Peugeot 208, presentación y prueba en Portugal (parte 1)

Faltan todavía dos semanas para que empiecen las ventas del Peugeot 208, pero ya ha sido probado por la prensa internacional. El 16 de abril comienza oficialmente a venderse, desde 14.400 euros (1.4 VTi Access). No han cambiado los precios desde que los publicamos hace un par de meses. Habrá dos carrocerías: tres puertas y cinco puertas.

Durante la presentación probamos dos motorizaciones, las más potentes que habrá por el momento: 1.6 VTi (120 CV) y 1.6 e-HDi (112 CV). Como suele ser habitual, las unidades de prueba estaban equipadas hasta las cejas, por lo que no hay que llevarse a engaño con las fotografías.

Ya os contamos con anterioridad datos, equipamientos y precios del Peugeot 208, por lo que no vamos a repetirlo todo. No obstante, daremos un repaso a todo aquello que el dossier de prensa que leímos en su día no contaba, o no pudimos constatar, como las impresiones del interior, o su comportamiento en carretera.

Renovado por fuera y por dentro

El 208 tiene algo especial para mi, y es que creo que es la primera vez que pruebo la tercera generación de un coche. El 206 lo caté allá por 2004 (_XSi_ 1.6 HDi 110 CV), y el 207 lo probé año y medio después. El recuerdo que guardo es más grato con el 206 que con el 207.

Sigo pensando que es más bonito el 206, porque el diseño del 208 no sé por dónde cogerlo al mirarlo de frente. Mientras que algunas marcas (fundamentalmente alemanas) tienen diseños más duraderos, las francesas quieren dejar claro lo que son nuevas generaciones con cambios más arriesgados en el diseño.

Desde luego, tiene muy buena apariencia, sobre todo con tanto cromado, los básicos se verán de otra forma. No sé si es el efecto novedad, pero no me parece un coche económico en el sentido negativo del término. Abro la puerta y descubro el puesto de conducción, una vuelta de tuerca a lo que estamos todos acostumbrados.

El volante es pequeñito, y no es completamente redondo. La posición natural es llevarlo más bajo de lo normal, porque si no pensaremos que nos tapa la visión del tablero de instrumentos. Según los responsables de producto, hay que cambiar un poco el “chip” a la hora de sentarse para lograr una postura más cómoda.

Respecto al 207, la instrumentación está un poco más alta, y se lee bastante bien sin llegar a ser un HUD. En mi caso, no conseguí que el volante dejase al descubierto todo, pero hice un sacrificio aceptable: hay tres botones, bajo la pantallita, que no voy a tocar en marcha, así que me da igual no verlos.

Sentándome de forma clásica, encontré los pedales muy inclinados hacia mi, así que me retiré el asiento un poco más de lo habitual. El volante es regulable en altura y profundidad en la mayoría de las versiones (en las básicas no es tan fácil), lo retiré del salpicadero. Ahora sí, estoy a mis anchas…

... pero dejo muy poco espacio para el pasajero que vaya detrás de mi. Más de uno me dirá que el coche te lo compras para ti y no para los pasajeros. Cierto es, pero de vez en cuando, habrá que sacrificar el confort de la postura perfecta (al menos con mi estatura, 1,72 metros) si llevamos gente atrás.

Otra posibilidad es llevar el asiento un poco elevado, y yo tengo la costumbre de llevarlo lo más bajo posible. Me parece más generoso con la gente menuda, que con la gente alta, por mucho que en Peugeot me aseguren que se ha probado con gente de todas las estaturas. Pero volvamos al volante…

Al ser más pequeño, el mismo giro hace que las ruedas giren más rápido, por lo que demuestra ser muy maniobrable, y tiene la dirección muy directa. En el 207 me gustó mucho el tacto de la dirección, y diría que ha incluso mejorado. No veo el diámetro como algo negativo, sino al contrario.

La pantalla táctil, menudo invento

La pantalla táctil de la derecha, que tendrá la mayoría de los Peugeot 208 que se vendan (por política de equipamiento) puede tener o no navegador. Los botones se han reducido alarmantemente, llega al nivel de simplicidad del 206, porque el 207 podía llegar a tener demasiados botones. También ha desaparecido la palanca satélite derecha del volante.

Por fin Peugeot se pasa a los mandos en el volante en este segmento, en vez de dos mandos satélites. Permanece la de la izquierda, que aglutina las funciones del limitador/regulador de velocidad. No es tan fácil confundir dicho satélite con la palanca de las luces e intermitentes (como en un Mercedes), pero algún despistado puede que se haga el lío.

Se ha perdido la oportunidad de poner un botón de arranque, se sigue haciendo con llave y en la posición de siempre, ahí poca innovación veo. A mano izquierda del volante, los conmutadores del control de tracción (el ESP no se desconecta salvo en el THP 156), Stop&Start, alarma o el asistente de aparcamiento.

Perdonad, que me voy con los satélites. La pantalla táctil permite controlar el equipo de música, Bluetooth, ordenador de a bordo y las nuevas aplicaciones dedicadas. Me contaron que el desarrollo de más aplicaciones será accesible a terceros programadores más adelante, para que haya más riqueza de contenidos.

Os contaré un secreto, y es que estas unidades pre-serie tenían un serio problema en el navegador, podía llegar a dejar de funcionar (el menú no volvía a aparecer y algunos botones se quedaban transparentes sin poder pulsarse). Solo había una solución. Parar, salir del coche, cerrarlo, esperar un minuto y volver a conducir.

Me aseguraron que las unidades que lleguen a clientes a partir de la comercialización no tendrán este problema. En la presentación muchos nos perdimos por tener el GPS inhabilitado, al menos, me sirvió de algo tener mínimos conocimientos geográficos de la zona, porque parar a preguntar no era una opción (no entiendo ni hablo portugués).

Solo hay tres botones físicos para esta pantalla. La rueda giratoria controla el volumen, y apaga/enciende el audio. Otra tecla sirve para rotar de funciones, por ejemplo, pasar de audio a navegación. La tercera invoca un menú con las opciones habituales. Me gustó el proceso de emparejamiento con el teléfono, es muy rápido.

Incluso desde una posición relativamente alejada del salpicadero, sin ser un gigante, se accede con facilidad a la pantalla, y al estar muy elevada, distrae menos. En la pantalla central del tablero también tenemos informaciones diversas que reducen aún más la posibilidad de distraerse, aunque hay gente para todo.

¿Dónde se meten los discos? En la guantera encontraremos una unidad lectora, se acabó el cambiar de disco en marcha si no hay copiloto. Bajo el climatizador encontraremos dos conectores USB, porque más de un tecnófilo se quejará de que “solo” haya un conector. Que yo recuerde, apenas hay modelos que ofrezcan dos conectores USB.

Sobre el interior, en líneas generales

Otra cosa que me ha agradado es la sensación de calidad en general. Encuentro acolchados donde antes solo cabía espera plástico duro (ojo, son coches muy equipados). Ni grillos, ni faltas de ajuste. Además, en general, el coche se ha vuelto muy silencioso. El diesel deja universo y pico de distancia con el 206 1.9 D, el atmosférico que había al empezar las ventas en los tardíos 90.

La palanca de cambios igual, también mejora, adios al tacto pastoso e impreciso. Los asientos sujetan muy bien el cuerpo, aunque se tomen las curvas con mucha decisión. Las tapicerías, dignas del segmento D. Hasta las puertas suenan bien al cerrar. ¿Pegas? Bueno, la parte trasera no deja apenas altura libre para la cabeza, y en anchura ha ido a menos.

Es posible que la concepción del 208 vaya más allá en otros modelos, de Peugeot y de otros, la considero un acierto. Esto de hacer el coche más pequeño por fuera, pero más grande por dentro, tiene su mérito. Ojo, la distancia entre ejes es la misma que en el 207, pero tiene los voladizos recortados, y optimizaciones en el habitáculo.

Hay cosas que podrían haber mejorado de una vez, como los asientos con memoria de pez (es decir, que no tienen), característica que hereda desde el 206. En las versiones de tres puertas, eso de dejar pasar a un ocupante y tener que volver a ajustar el asiento es todo un inconveniente, por no decir otra palabra: defecto.

El cofre que hay entre los asientos delanteros está muy bien, siempre y cuando no haya la necesidad de cambiar de marcha, porque directamente estorba. Es más útil en las versiones que dispongan de cambio automático. La posición del climatizador no me convence precisamente.

Otro detalle, el airbag de rodilla ha desaparecido. La mejora en técnica de construcción y seguridad lo hace innecesario. Todavía no ha salido la puntuación EuroNCAP de este coche, pero os dejo con esta cita fusilada del dossier: “El coche está desarrollado además para garantizar una seguridad pasiva superior a la del 207”.

Continuará...

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