Citroën C4, a prueba: ahora es 'más coche' que antes
Parece que fue ayer cuando vimos nacer la segunda generación del Citroën C4, pero lo cierto es que han llovido 5 años desde entonces y ya tocaba darle un lavado de cara al compacto de la marca del doble chevrón, el germen de una completa gama en la que el top de ventas es el Cactus, tal y como aprovechan para explicarnos desde Citroën con entusiasmo.
Pero hemos venido a hablar del compacto que fue origen de todo, y para eso hemos acudido a Madrid, donde el Citroën C4 nos espera renovado con especial atención a los detalles. Es un facelift sencillito pero resultón. Y como resultado de ese ser resultón tenemos un buen salto hacia adelante en la calidad que percibimos a bordo durante la presentación del Citroën C4 2015.
Citroën C4 2015: pocos cambios en el exterior,
pero 'más coche' en el interior
En la parte exterior el Citroën C4 2015 cambia eso que la marca denomina la "firma luminosa", es decir la imagen que forma el sistema de alumbrado: luces diurnas LED en unos grupos ópticos que quedan enmarcados en cromados sobre negro y que se van afilando hacia los laterales del vehículo, y faros posteriores con efecto tridimensional, que realzan las líneas del portón. También incorpora llantas nuevas, Miami de 17 pulgadas, con opción a llantas de 18 pulgadas. Y en la parte de colores para la carrocería se ofrecen nueve tonos, dos de los cuales son nuevos: Gris Galet y Gris Platino.
Es decir, que este lavado de cara viene a ser un lavado de cara algo gatuno: lo justo y necesario. Donde realmente se notas las novedades del Citroën C4 2015 es en el interior, que gana puntos en calidad percibida. Lo más destacable es el salpicadero que todo lo preside, que cambia y gana limpieza de formas, pierde botones y delega buena parte de los controles en la pantalla.
Al ocupar el habitáculo, vemos que este interior hace gala de comodidad, confort o como lo queramos llamar. El renovado Citroën C4 se vale de una gran batalla de 2.608 mm para dar un gran espacio a los ocupantes. Eso sí, no ha variado de cotas exteriores respecto a su predecesor. Sigue midiendo 4.329 mm de longitud y 1.789 mm de anchura, por 1.489 mm de altura.
También se ve más coche, casi a caballo entre el anterior C4 y un DS, y bastante más parejo con su primo Peugeot 308 de lo que seguramente le gustaría reconocer. El salpicadero viene bien trabajado en cuanto a materiales. La nota de prensa habla de piel "slush", aunque sin emplear tales palabros para definir el tratamiento que le han dado, lo cierto es que resulta agradable a la vista y al tacto. También resultan agradables los ligeros detalles cromados que buscan acentuar esa sensación de que el C4 ha crecido en nivel de calidad percibida.
La posición de conducción es cómoda, con un volante bajo, muy robusto y ligeramente achatado que permite conducir con los brazos relajados. No es un i-Cockpit como el de Peugeot, así que los agnósticos se ahorrarán unos cuantos sarpullidos, pero igualmente transmite una sensación de ergonomía que sienta bien. La información que se recibe por el panel de instrumentos es clara y si bien los mandos del volante multifunción no se encuentran en una posición demasiado cercana a los pulgares, por quedar próximos al centro del aro, se alcanzan sin problema.
La consola central es sin duda el punto de este habitáculo que más se beneficia de la limpieza llevada a cabo por Citroën, de forma similar a la tendencia que ha seguido el resto de PSA. Pocos botones y un peso delegado en una pantalla de 7 pulgadas, que ahora es táctil. Esta responde bien al manejo y no ofrece problemas de reflejos o pérdida de luminosidad a pleno sol, si bien queda un poco pequeña en su contexto.
A través de la pantalla accedemos a la navegación, con vista de la cartografía en perspectiva, avisador de límites de velocidad y proceso de rutas con análisis de tráfico y consumo de carburante; también es la puerta de los sistemas multimedia (radio, streaming y conexión de dispositivos móviles, con integración del Bluetooth para manos libres, agenda, vista de las fotos del perfil, además del ajuste de los parámetros del vehículo.
En general, la sensación que transmite el interior es positiva. Se nota que estamos en un habitáculo à la française, con un notable gusto por la comodidad de los ocupantes, dándoles espacios portaobjetos por doquier y cuidando de que todo quede al alcance de la mano.
En marcha con el renovado Citroën C4
Para ver de primera mano cómo se maneja el nuevo Citroën C4, realizamos una breve toma de contacto por los alrededores de Madrid. No será un gran trayecto: lo justo y necesario para apreciar la dinámica del vehículo tanto en autovía como en carretera, y el manejo de mandos en su actual disposición.
Ya en marcha, se aprecia el trabajo realizado para la reducción de ruidos procedentes de la aerodinámica y la rodadura, si bien el motor (BlueHDi 150 CV para la versión probada) continúa siendo algo sonoro, sobre todo en frío, y consigue hacerse notar pese al trabajo realizado en el aislamiento acústico. En cuanto la temperatura es óptima, sin embargo, esa sensación se mitiga.
En la dinámica, el renovado Citroën C4 no presenta sorpresas. Mantiene esa suspensión suave (McPherson delante, traviesa deformable detrás) que presenta balanceos en curvas, aunque se mantiene firme por lo general. Absorbe bien las irregularidades del terreno e incluso los resaltos más despiadados sin despeinarse. En general la sensación es buena.
La dirección electrohidráulica transmite un tacto algo suave, si bien aquí hay opiniones para todos los gustos al contrastar las primeras impresiones con mis compañeros de la jornada. Mi observación personal es que la asistencia es algo excesiva, pero soy consciente de que cada día me estoy quedando más solo defendiendo que los volantes sean duros de girar para tener algo más de precisión de manejo. Eso sí, reconozco que en maniobras esta dirección acompaña muy bien.
En cuanto a la cadena cinemática, hay poco que aportar aquí. Sobre la versión probada, estamos hablando del tope de gama, de manera que muy mal tendrían que estar las cosas para que nos dejara mal sabor de boca. Evidentemente el propulsor de 150 CV tira del carro con vigor, y la caja de cambios manual está bien ajustada a lo que es un ritmo de conducción cotidiano.
La parte menos agradable de estos motores BlueHDi es que su trampa de NOx funciona con AdBlue, y que después de todo son motores de gasóleo, con todo lo que eso conlleva. Poco a poco los motores de gasolina están ganando par y reduciendo consumos, de manera que habrá que ver qué recorrido le queda a la estrategia de vender diésel, que es uno de los pilares no ya de esta marca sino del grupo francés en la que se encuentra y del continente europeo en general.
En la misma PSA, el PureTech de gasolina llega pisando fuerte, y desde luego no defrauda en el uso diario, pero mientras dure la pasión por el gasóleo en nuestro mercado... De hecho, ahí están los números de ventas para dar la razón a las marcas que siguen apostando firmemente por el diésel. Aunque también sabemos que la tendencia apunta a que esos números cambien lentamente.
Algunos detalles más
El Citroën C4 2015 es un coche de detalles que se aprecian a medida que los vas descubriendo, por lo que en una presentación de formato breve poco podemos explayarnos con él. Por pura dinámica de presentación, queda en el tintero comprobar cuál es el uso que hace el renovado C4 de los sistemas que poco a poco se están convirtiendo en los nuevos básicos de la seguridad activa avanzada, tales como el detector de ángulo muerto, el avisador de cambio de carril involuntario o el control de tracción ASR.
Sí que hay tiempo para comprobar el funcionamiento de algunos complementos de confort, ya que la unidad que utilizamos viene completamente equipada. Así, los asientos calefactables con función de masaje (150 euros con el acabado Shine) son de esos opcionales que se agradecen, aunque llaman algo la atención cuando los encontramos en un compacto como este. Será la democratización del automóvil de la que hace gala Citroën desde 1919.
En este mismo grupo cabe ubicar tanto el sistema de audio, que firma la histórica firma francesa Denon y cuenta con amplificador digital, altavoces traseros de gran rango y un subwoofer, como la toma de 220 V o la linterna extraíble que se encuentra en el maletero.
En definitiva, hablamos de la suave renovación de un compacto que llevaba unos años ya sin moverse, una renovación que la marca del doble chevrón ha aprovechado para dotar al habitáculo de más comodidad y tecnología para los ocupantes, y que se vale de las nuevas motorizaciones de la casa madre para ponerse al día. El resultado es un Citroën C4 que crece en calidad percibida y que da un paso adelante en detalles.
Los gastos del viaje para esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.