Tras el éxito cosechado por la variante deportiva del Peugeot 208, el Peugeot 208 GTi, que durante su primer año de vida comercializó más de 10.000 unidades (unas 12.000 a día de hoy), la marca francesa aprovechó el Salón de París, en septiembre, para presentar una versión todavía más radical y deportiva, el llamado Peugeot 208 GTi 30th.
Este Peugeot 208 GTi 30th, desarrollado en colaboración con Peugeot Sport, al igual que el RCZ R, se sitúa como el tope de gama del 208, aunque se trata de una edición limitada de la que únicamente se fabricarán 1000 unidades, con un precio base de 26.780 euros. Nosotros hemos tenido ya la oportunidad de conducirlo brevemente en el Circuito del Jarama, para contaros todos los detalles.
A pesar de los buenos resultados del GTi, que además es el líder de su tipo en nuestro país, lo cierto es que el mercado de deportivos de segmento B se ha visto mermado enormemente en las últimas décadas. De hecho, el abuelo de este 208 GTi, el 205 GTi, vendió un total de 300.000 unidades durante su vida comercial, una cifra muy superior a los 12.000 vehículos que se han vendido del nuevo modelo hasta la fecha.
Estética específica
Si bien el diseño en términos generales del GTi 30th es igual al de su hermano pequeño (GTi), para diferenciarse recibe algunos retoques, como molduras de color negro mate que en el GTi son plateadas (marco de la parrilla, de los faros antiniebla o taloneras), llantas específicas de 18 pulgadas, pasos de rueda ligeramente ensanchados, difusor plateado y una salida de escape doble y cromada.
A nivel interior recibe asientos tipo baquet forrados en Alcántara, tela y cuero, con costuras de color rojo y una inscripción Peugeot Sport en los respaldos, así como alfombrillas específicas de color rojo, también firmadas por la división deportiva de la casa, cinturones de seguridad también en rojo y una placa conmemorativa del número de unidad en el plafón delantero del techo.
Según Peugeot, para la transformación de un GTi normal en un 30th se invierten 26 horas de trabajo por parte de 14 operarios. A continuación te contamos algunos de los principales cambios que lleva a cabo Peugeot Sport para mejorar el comportamiento del modelo, obviando las modificaciones estéticas ya citadas.
Puesta a punto deportiva
El 208 GTi 30th cuenta con una puesta a punto específica y equipa un motor 1.6 THP de 208 CV y 300 Nm (desde 1.700 RPM), que se atiene a la normativa Euro6 y se combina con una caja de cambios manual de seis velocidades y un diferencial Torsen (ambos tomados directamente del RCZ R). Gracias a esto, el sprint de 0 a 100 km/h lo despacha en únicamente 6,5 segundos, devolviendo un consumo medio homologado de 5,3 litros a los cien kilómetros (125 g/km de CO2), gracias entre otras cosas al Stop/Start.
La marca asegura además que la puesta a punto del ESP y del control de tracción es menos intrusiva, por lo que permite al conductor más alegrías al volante. Además, el sello de Peugeot Sport es que se puede desconectar completamente el control de estabilidad.
El proceso de modificación comienza con lo que se esconde bajo la carrocería. Se ensanchan las vías delanteras en 22 milímetros y las traseras en 16 milímetros, se reemplazan los triángulos inferiores delanteros de la suspensión, las estabilizadoras se cambian por otras más finas pero más rígidas y ligeras, y se modifican las caídas en ambos ejes, aumentando la divergencia delantera y la convergencia trasera.
Tanto los amortiguadores delanteros como los traseros, así como los muelles, tienen un tarado más firme y, además, la altura de la carrocería se reduce en 10 milímetros con respecto al GTi normal. Vamos, que es más bajo y más duro, pero a cambio ofrece una mayor diversión para el amante de una conducción deportiva.
A continuación se equipa el sistema de frenos de mayor rendimiento, escondido en el interior de las nuevas llantas de 18 pulgadas, de color mate, con neumáticos de alto rendimiento Michelin Pilot Super Sport en dimensiones 205/40 ZR18. En el eje delantero los discos son de 323 milímetros de diámetro y las pinzas, pintadas en rojo, son Brembo y firmadas por Peugeot Sport.
El siguiente paso consiste en desmontar ciertos elementos para pasar por el proceso de pintura, en el caso de que el modelo equipe el acabado bitono. Por último, se instalan todos los elementos exteriores (difusor, calandra, faros antiniebla...) y se realizan todas las comprobaciones visuales y dinámicas necesarias antes de que el coche salga rumbo a los concesionarios, para ser entregados a clientes.
Rodando en el Jarama
Prácticamente no han tocado los primeros rayos de sol el asfalto del Circuito del Jarama cuando ya estamos en el pit lane junto a los cinco Peugeot 208 GTi 30th que la marca tiene disponibles para nosotros. Hace un frío que pela, rondando los cero grados, y el asfalto del mítico trazado madrileño tiene pinta de estar gélido. Como nosotros.
Antes de empezar a rodar nos cuentan una serie de requerimientos básicos de seguridad, nos hablan en detalle del modelo y nos facilitan una redecilla para la cabeza (no hemos traído sotocasco) y un casco. Ya estamos listos para subirnos al coche, concretamente al primero tras el RCZ R que hace de liebre y que marcará el ritmo durante las pocas vueltas que tenemos por delante.
El conductor del coche guía nos comenta un par de cosas: en total vamos a dar cuatro vueltas (una de calentamiento, dos rápidas y una de refrigeración), no podemos adelantar y debemos mantener una distancia prudencial entre coches. Además, a la vuelta a los boxes no debemos apagar el motor y, como es lógico, tampoco debemos poner el freno de mano cuando los frenos estén calientes, recién salidos de la pista. Todo controlado.
Salimos a pista, tras el coche guía, y empezamos a afrontar las primeras curvas del circuito. Lo primero que nos llama la atención es el sonido que emite el motor 1.6 THP, muy agradable, pero sobre todo lo elástico que se muestra el propulsor, gracias a la cifra de par máximo desde tan bajas vueltas. El poderío del pequeño motor nos permite no tener que recurrir constantemente al cambio de marcha, e incluso ser un poco vagos y tomar en tercera alguna curva de segunda. ¡Pero es que lo aguanta!
Y no hacemos el vago precisamente porque no nos guste el cambio, sino más bien por comprobar las bondades del coche. La caja de cambios, de hecho, tiene recorridos acertados y un tacto bastante agradable, que permite un engranaje preciso. Además, gracias al diferencial Torsen podemos abrir gas con relativa urgencia a la salida de las curvas, ya que tracciona muy bien y evita el subviraje típico que nos empuja hacia el exterior de la pista cuando aceleramos antes de tiempo en un tracción delantera.
Ya estamos llegando a la frenada de después de Bugatti, aún en la primera vuelta, y me emociono más de la cuenta. Freno quizá un poco menos de lo debido y me tiro al vértice con decisión. ¿Resultado? La zaga se descoloca en un ángulo interesante y me hace trabajar tras el volante. Y esto con el ESP conectado.
Definitivamente las ruedas no están aún calientes y el asfalto está helado a primera hora de una fría mañana de enero. Calma, mucha calma, me digo a mí mismo. Miro por el retrovisor y me pregunto qué estará pensando el compañero que me sigue, Gerard (de Coches.net), que acaba de ver el lateral de mi coche delante de su morro.
Seguimos rodando a buen ritmo y las cosas empiezan a fluir. Buena potencia de frenada, dirección agradable, motor lleno (aunque en circuito casi cualquier cosa nos parece falta de potencia) y, sobre todo, diversión al volante. El coche se menea ligeramente en apoyos y frenadas, recordándonos que está a nuestras órdenes, y nos empuja a conducir con finura y a hacer las cosas bien.
Acostumbrados a coches más pesados, pegados como lapas al suelo y con una agilidad más mermada, el Peugeot 208 GTi 30th nos saca una sonrisa y nos devuelve a la era de los GTi, matagigantes ligeros y potentes capaces de hacernos sentir de nuevo como niños. Lo único malo es que ni nos hemos dado cuenta y ya han volado las dos vueltas rápidas. ¡Qué pena!
Nos hemos quedado con ganas de más pero, en especial, con ganas de probar el modelo en carretera. Peugeot tenía organizado el evento en circuito, pero echamos en falta un puertecito de montaña para disfrutar al máximo del coche. La próxima vez, más y mejor.