable tenía 225 CV, por lo que el nuevo Kuga híbrido es menos potente y el nuevo Kuga PHEV es más potente.
Tanto en los híbridos como en el híbrido enchufable, la parte térmica es cosa de un motor de gasolina atmosférico de cuatro cilindros y 2.5 litros. En todos ellos, el conjunto electrificado va asociado a una transmisión automática de variador continuo. Por su parte, el gasolina de 150 CV únicamente puede combinarse con una caja de cambios manual de seis relaciones. El único 4x4 es el híbrido de 183 CV.
En la toma de contacto únicamente pude conducir el Ford Kuga híbrido enchufable con la terminación Active. Este nuevo PHEV es 18 CV más potente que el anterior Kuga PHEV, pero la mejora de rendimiento es notable: antes aceleraba de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y ahora solo necesita 7,3 segundos. Al volante, ese extra viene realmente bien (y se nota) en ciertos momentos, como en una incorporación a una autovía o un adelantamiento.
No es que antes fuese lento y ahora sea un tiro, pero ha ganado solvencia y se mueve realmente bien, en parte porque la entrega de potencia de la parte eléctrica es instantánea.
Además, Ford acostumbra a hacer un buen trabajo con sus puestas a punto y el Kuga no es una excepción; es uno de los SUV C más ágiles, incluso con el nuevo acabado Active, a pesar de que está más enfocado al uso en el campo que el ST-Line. No solo por la suspensión elevada, sino porque estrena un modo de conducción específico para la conducción offroad; se llama Trail Drive y modifica el control de tracción y la respuesta del acelerador para mejorar la motricidad en superficies complicadas. En la primera prueba, sin embargo, no he tenido la posibilidad de probarlo.
Lo que sí he comprobado es el nivel de eficiencia de este conjunto híbrido enchufable. Ford planteó el reto de hacer una prueba de consumo en la primera parte del recorrido de pruebas, desde Alcobendas (Madrid), hasta La Granja (Segovia), atravesando el puerto de Navacerrada, con dos personas a bordo y saliendo con el 100% de la batería cargada.
Aprovechando la actualización, el Kuga PHEV homologa 5 km más de autonomía eléctrica que antes, pasando de los 64 km del modelo anterior a 69 km. Teóricamente, saliendo con toda la carga disponible, se podrían hacer los 75 km que separan Alcobendas de La Granja prácticamente sin gastar una gota de combustible, pero la cifra está homologada en ciclo combinado, mientras que este recorrido tiene una buena parte de autovía (M-607) y una subida a un puerto.
Eso significa que es francamente difícil hacer los 69 km que homologa en modo eléctrico en este recorrido, pero, gestionando los modos de conducción del conjunto híbrido enchufable (se puede circular en eléctrico, en gasolina para reservar autonomía EV o en modo híbrido), el consumo al final del trayecto ha sido de 2,4 l/100 km, con 5 km de autonomía eléctrica todavía disponibles, habiendo circulado a la velocidad máxima permitida en cada vía.
Bien es verdad que es una prueba de consumo, pero sirve para hacerse a la idea de lo eficiente que puede ser el nuevo Kuga PHEV. No hay que olvidar que es un SUV que mide más de 4,60 metros de largo, tiene más de 240 CV y pesa 1.859 kg (15 kg más que antes).
Lo que se echa en falta es que pueda cargar más rápido su batería. No hay mejoras en este sentido respecto al Kuga anterior, por lo que sigue limitado a cargar en corriente alterna y a una potencia máxima de 3,7 kW; de esa forma, necesita 3,3 horas para una carga completa a esta potencia y en un enchufe convencional a 2,3 kW requiere 6 horas.
Si alguien no necesita la etiqueta CERO del Kuga PHEV, tiene un presupuesto más limitado o no tiene la posibilidad de cargarlo en casa o en el trabajo (es la forma de aprovechar al máximo el conjunto híbrido enchufable), tiene la opción del Kuga híbrido convencional, tanto con tracción delantera como con tracción total, en los dos casos con etiqueta ECO. El gasolina de 150 CV se conforma con el distintivo C de la DGT.
Precio: ya está disponible y se estrena con ofertas
Este último es el modelo de acceso a la gama. Su precio de partida con el acabado ST-Line es de 39.600 euros, pero pasa a costar 31.990 euros con las ofertas de la marca, como la del Ford Focus ST que se puso en marcha hace unas semanas y sigue activa, dejando al compacto deportivo a precio de derribo.
El híbrido (FHEV) de 180 CV con tracción delantera y la terminación Active arranca en 42.359 euros, pero su precio final es de 33.600 euros. El híbrido de 183 CV con tracción total y el acabado ST-Line parte desde los 44.450 euros y tiene un precio final de 35.250 euros.
Por su parte, el híbrido enchufable de 243 CV con el nivel de equipamiento Active X parte desde 50.750 euros y tiene un precio final de 40.700 euros. El nuevo Kuga ya está a la venta y las primeras entregas tendrán lugar este mes. Sigue fabricándose en la planta de Ford de Almussafes, en Valencia, como hasta ahora.
Los gastos asociados para acudir a esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.