Probamos el MINI Cooper S E Countryman All4: un coche híbrido enchufable que no se gana su etiqueta CERO

Los coches híbridos se están abriendo camino, y cada vez más los híbridos enchufables. El MINI Cooper S E Countryman All4 es uno de esos coches electrificados dispuestos a conquistar las ciudades gracias a sus etiquetas CERO para saltarse las medidas de restricción al tráfico, pero además con un plus de diseño.

Antes de que llegue al mercado el MINI Cooper SE 100% eléctrico desde 33.950 euros, la marca ya dispone de un híbrido enchufable PHEV y lo hemos probado a fondo para ver si merece la pena.

MINI Cooper S E Countryman All4: muy MINI por fuera

Diferenciar a un MINI Cooper S E Countryman All4 de un Cooper S E Countryman All4 no es del todo sencillo si no sabes dónde mirar. Sí, lo más rápido es fijarse en la tapa tras el paso de rueda delantero izquierdo que oculta el enchufe, pero también es reconocible gracias a que la S viene pintada en el amarillo que delata a los coches electrificados de MINI o en el logotipo E con forma de enchufe de su zaga.

Más allá de estos cambios es virtualmente imposible de diferenciar a excepción de que en la parte trasera ahora hay sólo una salida de escape en lugar de las dos del resto de Countryman. Los rasgos distintivos del MINI más grande de la gama siguen estando ahí como los pasos de rueda marcados, los faros saltones con luz diurna LED o las formas tanto del frontal como de la zaga.

Bajo su carrocería se encuentra una mecánica que es única en su gama, con un esquema híbrido enchufable (PHEV) que lo convierte en una opción bastante interesante sobre el papel para aquellos que utilicen mucho el coche en entornos urbanos.

Se trata del maridaje de un motor térmico de tres cilindros en línea de gasolina con 1.5 litros que consigue unas cifras de 136 CV de potencia y 220 Nm de par motor, directamente asociado a las ruedas delanteras mediante una caja de cambios automática de seis relaciones. A este motor se acopla un motor de arranque/generador (KERS) capaz de sumar 20 CV y 60 Nm.

Para convertir al MINI Cooper S E Countryman en un All4 de tracción integral, sobre el motor trasero se acopla un motor eléctrico que aporta un extra de 88 CV y 165 Nm de par motor. La potencia combinada se queda en 224 CV y el par motor en 385 Nm.

El paquete de baterías está compuesto por celdas de iones de litio que suman un total de 7,7 kWh en total de los que se quedan útiles 5,6 kWh. Este paquete de baterías nunca va a regenerar su carga al 100% sobre la marcha, así que necesitaremos tener un enchufe cerca para reestablecer la energía necesaria para mover al MINI Cooper S E Countryman All4 dentro de las cifras de consumo para las que está pensado.

En el maletero tenemos un cargador con el que conectado a un enchufe doméstico nos llevará algo más de 3 horas completar una carga, mientras que en una toma de 3,7 kW el tiempo se reduce aproximadamente una hora.

Esta configuración puede permitir al MINI Cooper S E Countryman All4 moverse en modo 100% eléctrico, 100% gasolina o una combinación de ambos. Esta última es la más interesante para un usuario medio, la 100% eléctrica sólo para aquellos que realicen trayectos cortos y con enchufes disponibles en origen o destino (o ambos) y la 100% de gasolina es un sinsentido para este coche. Algo que ahora explicaremos porque es la parte fundamental en la elección de a quién puede interesar este coche.

Buen comportamiento en ciudad si hay disponibilidad de enchufes

En movimiento el Cooper S E Countryman es un coche realmente agradable. Realizando trayectos cotidianos es un coche que no pide una conducción emocionante, sino todo lo contrario. Da gusto jugar a reducir al máximo el consumo en el modo Green y disfrutando de las transiciones casi imperceptibles entre el motor térmico y el eléctrico.

La propulsión eléctrica queda perfectamente integrada en el conjunto del coche junto a la transmisión automática y ofrece un comportamiento inteligente, realmente suave y gracias a la que durante cortos periodos de tiempo podremos bajar el consumo de combustible a cero, o casi cero acompañados sólo por un leve zumbido.

En cambio si realizamos una conducción animada, llevamos al coche en modo Sport y no tenemos piedad con el pedal derecho, las cifras de consumo se van a ver disparadas en cuestión de segundos cuando exigimos que queme gasolina, y la batería se agota en unos pocos pisotones. Es más, incluso en modo de conducción normal y realizando trayectos medios por autopista es fácil ver que el consumo se eleva rápidamente por encima de los 8 l/100 km.

Esto tiene mucho que ver con el propio planteamiento del coche. Es un motor razonable para un coche de tamaño medio, pero con un peso que resulta bastante elevado (1.760 kg). Mover esa masa pasa factura cuando no se dispone de la asistencia eléctrica en todos los sentidos, pero especialmente en el de los consumos.

Se trata de un vehículo que homologa entre 1,9 y 2,0 l/100 km (NEDC), pero estas cifras quedan muy lejos de la realidad para alguien que no responda a un perfil de usuario muy concreto. En nuestro caso la media final de consumo se situó en torno a los 7 l/100 km recargando la batería con frecuencia pero con más desplazamientos medios que urbanos.

Pasa un poco igual con el consumo en modo eléctrico. El Cooper S E Countryman promete una autonomía de 41 kilómetros, lo que se quedaría en unos 13,9 kWh/100 km, pero la realidad es que con la batería cargada al 100% y conduciendo por poblado en modo 100% eléctrico no llegamos a los 20 km antes de que saltase el motor de combustión. El consumo estuvo muy próximo a los 20 kWh/100 km y eso que tratamos al acelerador como si fuera de porcelana.

No tan MINI en movimiento

Uno de los rasgos diferenciadores de los MINI es el comportamiento. Ese go-kart feeling inaugurado por John Cooper a finales de los 50 y que actualmente la marca ahora propiedad de BMW procura mantener. Pero la física tiene sus cosas, y cuando hablamos de un coche de casi 4,3 metros de largo por 1,56 de alto y 1,82 de alto con un peso de casi 1,8 toneladas no se puede hacer milagros.

El motor sí permite cierto grado emocional gracias los 224 CV de potencia combinada (y 385 Nm) y a la pegada extra e inmediata del motor eléctrico cuando hundimos el pie derecho en el acelerador (6,8 segundos en el 0-100 km/h contra 7,2 del Cooper S Countryman), pero rápidamente se siente un coche que no está pensado para encandilarnos desde la pasión.

El MINI Cooper S E Countryman All4 se siente más pesado que cualquier otro MINI Cooper y un punto más lento de reacciones que el resto de Countryman. El peso añadido con el sistema de hibridación pasa factura y por planteamiento cuesta encuadrar a este coche bajo la denominación Cooper S, pero aún así se reivindica en cuanto a comportamiento.

Con el centro de gravedad colocado muy bajo la influencia de ese go-kart feeling se deja ver en una dirección rápida y precisa aunque poco habladora en lo que se refiere a la información que transmite al conductor. Por contra, y comparándolo contra los otros MINI más pequeños, el Cooper S E Countryman All4 es mucho más estable en trayectos por vías rápidas.

Las suspensiones se han tarado para ofrecer un equilibrio que tira hacia el confort pero sin renunciar a la firmeza; el coche queda contenido relativamente cuando aceleramos el paso, aunque los neumáticos se quejarán antes. El tacto de la amortiguación agradable en tramos urbanos con baches o muchos resaltos, pero los 165 mm de altura libre no se corresponden con un coche apto para usar fuera del asfalto, donde se siente un tanto incómodo.

Lo que sí hay que reconocer como un acierto es la elección del cambio automático de seis relaciones como complemento a la propulsión eléctrica. El tacto es mucho más natural que un cambio CVT y se puede llevar en modo manual si queremos buscarle las cosquillas.

Un interior más chic que funcional

En el habitáculo, el MINI trata de jugar en su propia liga dominando el partido de los coches de inspiración retro con una distribución de elementos que se inspira en los primeros MINI y que, además, utiliza complementos estéticos basados en el mismo precepto.

Así, el cuadro de mandos está dominado por tres elementos situados detrás del volante: una esfera central para la velocidad y una pequeña pantalla digital, una segunda burbuja a su izquierda que hace las veces de indicador gráfico de consumo/carga y a la derecha el nivel de combustible remodelado, bastante más agradable que en la versión anterior.

En el salpicadero un enorme círculo con iluminación LED encierra la pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento y algunos botones físicos. Dentro de esta pantalla encontraremos unos menús que no se parecen en nada a los utilizados por BMW (marcando distancias), con grafismos de estética colorida y moderna, aunque con menús en ocasiones un tanto confusos. Para manipularlo casi mejor utilizar el controlador físico junto al freno de mano.

En líneas generales el interior está bien rematado, cuenta con materiales acolchados en las superficies más expuestas y otros que no lo son más allá de lo justo y necesario, como en el túnel central. Sobre el salpicadero se unen dos zonas diferenciadas: un plástico negro brillante con notas de color (iluminación opcional) y una parte beige inferior que conjuga con el resto de las zonas tapizadas (asientos, puertas y techo).

Los aireadores, los botones cromados de estilo aeronáutico, los tiradores de las puertas y otros elementos dan un toque brillante a un interior que busca su toque personal, aunque como pasa con la iluminación LED de la pieza central quizá el resultado final sea más efectista que efectivo.

Otra pieza donde se deja entrever que se ha primado el diseño sobre la funcionalidad es en los asientos. Las dos butacas delanteras son amplias y de buen mullido, con múltiples opciones de regulación (eléctrica) y generoso contorno, pero tienen una forma excesivamente cóncava junto a la posición del reposacabezas que no deja reposar apropiadamente la espalda.

En las plazas traseras la banqueta 40/20/40 es amplia y deja mucho espacio tanto longitudinalmente como en altura para la cabeza, con un buen hueco también para los pies. En su caso echamos en falta algo más de forma en los asientos para evitar desplazamientos laterales y una inclinación menor del respaldo.

El MINI Countryman S E ha perdido algo de espacio detrás, puesto que el asiento está colocado 18 mm más alto, aunque es un cambio casi imperceptible. Se debe a la colocación de las baterías del sistema híbrido, que también afecta al maletero que se queda ahora en 405 litros, 45 menos que en la versión de combustión, y también en el depósito, que ahora cubica 36 litros en lugar de 51 litros.

A efectos prácticos el maletero ha suprimido el doble fondo que usan las versiones no electrificadas, por lo que el espacio que queda sigue siendo igual de aprovechable, con formas regulares y un espacio de carga bastante alto, además de una altura para el acceso contenida.

MINI Cooper S E Countryman All4: sólo con enchufe

Para resumirlo en pocas palabras, el MINI Cooper S E Countryman All4 es un coche agradable de conducir, cómodo para el conductor y sus ocupantes, relativamente espacioso, bien resuelto y que puede ir bien equipado a base de talonario, pero sobre todo es un coche pensado para un público determinado.

Este coche híbrido enchufable cuadra con clientes que realizan trayectos cortos en entornos urbanos y con acceso sí o sí a puntos de recarga prácticamente a diario (o a diario si se utiliza para recorridos de extrarradio). Si estos requisitos no se cumplen se convierte en un coche más con cierta ventaja sólo en momentos muy concretos como el aparcamiento. Sin asistencia eléctrica el consumo se eleva por encima de lo deseado, diluyendo su razón de ser.

El precio del MINI Cooper S E Countryman All4 es de 40.750 euros, 2.600 euros más que el mismo coche pero sin mecánica híbrida, por lo que su barrera de entrada en cuanto a precio está difuminada (en parte), convirtiéndose en una opción interesante para los clientes que busquen un coche con etiqueta CERO.

La unidad que hemos probado asciende a unos 55.000 euros, sumando al acabado de serie el equipamiento opcional que entre otros incluye: llantas, franjas longitudinales, equipo de audio, asientos con regulación eléctrica, sistema de navegación, HUD, acceso, carga inalámbrica para smartphone y arranque sin llave o equipo de audio Harman/Kardon.

Otras opciones alternativas al MINI PHEV son el Hyundai IONIQ híbrido enchufable (30.625 euros), KIA Niro PHEV (31.032 euros), Mitsubishi Outlander PHEV (37.479 euros), o el que es su pariente más cercano técnicamente, el BMW 225xe Active Tourer (43.800 euros).

MINI Cooper S E Countryman All4 - Valoración

.9

Diseño exterior 7
Diseño interior 6
Calidad 7
Habitabilidad 8
Maletero 7
Motor 7
Seguridad 8
Comportamiento 6
Comodidad 7
Precio 6

A favor

  • Buena habitabilidad
  • Confort de marcha
  • Espacio interior
  • Estética personal

En contra

  • Consumo elevado para un híbrido
  • Asientos delanteros incómodos
  • Menús intrincados
  • Precio y extras

MINI Cooper S E Countryman All4 - Ficha técnica

Versión probada   Cooper S E Countryman All4
Cilindrada1.499 cm³ Tipo de tracciónTotal
Bloque motorTres cilindros en línea CombustibleGasolina
Potencia 136 CV a 4.400 rpm Capacidad del depósito35 litros
Par motor220 Nm a 1.250 – 4.300 rpm Consumo urbanoN/D
Masa en vacío1.760 kg Consumo extraurbanoN/D
Potencia motor eléctrico88 CV Capacidad batería7,7 kWh (5.7 kWh útiles)
Velocidad máxima198 km/h Consumo combinado2,4 l/100 km
Aceleración 0-100 km/h6,8 segundos Capacidad maletero405 litros
TransmisiónAutomática PrecioDesde 40.750 euros

El coche para esta prueba ha sido prestado por MINI. El servicio de fotografía ha corrido a cargo de Two_Sides. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

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