Peugeot 2008, presentación y prueba en Alsacia (parte 1)

Viajamos hasta Alsacia para conocer de primera mano el Peugeot 2008. ¿Por qué, esa zona limítrofe entre Francia y Alemania? Bueno, por allí la marca del león tiene concentrado un amplio arsenal industrial. Lo componen las factorías de Trémery --donde también fabrican marcas como Ford, Jaguar y Mitsubishi--, Metz, Hérimorcourt, Vesoul, y las plantas de producción de vehículos de Sochaux y Mulhouse. De esta última, precisamente, sale a la calle el Peugeot 2008.

Lo hace con un adelanto de cuatro semanas sobre la agenda prevista, lo cual lleva a que este esfuerzo industrial desemboque en una coincidencia en cuestión de lanzamientos galos. Peugeot 2008 contra Renault Captur. Dos presentaciones internacionales casi simultáneas. Dos lanzamientos comerciales prácticamente simultáneos. Y como el Captur lo vimos anteayer y ayer, hoy le toca el turno al Peugeot 2008.

En el segmento B triunfan los hatchback, con una cuota del 78,2 % en 2012 por encima de las opciones monovolumen, break, coupé y cabrio. Y en ese encaje los crossover han llegado para pisar fuerte. Es algo que ya sabíamos porque la lectura de Peugeot es la misma que tienen en Renault: los B-SUV desplazarán a los monovolúmenes y quedarán como segunda opción tras los hatch, y eso va a ser a partir de ya. En 2011 ya pasaron por delante de los break y la tendencia se consolidará en 2013.

Claves por las que comprar un Peugeot 2008

Siendo así las previsiones, ¿quién puede interesarse por un vehículo de este subsegmento? En Peugeot apuestan por un público objetivo proveniente del segmento B, y a modo de especulación teorizan con todo tipo de propietarios de turismos B actuales que pasarán a formar parte del cliente ideal para el Peugeot 2008.

El propietario de un hatchback B que quiera mantener las formas de su utilitario pero ganando espacio; el usuario de un break que apueste por un vehículo que contenga más valor; el conductor de un funcional monovolumen que quiera un vehículo más emocional. A esos clientes tipo va dirigida la oferta de la marca del león con el Peugeot 2008.

Y es que los valores que otorgan en Peugeot a su retoño tienen que ver con la funcionalidad, la calidad, la polivalencia, la emoción y la modernidad urbana. Estas son las claves con las que juega el crossover del Peugeot 208 --hatch con el que comparte dos centenares de elementos-- al inicio de su vida comercial.

El próximo 16 de mayo se realizará el lanzamiento del Peugeot 2008 en Europa, y el 20 de mayo, lo mismo sucederá en España. En 2014, el nuevo modelo de Peugeot llegará a China, y ya en 2015 alcanzará América Latina desde Brasil. Para entonces, la previsión de producción de la marca es de 200.000 unidades al año.

Aspecto exterior del Peugeot 2008

Visto al natural, el Peugeot 2008 transmite más sensación de SUV que de crossover del 208. Las formas evocan algo más de fuerza que de rendido dinamismo, un poco más de rotundidad que del confort propio de un hatchback agrandado. Son sólo sensaciones, no es necesario hacer una tesis doctoral de esto que digo; simplemente es que eso es lo primero que transmite.

Tampoco es que podamos encontrar grandes revoluciones estéticas. El Peugeot 2008 es un coche que en el fondo ha sido diseñado sobre la base estética del 208, y sobre todo con una vocación marcadamente internacional. Por eso, sus formas son, de un lado, heredadas, y del otro, contenidas. Limpias y rotundas, pero sin estridencias.

De hecho, la limpieza de formas es un aspecto que se agradece en el Peugeot 2008. Gana su necesaria imagen de vehículo fuerte recurriendo a sutilezas, como el juego de utilizar paneles amplios en vez de emplear añadidos como paragolpes enormes o pasos de rueda agrandados. El frontal queda aligerado, mientras que en la zaga el alerón contribuye a darle dinamismo. Quizá su punto débil sea un portón demasiado contundente en sus formas convexas.

Finalmente, un punto que le otorga un carácter más cercano al mundo de los monovolúmenes que al de los hatchbacks es la escasa caída del techo hacia la parte posterior del vehículo, lo que por otra parte otorga algo más de espacio libre sobre la cabeza de los ocupantes. De todas formas, ahí está la gracia de los crossovers, precisamente: en cómo combinen las características de los subsegmentos de los que toman el ADN.

Interiores y acomodación a los mandos

Al entrar en el habitáculo del Peugeot 2008, encontramos el mismo entorno que en el hatch del que deriva el crossover francés. Como en aquel, destaca el puesto de conducción compacto y muy centrado en la figura del conductor. Ya nos sorprendió en el Peugeot 208 y aquí, sobreelevado, cobra renovado interés en aras de ofrecer una mayor visibilidad.

El acceso a las plazas es muy cómodo, tanto en los asientos delanteros como en la fila trasera. Sin embargo, en estas últimas plazas el espacio disponible, de 81 cm medidos de respaldo posterior a respaldo anterior, se revela algo justo, que no pequeño, mientras que la plaza central es francamente estrecha para un adulto.

Al proceder al reglaje del cómodo asiento (gran idea, el reclinado del respaldo mediante palanca y no con rueda) descubro que no es sencillo encontrar una posición completamente satisfactoria. Quizá sea el pedalier, que lo siento algo elevado, o acaso una combinación de reglajes poco afortunada por mi parte, pero lo cierto es que al final recurro al conformismo para no darle más vueltas a la cuestión. Los retrovisores dan una buena visibilidad y por su parte el cinturón queda alto por defecto, de manera que conviene ajustarlo desde el regulador del pilar B.

El panel de instrumentos que emerge de la línea general, a modo de Head Up, permite una clara visualización de los controles por encima del volante, lo que nos permite mantener una posición de brazos relajada y una facilidad añadida a la hora de maniobrar. Eso nos puede llevar a pensar que la posición es demasiado elevada, pero el alto parabrisas evita que perdamos profundidad de campo visual en carretera.

A continuación encontramos la pantalla táctil de 7 pulgadas de la consola central. Bien situada y dotada de buena sensibilidad al tacto, la pantalla es visible en prácticamente cualquier condición de luz, incluso a pleno sol y con el techo panorámico descubierto, sin cerrar la persiana translúcida interior.

Bajo la pantalla encontramos los controles de la climatización, que son de estética algo retro. Un punto de esos que no se entiende, y que el 2008 tiene en común con el Captur, es la ausencia de aire acondicionado en el nivel de acceso. En este caso, la ausencia de aire (¡y de radio!) se palía con un pack de redención que sale por 890 euros.

En Peugeot han puesto un cuidado evidente en cubrir el salpicadero con tres superficies diferentes, una clásica, otra satinada y decorada con un diseño mil rayas y una última casi aterciopelada, lo que eleva la imagen del interior. Desvío la mirada hacia abajo y me encuentro cara a cara con el famoso freno de estacionamiento en forma de tirador heredado del 208.

La marca habla de un mayor aprovechamiento del espacio. En sí, el tirador que parece sacado de un avión, muy cuidado en los detalles, contribuye a que percibamos una imagen de limpieza y calidad que hace mucho bien al 2008. Sin embargo, la liberación de espacio no se acaba de ver. Eso sí, no me importaría que tiradores como este fueran desterrando ya la vetusta palanca de los tiempos de Charles Phillip Ingalls.

Entre el tirador del freno y la palanca de cambios, encontramos el Grip Control, o selector de modos de tracción sobre nieve, barro o arena, que está disponible sólo en el acabado Allure y dentro de un pack que viene con neumáticos M+S de dimensiones 205/50 R 17 para usarlos durante todo el año. Durante la prueba dinámica tendremos ocasión de ver cómo se comporta.

En Peugeot justifican este paquete con neumáticos incluidos, de cara a un hipotético lugareño del sur de España, hablando de adherencia y de eventuales salidas fuera del asfalto, pero --preguntados por este equipamiento tan curioso, más en un coche tan globalizado-- no concretan posibles inconvenientes como podrían ser mayores consumos, mayor nivel de ruido de rodadura o mayores precios de reposición de unos neumáticos pensados eminentemente para barro y nieve.

Si pasamos al maletero, encontraremos una altura de suelo a piso de 60 cm y un volumen de 360 litros (incluyendo el espacio bajo el piso) que se amplía hasta los 1.194 litros en caso de que abatamos los asientos posteriores. Y si nos decidimos por contar con este espacio de carga, podremos realizar la conversión con una sola mano, ya que el plegado de los asientos es automático, resultando una superficie prácticamente plana.

Y para cerrar el vistazo al interior del habitáculo del Peugeot 2008, tenemos un abundante volumen de 24 litros repartido entre los múltiples espacios portaobjetos, aunque algunos de ellos, como los portabotellas situados al pie de la consola central, resulten más testimoniales que otra cosa debido a la poca altura útil que presentan. La alternativa es usar los espaciosos huecos de las puertas.

Una vez que nos hemos presentado como está mandado, es hora de comenzar a movernos por Alsacia con el Peugeot 2008. Para hacer frente a autopistas, carreteras de montaña y pequeñas poblaciones contaremos con tres motores: 1.6 e-HDI de 115 CV, 1.6 e-HDI de 92 CV y 1.6 VTI de 120 CV, todos unidos a transmisiones manuales. No tendremos oportunidad de probar el tricilíndrico 1.2 VTi de 82 CV ni el diésel de 115 CV con transmisión MCP. No se puede tener todo en la vida.

Continuará... Continúa aquí.

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