Probamos el DFSK 500: un SUV urbano chino que ofrece espacio, sencillez y la etiqueta ECO por 20.000 euros

Tras varios años en nuestro mercado dedicándose exclusivamente al sector de los comerciales, DFSK decidió entrar en el mundo de los turismos hace poco. Hasta ahora, su gama estaba formada por un SUV de siete plazas (DFSK 580) un SUV compacto (DFSK F5) y un SUV urbano 100% eléctrico (DFSK Series 3).

Con el lanzamiento del DFSK 500, la marca asiática pretende expandirse con un producto de gran volumen que apunta directamente al segmento de moda, el de los SUV urbanos, y lo hace con la posibilidad de tener la etiqueta ECO gracias al GLP.

Una fórmula que funciona en nuestro mercado

Aprovechando la debilidad de la industria del automóvil occidental provocada por el Coronavirus y el auge de los coches electrificados, los fabricantes chinos llevan ya un tiempo en Europa, pero nunca habían hecho mucho ruido. En 2021 todo cambió y, desde entonces, su expansión ha sido imparable.

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Son muchas las marcas chinas que han aterrizado en nuestro continente en los últimos meses. La mayoría de ellas están apostando al 100% por la electrificación, pero en el corto periodo de tiempo que llevan aquí han visto que una cosa son las directrices que llegan desde Europa y otra la realidad.

Y la realidad es que la cuota de coches eléctricos en el mercado europeo todavía no puede hacer sombra a la de los modelos de combustión. Por supuesto, algunos países están más avanzados que otros en este sentido, mientras que en otros la presencia de coches puramente eléctricos es todavía testimonial. España es uno de estos últimos.

España es uno de estos últimos casos. Por eso, algunas de las compañías chinas que llegaron aquí hace unos meses y lo hicieron con una gama exclusivamente eléctrica, como MG, están cambiando su estrategia para ofrecer también modelos de combustión, es decir, los que realmente se venden.

Tampoco hace falta hacer un profundo estudio de mercado para entender qué tipo de producto funciona mejor en España, especialmente en los últimos meses. Basta con ver las primeras posiciones de las listas de ventas para entender que los SUV pequeños, baratos y, a ser posible con etiqueta ECO, tienen muchas papeletas para triunfar. Los coches sencillos y asequibles funcionan.

El Dacia Duster y el Seat Arona son buenos ejemplos, incluso el Dacia Sandero Stepway podría entrar en este grupo gracias a su estética crossover. Hay otro modelo que ha logrado medirse de tú a tú con todos ellos y ser otro éxito de ventas en poco tiempo: el MG ZS.

MG, que ahora es una marca china del grupo SAIC, comenzó vendiendo este SUV urbano únicamente en su versión eléctrica, pero rápidamente tomó el pulso a nuestro mercado y supo que una variante de gasolina barata sería un acierto.

El tiempo ha dado la razón a MG y ahora DFSK, que nació de la unión de los gigantes chinos Dongfeng y Sokon, sigue una estrategia similar con el DFSK 500. En esencia, este SUV urbano es la variante de combustión del DFSK Series 3 completamente eléctrico que ya conocemos porque comparten diseño y dimensiones, aunque su precio no tiene nada que ver.

Cambio automático, etiqueta ECO y mucho espacio interior

Con una tarifa de partida de 18.495 euros incluyendo las campañas comerciales de DFSK y la oferta por financiar, el DFSK 500 apunta directamente al MG ZS, que está a la venta desde 17.190 euros con descuentos, y a la gran estrella de la categoría: el Dacia Duster, que parte desde los 19.590 euros.

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El DFSK, por tanto, se encuentra a medio camino de sus dos rivales en lo que respecta al precio, pero es el único de los tres con cambio automático en su versión de acceso y también es el más grande por fuera, lo que se traduce en más espacio interior. Además, puede lucir la etiqueta ECO gracias a su versión de GLP, de la misma forma que el Dacia Duster, mientras que el MG directamente puede ser eléctrico, pero no tiene opción ECO.

Al igual que el DFSK Seres 3 con el que comparte diseño (solo cambia el nombre del modelo en el portón trasero y el diseño de las llantas, que en el gasolina son siempre de aleación y 16”), el DFSK 500 mide 4,38 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,65 metros de alto. Por continuar con la comparación, el MG ZS mide 4,32 metros de largo y el Dacia Duster 4,34 metros.

Esos centímetros extra del DFSK lo convierten en uno de los SUV urbanos más grandes del mercado, de hecho, se queda muy cerca de las dimensiones de un SUV compacto.

Gracias a ello, también es uno de los coches más amplios de la categoría y tiene unas plazas traseras realmente aprovechables, con espacio de sobra para dos adultos y menos ajustadas que las de otros modelos del segmento si viajan tres personas porque no hay túnel central y el suelo plano deja más espacio para las piernas.

Aunque el suelo está tan alto que obliga a flexionar más de la cuenta las rodillas, como en la mayoría de coches eléctricos, sin ir más lejos, como en el DFSK Seres 3, pese a que el DFSK 500 no esconde un paquete de baterías debajo.

El maletero, sin embargo, no es su punto fuerte, sobre todo si tenemos en cuenta su tamaño exterior. Se conforma con 318 litros de capacidad, solo 8 litros más que el DFSK Seres 3 eléctrico y menos de lo que ofrecen muchos utilitarios convencionales, como el Seat Ibiza (355 litros) o el Skoda Fabia (380 litros).

Con ese volumen de carga, está claramente por debajo de la media del segmento y lejos de sus principales rivales, puesto que el MG ZS tiene un maletero con 448 litros de capacidad y el del Duster cuenta con 445 litros en la versión ECO-G de gasolina y GLP.

El DFSK tampoco destaca en el apartado de equipamiento. Está disponible con dos niveles de acabado: Luxury e Intelligent. Ninguno de los dos cuenta con faros Full LED o climatizador (solo aire acondicionado), ni siquiera en opción, aunque el segundo añade freno de estacionamiento eléctrico, techo solar con apertura eléctrica, sensores de aparcamiento delanteros y traseros o retrovisores plegables eléctricamente.

La tapicería siempre es de lo que DFSK demonina “eco-cuero”, es decir, de cuero sintético y el panel de instrumentos es completamente analógico, aunque incorpora una pequeña pantalla monocromo en el centro para mostrar los datos del ordenador de a bordo.

La pantalla táctil central es de 7”, por lo que resulta algo pequeña para los estándares actuales, pero se ve bien y el multimedia es compatible con Apple CarPlay y Android Auto, siempre con cable.

Todos los mandos quedan a mano y es muy sencillo de utilizar. Los ajustes, a priori, son sólidos y los materiales parecen estar hechos para aguantar bien el paso del tiempo, como en el Dacia y el MG. Eso sí, no hay plásticos blandos ni concesiones al lujo, simplemente es un interior práctico y sencillo en el que la calidad pasa a un segundo plano, en la línea del Dacia Duster.

Al volante del DFSK 500: sencillez llevada a la máxima expresión

Lo que se echa en falta es una mayor presencia de sistemas de asistencia a la conducción. En este sentido es más parecido a un coche de hace diez años que a uno actual porque no tiene ayudas que prácticamente se han hecho imprescindibles, como la alerta de cambio de carril o el asistente de mantenimiento de carril, así como elementos que mejoran la seguridad, como los faros LED. De hecho, es uno de los pocos coches que se venden únicamente con faros halógenos (las luces diurnas sí son LED).

En cambio, solo está disponible con cambio automático de tipo CVT que se asocia únicamente a un bloque de cuatro cilindros y 1.5 litros atmosférico de origen Mitsubishi que desarrolla 106 CV a 6.000 rpm y un par máximo de 148 Nm entre las 2.800 y las 3.600 rpm.

Según la ficha técnica proporcionada por la marca, esta mecánica permite al DFSK 500 alcanzar una velocidad máxima de 165 km/h, homologar un consumo medio de 8,3 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 188 g/km, y acelerar de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos, exactamente la misma marca que el DFSK Seres 3 eléctrico de 163 CV, por lo que este último dato cuesta creerlo, sobre todo después de conducirlo.

No es que el DFSK 500 sea precisamente ligero (pesa 1.485 kg) y su motor, además ofrecer la potencia justa, no cuenta con la ayuda de un turbo que proporcione un empuje más contundente, por lo que obliga a tomarse las cosas con calma.

El cambio tampoco ayuda cuando se buscan las prestaciones; es un variador continuo con un funcionamiento suave y agradable, pero al pisar el acelerador a fondo tiene el comportamiento típico de estas transmisiones: mucho ruido y pocas nueces.

Además, el sonido que produce no está acompasado con la ganancia de velocidad, de hecho, es muy rumoroso cuando se pisa a tope el pedal derecho. Tiene levas para utilizar las marchas prefijadas del cambio de forma manual, pero usarlas no mejora su rendimiento, ni siquiera en el modo de conducción Sport (también tiene modo Normal y Economic).

Todo esto lo convierte en un coche de ciudad, donde se mueve con suficiente soltura y es agradable de conducir, mientras que en carretera no está cómodo y requiere paciencia en ciertos momentos, como en un adelantamiento, una incorporación a la autovía o al recuperar velocidad.

A falta de probarlo a fondo y, a juzgar por el recorrido hecho en la primera toma de contacto, tampoco es un coche frugal, ni en carretera ni en ciudad. Los 8,3 l/100 km que declara en su ficha técnica sirven para hacerse una idea, pero, a diferencia de su hermano eléctrico, no tiene problemas de autonomía porque incorpora su depósito de gasolina es de 50 litros y la versión ECO añade uno de GLP con 52 litros de capacidad.

Este último va ubicado bajo el suelo del maletero, en el hueco de la rueda de repuesto. En la consola central, justo delante de la palanca de cambios y bien disimulado, hay un botón para activar el GLP o utilizar exclusivamente la gasolina que incluye el indicador del nivel del depósito de GLP.

Gama y precios del DFSK 500

La diferencia de precio entre la versión de gasolina y la de GLP es de 2.224 euros. A cambio, el DFSK 500 tiene la etiqueta ECO, más autonomía y la posibilidad de moverse con un combustible que sigue siendo bastante más asequible que la gasolina.

Sea cual sea la opción escogida, el único extra disponible a la hora de comprar el coche es la pintura metalizada, que cuesta 615 euros. Todo lo demás forma parte del equipamiento Luxury o del Intelligent, que por 2.000 euros más añade elementos como el techo panorámico eléctrico, los sensores de aparcamiento o los retrovisores plegables eléctricamente.

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DFSK también ofrece una extensión de garantía de tres años a cambio de 900 euros más. La garantía estándar del 500 es de cuatro años y con esta opción se alarga hasta los siete años, igualando la de Kia, aunque DSFK todavía está lejos de la marca coreana en lo que a presencia en España se refiere, si bien, para finales de este año, pasará de los 33 concesionarios que tiene actualmente a un total de 45.