El Ford Mustang Mach-E es uno de los coches eléctricos más esperados de 2021. Lo es por nosotros, el público, porque es la promesa de que a pesar de ser un SUV, podría al fin haber en el mercado un eléctrico mínimamente divertido más allá del sempiterno Tesla Model 3 Performance. En todo caso, uno que tenga un precio razonable y no se vaya al territorio del excepcional pero exclusivo Porsche Taycan.
Pudimos sentarnos en el asiento del copiloto con motivo de un breve galope a lomos de este pony eléctrico y descubrir de primera mano su interior, así como hacernos una pequeña idea de cómo se comportará en la carretera el nuevo Ford Mustang Mach-E.
La estrategia de Ford en cuestiones de coches eléctricos ha sido más bien tímida hasta ahora. Hubo algunas propuestas, pero eran modelos testimoniales y que no estaban disponibles en todos los mercados, como el Ford Focus eléctrico de anterior generación. Ahora, Ford llega con una propuesta mucho más madura, trabajada y que debe ser el escaparate de la movilidad eléctrica de la marca del óvalo azul. Y para dejar huella, no hay nada como usar el nombre de Mustang.
Así, por segunda vez en su historia, la familia Mustang crece. Esta vez no se trata de un Mustang II, un pequeño coupé que no daba la talla, sino de un crossover 100 % eléctrico. Mustang, SUV y eléctrico son a priori conceptos incompatibles en un mismo coche. ¿Herejía? Tampoco nos pasemos. ¿Provocación? Quizá un poco, sí. La cuestión es que tras dar una vuelta en el asiento del copiloto a bordo del Mustang Mach-E, este nuevo coche podría finalmente ser digno de la ilustre familia Mustang.
El Ford Mustang ya se puede reservar y comprar, aunque las primeras unidades no empezarán a llegar a España hasta el mes de abril de 2021. No habrá varios niveles de acabados, sino que su gama se organiza al rededor de si es tracción trasera (RWD) con un solo motor eléctrico o tracción integral (AWD), con dos motores eléctricos (uno por eje). La tracción a su vez se puede combinar con dos baterías. La primera es la de Rango Estándar, de 75,7 kWh, y la segunda es de 98,7 kWh (con una capacidad útil para esta de 88 kWh). En total, habrá cuatro versiones y tres niveles de potencia que van desde 269 CV hasta 351 CV. A destacar, que ambas baterías cuentan con refrigeración por líquido.
En la segunda mitad de 2021, llegará la versión GT de 487 CV. Será el tope de gama, con batería de 98,7 kWh, dos motores y una autonomía de 500 km, pero capaz del 0 a 100 km/h en 3,7 segundos. Contará con algunas diferencias a nivel estético, como una calandra negra con imitación de rejilla y los plásticos de los pasos de rueda en color carrocería, cuando en las otros versiones es negro mate o negro brillante.
Batería | Potencia | Precio (desde) | Autonomía (WLTP) | |
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Mustang RWD Rango Estándar | 75,7 kWh | 198 kW (269 CV) | 48.472 euros | 440 km |
Mustang RWD Rango Extendido | 98,7 kWh | 216 kW (294 CV) | 56.277 euros | 610 km |
Mustang AWD Rango Estándar | 75,7 kWh | 198 kW (269 CV) | 55.772 euros | 400 km |
Mustang AWD Rango Extendido | 98,7 kWh | 258 kW (351 CV) | 64.902 euros | 540 km |
En vivo
El diseño del Mustang Mach-E está lleno de referencias al Ford Mustang coupé. Desde los marcados pasos de rueda que aluden a la musculatura, el largo capó, la forma de la calandra o los pilotos traseros, así como la línea de techo descendiente, todo está hecho para recordar al Mustang Coupé. Por las fotos vistas hasta ahora, tenía la sensación de que sería un SUV más alto que largo, de proporciones extrañas.
Una vez frente a él, gana mucho en vivo. No deja de ser un coche imponente, mide 4,71 m de largo por 1,88 m de ancho y casi 1,60 m de alto, pero las proporciones son las correctas. Tiene un perfil bastante alargado y no parece tan alto, salvo bajo algunos ángulos. Dicho de otro modo, llama la atención, para bien y gusta mucho.
Es hora de subir a bordo, por fin. Lo primero que llama la atención es lo espacioso que resulta. Delante, la pantalla central de 15,5 pulgadas no resulta intrusiva y el diseño general del salpicadero es un sabia mezcla de tradición y modernidad. Nos encontramos con los tres elementos clásicos de un salpicadero, a saber, cuadro de instrumentos, la consola central y el túnel central. Salvo que aquí el cuadro de instrumento es una tablet digital de 10,2 pulgadas, la consola central es una de 15,5 pulgadas y el túnel central es de tipo flotante y no toca la consola central. Prueba de que no es necesario poner una única pantalla para que parezca un interior moderno.
La pantalla central es, al igual que en un Tesla, el centro neurálgico del coche. Permite le control todos los aspectos del coche, desde el modo de conducción, las asistencias a la conducción o la frenada regenerativa “ePedal”, la cual no es regulable y solo tiene dos opciones: on y off. Por otra parte, el Mach E conserva mandos físicos para los limpiaparabrisas y un volante multifunción desde el que controlar la música, el control de crucero activo con función stop&go y el sistema de conducción semiautónoma Ford Co-pilot 360º.
Por cierto, en Ford también han tomado nota de lo que hizo Tesla y el Mach-E será actualizable en remoto (over the air). Y las actaulizaciones podrán afectar tanto al software del infoentretenimiento como a la gestión de la amortiguación o incluso a la capacidad de la batería si fuese necesario.
Detrás, tampoco falta espacio, ni en altura ni para las piernas. Ford indica que hay casi un metro de espacio par las piernas de los pasajeros traseros. Como en casi todos los coches, la plaza central trasera es para un caso muy puntual, pues es más corta y estrecha que las dos plazas principales.
Por otra parte la arquitectura del coche ha permitido disponer de un maletero trasero de algo más de 400 litros y un maletero delantero de 100 litros, siendo este último totalmente impermeable y drenable; se puede lavar con un manguerazo y listo.
La calidad de los materiales también me ha sorprendido gratamente. Es verdad que la tapicería de cuero tiene ese toque y aspecto tirando un poco a plástico, pero al menos será duradero, pero el resto de materiales empleados son de buena factura, con un aspecto y un tacto casi premium. En todo caso, es todo menos plasticoso. Al final, es lo que se espera en un coche tecnológico y de más de 50.000 euros.
Sensaciones en movimiento
Por desgracia, todavía no se nos permite probar el coche, ni siquiera para dar una vuelta a la manzana, pues hasta principios de 2021 no llegarán las primeras unidades. De momento, nos hemos tenido que conformar con ir de pasajero en una suerte de mini trazado en la Marina de Valencia a bordo de la versión más sencilla, la RWD de 269 CV y en el modo deportivo Untamed (sin domar, en inglés), de los tres que posee el coche. Estos son Active (el modo normal por defecto), Whisper (susurro, en inglés; es el modo eco) y Untamed.
Los modos de conducción influyen en la respuesta del motor al acelerador, la dureza y rapidez de la dirección, firmeza de la suspensión y gestión de la batería, así como en el control de tracción y estabilidad y en el reparto de par, en caso de ser un AWD. También influye en el sonido que emite el coche a bordo, el cual es diferente del que se oye fuera. Si bien en el modo Whisper, no deberíamos oír nada, en modo Untamed tendremos un sonido de V8 refinado.
Evidentemente, es más falso que un billete de Monopoly, pero está tan logrado que en las fases de aceleración suena muy natural y real. Es como si hubiese un motor de gasolina que subiese de vueltas. Solo después de un tiempo, recuerda uno que está en un coche eléctrico y no en un SUV con V8.
El Mustang Mach-E pasó parte de su desarrollo en circuitos por medio mundo y en algo se tenía que notar. Esta muy pequeña muestra de lo que es capaz arroja un poco más de luz y hace presagiar de un coche con un comportamiento dinámico muy prometedor. Debido a que el peso del paquete de baterías se concentra bajo en el chasis y entre los dos ejes, el Mach-E no tiene que luchar mucho contra la inercia para cambiar de dirección.
El balanceo de la carrocería está presente, pero es relativamente mínimo y el agarre de los Bridgestone Turanza, especialmente bueno, considerando que son de baja resistencia a la rodadura y que el asfalto estaba mojado. Desconozco si el eje delantero es directo o lento, pero sí se aprecia, incluso desde el asiento del copiloto, como el eje trasero sigue la trayectoria marcada y ayuda a tomar la curva. Unas sensaciones que no son habituales en un SUV y más aún en un eléctrico.
Pero el Mustang Mach-E no solamente nos ha dado indicios de qué debería saber moverse en curvas y a buen ritmo, también sabe mostrarse muy cómodo en ciudad. Es un entorno en el que se muestra refinado y con unas suspensiones, aunque un pelín firmes, parecen ser benévolas con sus pasajeros. De nuevo, solo son unas primeras impresiones. Veremos si se confirman o no, en 2021.
Los fan más acérrimos del Mustang se mofarán del Mach-E solo por osar llevar el nombre de Mustang, pero si una vez que podamos probarlo de verdad todas estas primeras impresiones se confirman, quizá sea un poco más fácil de aceptar que un SUV eléctrico haya sido bautizado como Mustang. Al final, no parece que se aleje de los valores asociados al Mustang. Destaca para bien entre la multitud, es dinámico, cómodo, es rápido (o muy rápido, según las versiones) y tiene espacio para cuatro. Vamos, lo que siempre fue un Mustang.
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