En el Salón de París 2018 conocimos todos los detalles de la tercera generación del BMW Z4 y ya tocaba ponerse a sus mandos. En su tercera generación, el roadster ha buscado ser mejor dinámicamente, pero también más práctico así como más seguro y tecnológico. ¿Lo consigue?
La nueva era del BMW Z4 viene marcada por compartir plataforma con el retoño de otra marca, el Toyota GR Supra que no poca expectación ha generado. De hecho, conocimos antes al BMW Z4 que a su primo nipón, que no acabó por desvelar sus secretos hasta enero de este año tras una agresiva campaña de teasers y una espera que se antojó demasiado larga.
El concepto en ambos es idéntico: un roadster biplaza de propulsión trasera y batalla corta. No obstante, cada marca aporta su granito de arena y dota a ambos retoños con su personalidad propia. Y en su tercera entrega, el BMW Z4 ha querido ser 'más coche' que nunca.
La variante que hemos podido conducir es la menos potente de la nueva familia del BMW Z4, el sDrive 20i, que si bien se postula como la menos deportiva, cuenta con suficientes ingredientes para hacernos disfrutar sobre el asfalto. También es la más barata: como el sDrive 30i y el M40i, ya está disponible en los concesionarios y su precio es de 48.900 euros.
Un roadster más práctico y habitable
Respecto a su predecesor, el BMW Z4 2019 crece en todo menos en batalla: el biplaza descapotable es ahora 8,5 centímetros más largo, 7,4 centímetros más ancho, y 1,3 centímetros más alto. Por el contrario, la distancia entre ejes se reduce en 2,6 centímetros, aunque tratándose de un modelo biplaza esto no afecta a la habitabilidad. Y a pesar de su condición de deportivo este es precisamente uno de los apartados que ha querido mejorar BMW en su roadster. Dentro de sus posibilidades, claro.
Si bien sólo da cabida a dos ocupantes, el espacio que ofrece para sus dos únicas plazas es notable, con un generoso hueco para las piernas, sobre todo si echamos por completo el asiento hacia atrás. Además, dispone de nuevas soluciones para disponer la carga en el habitáculo, que lo hacen más practico en esta nueva generación.
LONGITUD | ANCHURA | ALTURA | BATALLA |
---|---|---|---|
4.324 mm | 1.864 mm | 1.304 mm | 2.470 mm |
Al igual que el BMW X7, que también hemos probado recientemente, cuenta con un reposabrazos central que se abre en dos secciones, un tercio para el lado del conductor y dos tercios para el del acompañante, y que, en su caso, incluye dos posavasos. Éste también es bastante profundo y versátil, pudiendo llevar una botella mediana y acomodar el brazo a la vez.
Por otro lado, dispone de un nuevo espacio de almacenamiento tras los asientos, aunque si los echamos por completo hacia atrás no es que sea muy grande, pero sí que permite guardar un bolso o cazadora, e incluso una mochila pequeña. Y a esto se suman dos guanteras en cada una de las puertas, que también han crecido en tamaño y profundidad en esta nueva entrega, un hueco bajo la consola central para smartphones y un bolsillo elástico de malla a los pies del asiento del copiloto, a la derecha del túnel central.
Por último, el maletero crece en un 50 % respecto al BMW Z4 anterior, llegando ahora a los 281 litros de capacidad. No es un dechado de espacio, pero caben sin problemas dos maletas de mano o una grande (dispuestas transversalmete, eso sí). Y es que, como nos ha recordado BMW, la capota (únicamente disponible en lona) no resta nada de espacio a su volumen de carga.
Al volante del BMW Z4 sDrive 20i
Salvando el hecho de que el BMW Z4 2019 es un automóvil bastante bajo (tiene 11,7 centímetros de altura al suelo) y por tanto es poco accesible, una vez te sientas a sus mandos el puesto de conducción es notablemente cómodo, dando la sensación que estás ante un coche premium convencional más que ante un deportivo. Aunque esto es un arma de doble filo, habrá a quién le guste y habrá a quién no.
Sea como fuere, dispone de las mismas bondades que los últimos retoños de la marca bávara, con una instrumentación digital, un generoso display multimedia, volante deportivo multifunción y soluciones como el head up display, que se ve a la perfección pese a contar con un parabrisas bastante inclinado.
Sobre el papel, en su nueva entrega el BMW Z4 mejora su agilidad gracias a unas vías más anchas, 1.609 milímetros la delantera y 1.616 milímetros la posterior, que aumentan en 9,8 centímetros y 5,7 centímetros respectivamente respecto a la anterior generación. También contribuyen a ello la batalla más reducida o que se haya rebajado y centrado el puesto de conducción.
Su bajo centro de gravedad y un reparto de pesos 50:50, unido a un chasis y carrocería muy rígidos, así como la optimización de su aerodinámica (equipa de serie Paquete aerodinámico M), también ayudan a mejorar su dinámica. Y lo cierto es que el pequeño roadster se desenvuelve a la perfección en trazados revirados y estrechos, que puede acometer de lo más alegre sin perder estabilidad.
La ruta que hicimos con él, de hecho, fue al 100% por carreteras convencionales, salvo alguna corta travesía en pequeños pueblos que encontramos a nuestro paso. Y precisamente fue allí donde más problemas tuvo el BMW Z4, al ser tan bajo los resaltos no le sientan nada bien y obligan bajar mucho la velocidad para acometerlos si no queremos que sufran los bajos del coche. Lo mismo ocurre ante, por ejemplo, una rampa empinada de un aparcamiento.
La unidad que conducimos llevaba equipados tanto los frenos deportivos M como la suspensión M adaptativa, ambas opcionales en el caso del BMW Z4 sDrive 20i. En el caso de la última, hace más apreciable los modos de conducción y si bien acometimos prácticamente todo el trayecto con la opción SPORT+ seleccionada (que es la que más endurece la suspensión así como la dirección), hubo tramos muy bacheados que optamos por el modo COMFORT.
La diferencia entre ambos se aprecia al instante, absorbiendo el segundo las irregularidades del terreno eficazmente al ofrecer una configuración más blanda, aunque perdiendo algo de efectividad y respuesta de la dirección.
Nos quedamos con las ganas de disfrutar del diferencial trasero M, controlado electrónicamente, el cuál se incluye de serie en el tope de gama, el Z4 40i, y opcionalmente en el sDrive 30i, pero que no es seleccionable en el Z4 sDrive 20i.
197 CV: suficientes, aunque no emocionan
El BMW Z4 sDrive 20i, siendo la variante de acceso y por tanto la de mayor entrega, equipa un propulsor gasolina de 2.0 litros de cuatro cilindros en línea y cuatro válvulas por cilindro que rinde 197 CV y 320 Nm de par disponibles entre las 1.450 y las 4.200 vueltas.
Al igual que sus hermanos, su corazón esta sobrealimentado mediante la tecnología TwinPower Turbo de BMW y lo cierto es que al primer toque de acelerador, si lo haces con de forma generosa, en seguida notas 'la patada' de sus casi 200 CV incluso sin seleccionar el Lauch Control.
No obstante, una vez en marcha, en ocasiones parece quedarse algo corto, tardando ligeramente en coger velocidad, aunque esto se minimiza si pasamos a modo secuencial y tiramos de levas, esencial en carreteras convencionales para realizar adelantamientos. Bien es cierto que el trazado tampoco invitaba a dar rienda suelta a todo su potencial.
El propulsor se gestiona mediante la última versión de la caja de cambios Steptronic Sport de ocho velocidades (común a todas las variantes del Z4), que disfruta de unas relaciones de recorrido más amplio en lo que toca a las largas y más corto en las inferiores: las segundas responden muy bien en automático independientemente del modo seleccionado.
Para ofrecer un extra de deportividad, el BMW Z4 sDrive 20i equipa la tecnología Active Sound Design, que transmite a través de los altavoces traseros una reproducción artificial e intensificada del sonido del motor. Al estar ubicados éstos detrás de los reposacabezas, da la sensación de que dispone de un propulsor central trasero, cuando no es así, lo que no deja de ser más efectista que efectivo, pero sí que da una mayor sensación de deportividad.
En general, el BMW Z4 sDrive 20i es un deportivo que, sin grandes excesos, es bastante divertido y sencillo de conducir. Y a pesar de que es el más humilde en cuanto a potencia de la familia, no deja de ser una opción interesante para aquellos que gusten del disfrute de la conducción pura, pero que no puedan permitirse hacerse con los servicios de las dos opciones más potentes.
Con copiloto virtual inteligente y asistentes a la conducción
Además de sus sistemas enfocados a la dinámica, el BMW Z4 2019 dispone de un gran arsenal tecnológico al servicio de la seguridad, la asistencia la conducción y la conectividad.
A la mencionada instrumentación digital de 10,25 pulgadas o al head-up display, se suman otras bondades de asistencia a la conducción como control de crucero adaptativo con función de frenado (que no pudimos probar por las características del trazado), así como asistente de cambio de carril, aviso por cambio de carril involuntario, sistema de prevención de colisión trasera con alerta de tráfico cruzado, detector de ángulo muerto o asistente de estacionamiento.
En lo que toca a conectividad, dispone del sistema de infoentretenimiento BMW Operating System 7.0, que se materializa en una pantalla también de 10,25 pulgadas con múltiples funciones y que se actualiza de forma remota, como también ocurre en el BMW X7.
Éste, además de contar con múltiples widgets variables y configurables, también integra el nuevo asistente personal inteligente de BMW, capaz de entender comandos de voz avanzados y operar en consecuencia. Así, si le decimos "Hey BMW" y a continuación "Tengo frío", operará sobre el sistema de climatización, o si le preguntamos "¿Cuál es el nivel del aceite", nos dirá el dato exacto.
El BMW Z4 2019 ofrece además la configuración de perfiles, que guardan preferencias como la posición de los asientos, la personalización del sistema multimedia o del climatizador. Por último, también dispone de una tarjeta SIM integrada 4G, dos puertos USB, un disco duro de 20 GB y llave BMW Digital Key, que permite abrirlo y encenderlo a través del smartphone.
Debido a motivos ajenos a nuestra voluntad, las imágenes no se corresponden con la versión probada, y se muestran sólo a efectos ilustrativos