En una época donde prácticamente todo son eléctricos, híbridos, deportivos y SUV, Mercedes-Benz ha decidido lanzarse a la aventura con quizá uno de los modelos más rompedores en su gama. La Clase X estrena a la firma alemana en el segmento de las pick-up con una apuesta que no es propia al 100% pero que sí ofrece un comportamiento único con un estilo inconfundible de la casa de Stutgart.
Por fin hemos podido ponernos a los mandos de la Clase X, y nos ha dejado un sabor de boca muy lejano a la tosquedad y los equipamientos espartanos que podíamos esperar de una pick-up. Sigue siendo un vehículo capaz, polivalente y con muy buenas capacidades todoterreno, pero además es refinado en carretera y con buenos acabados en el interior.
Mercedes-Benz Clase X: robusta pero muy agradable
Así de entrada, el recurso fácil sería definir a la Mercedes-Benz Clase X como una Nissan Navara remarcada, pero sería un error. Es cierto que la pick-up alemana está basada en la superventas japonesa y que se fabrica en la misma planta de Nissan en Barcelona, pero hay algo más. En Stutgart se han afanado por ofrecer un modelo con un carácter propio y diferenciado.
No hablamos sólo de unos paneles nuevos para la carrocería con ese estilo tan de la estrella que puebla los modelos de Mercedes-Benz de las últimas temporadas, que también. De hecho exteriormente y especialmente en el frontal se trata de un diseño muy acertado, moderno y fresco, con un lenguaje que fusila a los SUV alemanes y unos pasos de rueda más marcados. Sólo echamos en falta más diferenciación en la zona lateral central y en la parte trasera.
En lo que se refiere al tren de rodaje la Clase X cuenta con un desarrollo independiente que se traduce en un eje delantero totalmente nuevo, un eje trasero rediseñado, una anchura de vías 7 cm superior tanto delante como detrás y nuevas barras estabilizadoras, muelles y amortiguadores.
Esto se traduce en un comportamiento dinámico propio, especialmente por el centro de gravedad 20 mm más próximo al suelo que le dan una sensación de aplomo mayor y una dirección más precisa gracias a una desmultiplicación específica. Además también son propios de la Clase X el equipo de frenos con discos sobredimensionados en el eje trasero y una calibración de ESP también de nueva factura.
Saliendo a carretera con la Clase X destaca que quizá sea la pick-up más moderna en todos los aspectos del mercado europeo actual. Empezando por su interior nos encontramos con un habitáculo digno de la marca, repleto de calidades bien cuidadas y de tacto satisfactorio, los mandos típicos de Mercedes-Benz, pantalla digital, cuadro de mandos, volante multifunción, touchpad... Salvo la palanca del cambio no parece un todoterreno de trabajo.
Una menor cantidad de plásticos de tacto duro tanto en el salpicadero como en las molduras de las puertas habría estado mejor, pero hay que tener en cuenta que será un vehículo destinado al trabajo o al ocio, especialmente en los acabados superiores. La funcionalidad y durabilidad tienen que buscar un equilibrio diferente al de un coche familiar o un SUV.
Arrancamos y nos ponemos en movimiento, y lo primero que se nos viene a la cabeza es que este modelo se diferencia una enormidad con respecto a lo que hasta hace sólo unos años conocíamos como una pick-up. Su funcionamiento es suave, silencioso y muy agradable.
En carretera el motor 250 d de 190 caballos empuja con una dignidad más que suficiente para cualquier uso que le podamos exigir a la camioneta alemana. Con 450 Nm de par motor hay empuje más que de sobra, para afrontar cualquier adelantamiento o incluso para remolcar un total que puede llegar a los 3.500 kg.
La caja de cambios automática de siete velocidades que hemos probado tiene un funcionamiento que prima el confort sobre la efectividad. Su tacto es agradable y de funcionamiento suave aunque algo lento, sin dejar mucho lugar a las emociones pero en general ofrece un comportamiento bastante satisfactorio en todos los aspectos.
El chasis de largueros y travesaños es el típico de estos vehículos originalmente de trabajo, pero se le dota de unas suspensiones refinadas en las cuatro ruedas (trapecio articulado delante, multibrazo detrás con eje rígido) y prescindiendo de las sobreutilizadas balletas en el eje trasero. A cambio de un comportamiento quizá un poco peor a plena carga (hasta 1.042 kg), la Clase X ofrece una comodidad de marcha sobresaliente, aunque quizá un poco blando en las curvas más cerradas.
Una vez que ya hemos comprobado cómo se desenvuelve por el asfalto es hora de saltar a lo marrón. Si bien la Clase X sorprende por un tacto de funcionamiento similar al de los SUV modernos en carretera, a la hora de afrotar tramos offroad no se amilana lo más mínimo y se comporta como lo que es: una verdadera pick-up todoterreno.
Las pistas de tierra no conllevan la más mínima dificultad, pero sí destaca de nuevo, al igual que en carretera, el buen aislamiento del habitáculo y el confort de marcha que transmite. Las suspensiones filtran las irregularidades con vehemencia y sólo en los baches más pronunciados la carrocería se sacude pero sin llegar a hacer tope de suspensión.
Complicando un poco más la ruta por caminos rotos con roderas y piedras sueltas de buen tamaño, esta Clase X sigue haciendo correctamente su trabajo y sortea los obstáculos con bastante facilidad. Eso sí, el tarado del ESP resulta algo intrusivo si lo que queremos es asumir el control en el caso de conductores con manos suficientemente habilidosas.
Para comprobar aún mejor cómo se desenvuelve la pick-up de Mercedes-Benz pudimos acceder a un patio de recreo con algunos obstáculos todoterreno. Vadeos, cruces de puentes, ascensos y descensos pronunciados, inclinaciones laterales... Nos supieron a poco a tenor de lo visto desde el volante de la Clase X, empequeñeciendo las pruebas técnicas gracias a la tracción integral y reductoras con las que viene equipada de serie.
Todas las versiones que equipen la tracción 4x4 aclopable, además de la reductora, también se equipará de serie el DSR, un asistente de descenso que controlará la velocidad de manera constante en bajada, especialmente útil para cuando vamos cargados o arrastramos un remolque cuesta abajo, o para que los menos habilidosos se enfrenten sin miedo a bajadas pronunciadas.
Longitud | Anchura | Altura | Distancia entre ejes | Voladizo delantero | Capacidad de vadeo | Radio de giro |
---|---|---|---|---|---|---|
5.341 mm | 1.920 mm | 1.790 mm | 3.150 mm | 888 mm | 450 mm | 13,4 m |
Tres acabados y tres motorizaciones diferentes para la Clase X
Por el momento las motorizaciones disponibles en los concesionarios serán dos (el mismo bloque de cuatro cilindros y 2.298 cc con dos potencias y tracción 2x4 o 4MATIC), a la espera que llegue en el mes de febrero el buque insignia de la gama, el motor de seis cilindros en uve 350 d (258 CV y 550 Nm) asociado a una caja de cambios automática 7G-Tronic.
Así queda estructurada la gama de motores actual, incluidos los precios base:
Versión | Cilindrada | Transmisión | Potencia | Par | Precio |
---|---|---|---|---|---|
X 220 d | 2.298 cc | Manual. Seis velocidades | 163 cv | 400 Nm | 37.133 euros |
X 220 d 4MATIC | 2.298 cc | Manual. Seis velocidades | 163 cv | 400 Nm | 40.677 euros |
X 250 d | 2.298 cc | Manual. Seis velocidades | 190 cv | 450 Nm | 41.114 euros |
X 250 d 4MATIC | 2.298 cc | Automática. Siete velocidades | 190 cv | 450 Nm | 44.202 euros |
Los acabados se dividirán en tres niveles diferentes. El primero es el Pure, destinado a todos aquellos que busquen en la Mercedes-Benz Clase X el compañero de trabajo perfecto. Por 2.600 euros más el acabado Progressive ya busca un empaque mucho mejor, añadiendo tapicería específica, una carrocería mucho más cuidada con elementos pintados en el color de la carrocería e inserciones cromadas, llantas de aleación de 17", un interior con mejores acabados y sistema de audio específico.
Por último el tope de gama será el Power, un acabado en el que la imagen lo es todo y que supone un sobrecoste de aproximadamente 4.000 euros sobre el Progressive. A cambio nos encontramos con un exterior aún más atractivo con llantas de aleación de 18", faros LED y antinieblas o inserciones cromadas en el exterior. Por dentro asientos con regulación electrónica, tapicería de cuero, climatizador, arranque sin llave y sistema de infoentretenimiento.
De forma común a todas las terminaciones es de agradecer que hasta las versiones más básicas hayan cuidado los elementos más representativos y de seguridad del Clase X. Así, además de la pantalla a todo color que corona el salpicadero, todos los modelos equipan asistente para la frenada de emergencia, ESP, siete airbag, llamada de emergencia, control de presión de neumáticos, asistente de carril y reconocimiento de señales de tráfico.
En definitiva se trata de una apuesta muy arriesgada de Mercedes-Benz. Un modelo que se sale de la partitura habitual en la fábrica de la estrella pero que busca un éxito razonable como la posición más lujosa (y cara) dentro del cada vez más boyante del mercado de las pick-up, sobre todo después de la reforma que ya les permite alcanzar una velocidad de 120 km/h y pasar con una menor periodicidad por las ITV.
Si el segmento se divide entre un 80% de profesionales y un 20% de particulares, Mercedes-Benz aspira a sobreexplotar el aspecto lifestyle y llegar a un reparto quizá del 60%-40%, azuzando a aquellos que quieren un vehículo de aventura con el nivel de acabados inherentes a Mercedes-Benz.
Buena suerte Mercedes-Benz, la pelea va a ser dura.