Probamos el Citroën ë-C3: un eléctrico asequible que es más coche por un poco más de dinero de lo que cuesta un Dacia Spring

En su cuarta generación el Citroën C3 se ha reinventado de nuevo y la gran protagonista de su gama es su esperada versión eléctrica. Su tarjeta de visita, ser un coche eléctrico barato nacido en Europa como alternativa a los coches chinos que tan fuerte han entrado en el mercado.

Lo consigue: es un cero emisiones que arranca por debajo de los 23.000. Y el gasolina mantiene más o menos el precio que tenía su predecesor, partiendo de los 15.000 euros. Ya hemos conducido ambas versiones: analizamos la receta de este C3 de nueva era que ya es más SUV que utilitario.

Un utilitario cómodo, que cumple con lo necesario

Como el resto de coches de Stellantis que tienen versión eléctrica, a primera vista el nuevo Citroën C3 no se diferencia en su opción térmica o eléctrica: son iguales más allá del logo que indica que es el Citroën ë-C3 o bien el C3 a secas. Calcan hasta capacidad de maletero gracias a que la batería va entre los dos ejes.

En Motorpasión

Probamos el Dacia Spring: por fin un coche eléctrico muy barato que cumple su palabra

Así, estamos ante un utilitario que ronda los 4,0 metros de largo con regusto a crossover, con un prominente frontal bastante elevado y algo más de distancia al suelo. Su diseño es aún más en clave SUV que el de tercera generación que ya se parecía bastante al C3 Aircross, la opción todocamino del C3. Es más, en esta nueva entrega se seguirá manteniendo el Aircross como SUV compacto y con cabida para siete ocupantes.

Pese a parecer más SUV, el nuevo Citroën C3 ofrece una habitabilidad muy parecida a su predecesor: su distancia entre ejes es prácticamente idéntica y se queda en 2,54 m. Hablamos de un utilitario así que en las filas traseras caben mejor dos pasajeros que tres pese a que es un cinco plazas. Lo habitual en coches de su segmento. Aún así, ofrece un espacio correcto para las piernas detrás:

A la izquierda el espacio disponible para una persona de 1,62 m con el asiento delantero reglado para un conductor de esta altura. A la derecha, el espacio que queda para las piernas con el asiento colocado en su posición más retrasada.

Más moderno y más tecnológico, para mantener un precio similar al anterior C3, Citroën ha optado por la receta de recurrir a lo esencial y ahorrar en algunos materiales. Así por ejemplo el salpicadero es de plástico duro, aunque no la zona inferior que puede ir hasta revestida en textil en el acabado más completo, el Max. Esto ayuda a una buena calidad percibida.

Al sentarnos en el puesto de conducción nos da la bienvenida un estrecho panel digital que sustituye las esferas analógicas del anterior C3. Lo denominan Head-Up Display, aunque no lo es. Se puede configurar y muestra datos como la velocidad, la autonomía o el consumo.

De las pocas diferencias entre el eléctrico y el gasolina: el ë-C3 tiene freno de estacionamiento eléctrico y no de mano, por lo que añade el reposabrazos central y cofre portaobjetos bajo él.

Cumple pese a no ser muy grande, aunque en la versión de gasolina se echa de menos el cuentarrevoluciones. En su lugar tenemos la indicación de cambio de marcha, que suele pedir que cambiemos a bajas vueltas para ahorrar combustible.

El salto tecnológico del Citroën C3 se aprecia sobre todo con la nueva pantalla multimedia de 10,25 pulgadas, que flota sobre el salpicadero en vez de estar integrada como antes. Además de ser más grande, ahora es de alta definición, en color y se organiza tipo smartphone, con accesos directos. Incluye radio digital y conexión Apple CarPlay y Android Auto sin cables.

El climatizador automático de las versiones Max, todo se maneja desde botones ubicados bajo la pantalla multimedia.

Otro punto a favor del nuevo Citroën C3 es que mantiene muchos botones físicos: toda la climatización se maneja con teclas o levas de ajuste. Sólo le pondría un pero: las levas son metálicas, pero los botones van en negro piano, un material que viste pero que es algo sucio pues quedan las huellas.

Conduciendo el nuevo Citroën C3, en versión gasolina y eléctrica

Citroën ha diseñado este C3 buscando una máxima: dar prioridad a la comodidad. Lo hace con el ecosistema Advanced Comfort, que se materializa por ejemplo en los recurridos asientos de la marca con esta denominación.

Con una espuma más gruesa de lo habitual, y que no se deforma, el cojín del asiento es efectivamente muy confortable. Si bien son bastante ergonómicos, el respaldo quizá es demasiado recto para la zona lumbar y cuesta ajustarlo ya que sólo en este caso sólo se puede regular la inclinación. En mi caso me costó encontrar la postura, pero no tuvieron esa impresión otros compañeros más altos.

La suspensión Advanced Comfort es uno de los aspectos que más me han gustado de este nuevo Citroën C3. Recurre a un sistema de cojines hidráulicos progresivos, en vez de topes mecánicos. Y cumple con lo que promete: a bajas velocidades las irregularidades del firme apenas se notan y rebota muy poco en badenes, pero sin ser ni demasiado blanda ni tampoco dura. A velocidades más altas, en curva, neutraliza bien bamboleos.

Este nuevo C3 lo hemos conducido en las dos versiones por ahora disponibles: la gasolina con motor PureTech de 101 CV y la eléctrica que teníamos especialmente ganas de probar.

El C3 gasolina se asocia a un cambio manual que va muy bien: no acusa apenas transiciones. La ruta que hicimos con esta versión fue urbana y por carretera convencional: nos quedó probarlo en autovía, pero en convencional su potencia es más que suficiente para adelantar o realizar maniobras más comprometidas. Su motor tricilindrico apenas se escucha, ni siquiera cuando le exigimos más, ayudando al confort de marcha.

Por su parte, el Citroën ë-C3 se desenvuelve estupendo en ciudad, pero también a velocidades más elevadas. Tanto en autovía como en convencional de muchas curvas me gustó su respuesta y comportamiento: sin grandes alardes cumple de sobra para un coche de su tamaño y potencia.

Lo que sí he echado de menos son modos de conducción: sólo permite seleccionar un modo de retención mayor, el C en el selector del cambio. Pero ya sin activarlo retiene bastante, lo que obliga a mantener siempre pisado el acelerador y no poder circular a vela pues se frena bastante.

Esto es muy útil en descensos prolongados, por ejemplo si bajamos un puerto, pero no tanto en autopista. Es cierto que se puede evitar si activamos el control de crucero, pero aún así creo sería mejor que tuviera una opción de nivel retención cero como si ofrecen otros eléctricos.

En Motorpasión

Probamos el Citroën ë-C4X. Al fin un coche eléctrico que no es un SUV y que para mí cumple con lo más importante: confort y espacio

En cuanto a la autonomía sobre el papel promete 326 km: nosotros los cogimos con la batería cargada al 79 %, mostrando 253 km. Tras la ruta de una hora y media, esencialmente por travesías y convencionales, aunque un tramo lo hicimos en autovía, la dejamos al 47 % y anunciaba un rango de 137 km. Todo sin cortarnos a la hora de acelerar y sin hacer una conducción muy eco.

Para una batería pequeña de 44 kWh no está mal y permite a este Citroën ë-C3 cubrir también largas distancias más allá de trayectos diarios. Esta batería es LFP, más barata, ayudando a mantener ajustado su precio. Además este tipo de baterías son menos sensibles a altas temperaturas, aunque sí le afecta más el frío que a las de iones litio.

Citroën promete que la batería del Citroën ë-C3 tarda en cargarse del 20 al 80 % en 26 minutos si lo enchufamos a un poste de carga rápida (100 kW más). En un enchufe doméstico necesita casi 12 horas para cargarse al 80 % y en un Wallbox cinco horas y 40 minutos o bien 3 horas y 50 minutos con el cargador opcional de 11 kW.

En general este Citroën C3 eléctrico nos ha gustado bastante y, por precio, es hoy una de las opciones más interesantes del mercado para lo que ofrece. Es mucho más coche que por ejemplo el Dacia Spring, que arranca en los 17.900 euros pero que es menos potente (65 CV como máximo) y con una autonomía bastante más reducida: homologa 225 km con la batería más grande disponible.

Sin pantalla si quieres el barato, pero con la misma tecnología de seguridad para todos

Citroën quiere que configurar el nuevo C3 sea igualmente cómodo y sencillo, así que ha simplificado al máximo su gama. En su lanzamiento se ofrece en las dos opciones mecánicas que hemos conducido: el PureTech gasolina de 101 CV, solo con cambio manual, y el eléctrico de 113 CV. Pero a finales de año sumará una opción mild-hybrid asociando este motor gasolina a un sistema eléctrico de 48V.

Más allá de las mecánicas, sólo se puede seleccionar en dos acabados: el ya mencionado Max y el You. Entre ambos acabados hay una diferencia que oscila entre 4.200 euros y 4.500 euros y es porque el base prescinde de bastante equipamiento en comparación al Max.

Por ejemplo, este acabado You no dispone de pantalla multimedia sino de lo que denominan como "Estación para Smarphone", similar a la Radio Media Control de Dacia en la que el teléfono hace las veces de pantalla. Pero en su caso el soporte se engancha a las rejillas de ventilación y no se integra en el salpicadero. En este acabado tampoco encontramos los asientos Advanced Comfort o elevalunas traseros.

Pero sí que goza de serie por ejemplo de faros delanteros LED, la suspensión Advanced Comfort, climatización manual, luces automáticas o sensores de aparcamiento traseros.

Además los sistemas de asistencia son los mismos que en el acabado Max: frenada automática de emergencia (que ya es obligatoria en los coches nuevos), alerta activa por salida de carril, lector de señales de tráfico, control de crucero, limitador de velocidad y control de crucero. No son de los avanzados, pero sí son los esenciales.

Por su parte los Citroën C3 Max sí que montan el display multimedia de 10,25 pulgadas con navegador integrado de visualización 3D (que es preciso y va indicando salidas o giros lo que siempre se agradece) o los asientos Advanced Comfort.

Y en general va bastante más equipado: dispone de carga inalámbrica para móviles, cámara de visión trasera, elevalunas en todas las filas, retrovisores de plegado eléctrico y calefactados, climatizador automático o, faros traseros también LED. Asimismo, el acabado Max es el que permite la carrocería bitono (con techo blanco o negro según tonalidad) e incluye las barras de techo en negro brillante.

Lo de la sencillez de configurarlo también viene de la mano de que apenas tiene extras. En los pocos opcionales seleccionables está el cargador trifásico de 11 kW para el eléctrico (el de serie es de 7,4 kWh monofásico) o la rueda de repuesto. Lo que no encontramos disponible es la bomba de calor.

Además el nuevo Citroën C3 ofrece funciones remotas con los servicios conectados Services Connect PLUS. Y en el caso del eléctrico permite la preclimatización o el control de carga desde la app. Esta conectividad es gratuita el primer año. Además ofrece las ë-Routes, muy útiles para planificar las recargas en ruta o en trayectos diarios con el Citroën ë-C3.

Un coche eléctrico por menos de 23.000 euros

El nuevo Citroën C3 arranca en 14.990 euros en la versión gasolina y en 22.800 euros en la eléctrica ë-C3, ambos con la oferta de lanzamiento aplicado. Y ya pueden configurarse en España.

El anterior C3 con motor PureTech gasolina partía de 15.000 euros, con un equipamiento similar y faltando varias bondades tecnológicas del nuevo, así que mejora al anterior sin subir de precio. Aunque el C3 más básico antes partía de los 12.500 euros con la mecánica atmosférica de 83 CV, que ha desaparecido en esta generación.

El Citroën ë-C3 no tiene antecedentes en la gama, pues es la primera vez que se ofrece este utilitario en versión eléctrica. Si bien no es el eléctrico más barato del mercado, que es el Dacia Spring y que baja de los 20.000 euros, destaca igualmente por su bajo precio: con sus características no hay otro igual. Con MOVES se queda además en 15.800 euros con el incentivo máximo aplicado. Estas ayudas se mantendrán hasta julio, si no se prorrogan nuevamente.

En Motorpasión

Ranking de los 10 coches eléctricos más baratos del mercado en España

Su gran rival es el Renault 5 E-Tech, pero su esperada versión de 24.900 euros no llegará hasta 2025: en su lanzamiento este eléctrico europeo parte de los 32.900 euros o desde los 31.585 euros con el descuento aplicado. Es cierto que es el más potente de la gama (150 CV) y va más equipado que este ë-C3, pero es bastante más caro de lo esperado. Mientras, el de Citroën ya le habrá ganado bastante carrera estando disponible un año antes.

También es más barato que el MG4 Electric, uno de los eléctricos chinos que mejor se están vendiendo en España. Este parte de los 24.480 euros con todas las campañas aplicadas: es algo más caro pero también es más grande y potente (170 CV).