Como buen monovolumen japonés, el Mazda5 recurre a política de equipamiento cerrada. Cada nivel de equipamiento viene como viene, sin extras, y el resto es a golpe de accesorios. Esta estandarización forzada es rentable para el fabricante y también para el cliente cuando quiere mucho equipamiento.
El Mazda5 se comercializa actualmente en cuatro niveles: Pulse, Style, Luxury e Iruka (serie limitada). A los precios que nos dé el configurador hay que restarle 2.000 euros. En la campaña actual regalan el DVD para las plazas traseras.
Las versiones Iruka se pueden “encargar” por Internet (MazdaShop), aunque no reemplaza a labor del concesionario. Si ya hay un Mazda en la familia, hay otros 750 euros de descuento acumulables a los demás. Por lo tanto, si somos clientes fieles, podemos sacarnos este monovolumen desde 17.650 euros, ó desde 18.400 euros para los demás.
Equipamiento de serie y opcional
Como siempre, desglosamos todo el equipamiento de seguridad aparte. En el nivel básico, Pulse tendremos todos los elevalunas eléctricos, apertura y cierre con telemando, retrovisores externos de ajuste eléctrico, aire acondicionado, siete plazas, radio-CD MP3 con toma auxiliar y cuatro altavoces, y banqueta de segunda fila regulable.
Este nivel de equipamiento es exclusivo del motor gasolina 1.8 o el diesel de 116 CV. Implica tener neumáticos de 15 pulgadas con tapacubos, por lo que los frenos delanteros son un poco más pequeños, de otra forma no entran, algo a tener en cuenta. Si vamos a viajar cargados, es aconsejable rascarse el bolsillo y tener mejores frenos y llantas de 16”.
Para eso hay que ir al nivel Style, que tiene neumáticos 205/55 R16, faros antiniebla delanteros, cristales tintados traseros, sensores de aparcamiento traseros, climatizador automático monozona, seis altavoces, control de crucero, ordenador de a bordo, cuero en volante y pomo del cambio, detalles en aluminio, mandos en volante, sensor de luces y mesitas plegables tipo avión.
En el caso del diesel de 116 CV, esta crecida de equipamiento equivale a 2.000 euros más. El 1.8 Style ya no se vende, si encontramos alguno en stock tiene un descuento un poco más alto, de 2.410 euros. En mi opinión merece la pena el desembolso. Aún quedan dos niveles más.
Si nos decantamos por el Luxury, tendremos llantas de 17” con neumáticos Dunlop SP Sport 205/50, parrilla delantera en color plateado oscuro, faros de xenón, las puertas correderas eléctricas (si no son de accionamiento manual), teléfono manos libres Bluetooth con BT Audio y el sistema de control de presión en los neumáticos. No tiene USB.
Más de un avispado se habrá dado cuenta que las versiones probadas son Luxury. En el 2.0 DISI gasolina, subir de Style a Luxury supone 900 euros. Si hablamos del 1.6 CRTD, la mejora en equipamiento supone 1.150 euros. Es bastante razonable, aunque no es precisamente imprescindible tener tantas cosas.
En cuanto a los Iruka, añaden al Style el alerón trasero de recho, navegador Mazda/TomTom, Bluetooth con BT Audio, llantas de aleación ligera, parrilla delantera gris oscura, consola central en negro piano, tapicería específica y cuatro colores del total de ocho disponibles.
En el catálogo de accesorios podemos encontrar el embellecedor de la parrilla delantera, estribos laterales (dentro de las puertas) en aluminio con iluminación, placa de estribo en el borde del maletero, alerón trasero, colín de escape cromado entre otros. Tiene seis modelos de llantas en total, incluyendo los tapacubos.
También encontramos un navegador portátil Pioneer, adaptador para iPod, Bluetooth específico para iPhone, kit Bluetooth genérico, pedales de aluminio, protector de maletero, luz de maletero, red de separación para mascotas, enganche de remolque, barras portaequipajes (antes eran de serie) y un portabicicletas interior.
En los Luxury se pueden abrir las puertas traseras a distancia, con un botón en el puesto del conductor o desde atrás si no han sido bloqueadas por el control paterno. Si no son eléctricas, no pesan, cualquier adulto puede moverlas. Si falta fuerza, se abren, porque no quedan en una posición intermedia.
Del sistema Bluetooth, comento lo de siempre, que es desesperante el proceso de asociación del teléfono, es muy lento, más nos vale no tener prisa. La función de Bluetooth Audio, dependiendo del teléfono, puede ser poco satisfactoria. Por ejemplo, con un teléfono Symbian nos hartaremos rápido del invento.
El maletero no tiene una tapa como tal, sino una cortina enrollable. Si no vamos a usarla, hay unos embellecedores de plástico para colocarnos en lo que sería su anclaje y que así no desentone. No tiene un hueco específico para guardar dicha cortina bajo el maletero, por lo que puede ser un engorro.
Seguridad
Sobre esta imagen vemos los refuerzos estructurales de la carrocería. El modelo actual es, en teoría, más seguro que el anterior, porque tiene más robustez al ir más reforzado. Hay cambios en el techo, pilares, estribos laterales, puertas, reposabrazos y largueros del bastidor.
Los asientos han sido reforzados en la segunda fila para evitar que el golpe de una carga descontrolada los desencaje. La marca dice que las puertas nuevas toleran mejor las colisiones laterales y también hacen más difícil aprisionar brazos o piernas por sus mejorados detectores de presión. Es difícil que las puertas hagan daño.
En el morro, además de aerodinámica y diseño de emoticono (:D) hay más protección para los peatones en caso de atropello. Hay más plástico para embestir y el capó deforma más favorablemente para reducir los daños. También ha recibido más material absorbente de energía.
No sabemos cómo puntúa en EuroNCAP ya que no lo prueban desde 2005, cuando salió al mercado la primera generación. Sacó buen resultado entonces, cinco estrellas en protección de ocupantes, tres de protección infantil y dos de peatones. Debería ser mejor ahora, también por el ahorro de peso que ha experimentado.
Según los criterios actuales, al ser más seguro y con buen equipamiento de seguridad pasiva, debería conseguir las difíciles cinco estrellas del EuroNCAP moderno, más duro que el vigente en 2005. Sería una sorpresa mayúscula que empeorase respecto al modelo anterior, los cambios los habrán hecho los ingenieros por algo.
En colisión frontal y lateral mostraba una protección buena o adecuada (las dos mejores), pero la protección de peatones era claramente mejorable. Uno de los motivos por los que ha alargado 80 mm entre generaciones es para ser más benevolente en caso de atropello. Pero esto, salvo demostración empírica, es una especulación muy probable.
Respecto al equipamiento de seguridad activa, también tendría buena puntuación. Todas las versiones tienen ESP (DSC en Mazda), servofreno de emergencia, control de tracción, distribución de la fuerza de frenada e inhibición del pedal del acelerador cuando se pisa el freno; esto lo han hecho pensando en EEUU.
Pensando en la seguridad pasiva tiene seis airbags (frontales delanteros, frontales laterales y de cortina), cinturones delanteros con pretensores y limitadores de carga, ISOFIX en la segunda fila, pedales colapsables y columna de dirección colapsable. Los reposacabezas no son activos.
Carece de múltiples ayudas suplementarias, como el avisador de ángulo muerto (lo tiene el Mazda3), control de crucero activo, asistente de carril, asistente de luces largas, frenado automático, advertencia de somnolencia, luces direccionales en curva o luces de conducción diurna. No está precisamente a la última.
Continuará..
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