Con la llegada de su apuesta en el segmento de los compactos, Mercedes-Benz ha revolucionado el panorama ofreciendo una alternativa atractiva y diferente a los modelos que hasta ahora copaban el mercado. El Clase A dejaba de lado su pasado como monovolumen pequeño para convertirse en todo un compacto, listo para competir de tú a tú con lo mejor del segmento.
Durante esta semana vamos a analizar a fondo este compacto de Mercedes-Benz en su variante A 250 BlueEfficiency, que monta el motor más potente de la gama (211 CV), sin contar con el A 45 AMG, que ya son palabras mayores. De momento vamos a ver qué ofrece tanto por fuera como por dentro. ¿Te subes con nosotros?
La clave del éxito para este Mercedes-Benz Clase A es su originalidad, frente a la cual no pueden luchar ninguno de sus competidores. Tanto el Audi A3 como el BMW Serie 1, por ejemplo, están ya muy vistos, por lo que este Clase A es sin duda un soplo de aire fresco para el segmento.
En lo que a tecnología se refiere no ofrece nada diferente al resto, ya que cuenta con motores de cuatro cilindros y es tracción delantera (el único trasera es el Serie 1 de BMW), pero es su diseño y sobre todo el concepto, lo que hace al Clase A ganar muchos adeptos.
Mercedes se ha atrevido a lanzar un producto nuevo, que no ofrecía como tal hasta la fecha, y sobre cuya plataforma ya han diseñado una estrategia para ofrecer diferentes carrocerías, incluídas la del precioso Mercedes-Benz CLA y las futuras variantes todocamino, familiar o descapotable.
Diseño original
Tanto el Audi A3 como el BMW Serie 1 o el VW Golf, son modelos que mantienen una línea continuista. Aunque actualizados recientemente, conservan la esencia de sus antecesores siguiendo la filosofía de que si algo funciona no debemos tocarlo. Para algunos es un acierto y para otros resulta algo aburrido.
Para toda esa clientela que está aburrida de los compactos tradicionales, el Mercedes-Benz Clase A aparece como una alternativa muy llamativa. El lema "Algo está cambiando en Mercedes" le viene al pelo a este Clase A, que abre la puerta a compradores que antes ni se planteaban un Mercedes. Para la marca son clientes jóvenes, aunque tengan 30 ó 40 años.
El atractivo lenguaje de diseño actual de la marca alemana se plasma perfectamente en el Clase A, que luce un frontal presidido por la gran estrella de Mercedes, unos vistosos faros cuyas cejas quedan dibujadas por líneas de LED (opcionales) y el musculoso y elevado capó.
Esta unidad de pruebas, equipada con paquete AMG Sport, es la versión más atractiva, claramente orientada a conseguir una estética más deportiva que en el modelo de serie. Los paragolpes son mucho más llamativos que los de serie, al igual que las taloneras y las llantas multirradio de 18 pulgadas, que están firmadas por AMG (ver foto).
En la vista lateral también luce marcadas líneas o nervios que aportan un toque de deportividad al conjunto, mientras la línea de techo dibuja una pequeña caída según se acerca a la zaga, para culminar en un discreto spoiler de techo con tercera luz de freno integrada.
Desde atrás el Clase A tiene una imponente figura y más todavía con el paragolpes de la Línea AMG Sport, que acentúa la anchura del vehículo. También da la impresión de ser un coche bajo, ya que el techo no está muy elevado. Esa apariencia achatada le hace parecer más pegado al suelo.
Este Mercedes-Clase A mide 4,29 metros de largo, 1,78 metros de ancho y 1,44 metros de alto en el caso de la variante BlueEfficiency (8 milímetros más alto que el Sport). Nuestra versión en concreto, con cambio automático de siete relaciones, tiene un peso en vacío de 1.445 kilogramos.
Interior
Desde el primer momento en que abro la puerta del Mercedes-Benz Clase A me topo con un listón de aluminio retroiluminado en el umbral de las puerta en el que se lee Mercedes-Benz. No es de serie, ya que forma parte de un paquete "alumbrado" (unos 500 euros) que incluye luz ambiente en el habitáculo y un sinfín de elementos iluminados, pero aporta un toque de distinción al vehículo que me gusta desde el principio.
Al elevar la vista me encuentro con algo que también llama la atención a primeva vista. Los dos asientos de corte deportivo, con reposacabezas integrados y un aspecto muy cuidado, están tapizados en una mezcla de cuero y alcántara, junto a costuras en color rojo que no hacen más que recalcar el carácter premium de este compacto alemán. Además son cómodos y sujetan a los ocupantes en su justa medida.
El interior del Clase A destaca por materiales que en general son de buena calidad (también hay plásticos duros), acabados a la altura de Mercedes (aunque no a la altura de modelos superiores y más caros) y por un diseño que resulta atractivo, muy en la línea de los productos de la marca, aunque no sin algunas pegas.
El volante, achatado ligeramente en su zona inferior, tiene una apariencia muy buena y los materiales con los que está fabricado tienen un tacto delicioso. Cuenta con costuras en contraste de color rojo y multitud de mandos para controlar el ordenador de a bordo, el sistema de audio, el manos libres, etc... La pedalera, por ejemplo, es de aluminio e incorpora tacos de goma.
El cuadro de mandos (ver foto) luce relojes con fondo plateado, numeración en gris oscuro y agujas pintadas de color rojo. A la izquierda se sitúa el velocímetro y a la derecha el cuentavueltas, dejando un espacio en el centro para dos pequeños display, uno con la temperatura y la hora (en la parte superior), y otro que ofrece toda la información del ordenador de a bordo.
Es cuando quitamos la vista del puesto de conducción cuando algo no nos cuadra. El salpicadero, que cuenta con llamativos difusores de aire y está recubierto en su parte superior con un plástico blando y en la inferior con un material gomoso que imita la fibra de carbono (en la unidad de pruebas), resulta demasiado alto, demasiado voluminoso.
El acceso a la parte trasera es cómodo (más que en CLA, cuya caída de techo es más acusada) y cuenta con tres plazas, aunque está claramente pensado para dos ocupantes, ya que la plaza central es estrecha y el respaldo se abate a modo de reposabrazos. Cuenta, al menos, con reposacabezas integrado. También es un punto a favor la ausencia de túnel de transmisión (es tracción delantera) que permite al ocupante del centro llevar las piernas cómodamente colocadas.
El maletero cuenta con diversas redes elásticas para fijar objetos y tiene además un doble fondo en el que podemos transportar objetos, ya que no vamos a encontrar una rueda de repuesto. La plaza central trasera tiene un compartimento que comunica el maletero con el habitáculo, útil para transportar esquís, por ejemplo (ver foto).
Toda la gama del Clase A ofrece una capacidad de maletero de 341 litros, que se convierten en 1.157 litros en caso de abatir los asientos traseros. Los competidores directos de este Mercedes ofrecen algunos litros más de volumen (en torno a 20 litros extra), aunque en la práctica no existe demasiada diferencia.
Continuará...
En Motorpasión | Mercedes-Benz A 250 BlueEfficiency, prueba (conducción y dinámica, equipamiento, versiones y seguridad, valoración y ficha técnica)