Probamos el BMW X5: un SUV dinámico y tan tecnológico que hasta calienta y enfría bebidas en su posavasos
La llegada de la cuarta generación del BMW X5 supone que el escaparate sobre ruedas donde la marca reúne más tecnología, es ahora un SUV. Un SUV más grande, más espacioso, más off road y más tecnológico que nunca. Te contamos nuestras primeras impresiones sobre el espectacular y novísimo BMW X5 2019.
Cuatro generaciones, un éxito descomunal
Hoy cuando iba hacia la presentación del nuevo BMW X5, pensaba en la de críticas que recibió la marca alemana por lanzar al mercado este tipo de vehículo allá por el año 1999. Por aquel entonces nadie concebía que BMW, una marca que históricamente siempre se había posicionado como fabricante de coches de carácter deportivo, lanzase una especie de todoterreno de más de 2 toneladas de peso, y tratasen de vendérnoslo como SUV deportivo.
Pero el tiempo les ha dado la razón, ya que de las tres generaciones precedentes del BMW X5 se han vendido en todo el mundo más de 2,2 millones de unidades, y no solo eso, este coche fue el embrión de una completa familia, la X, que hoy en día es tan grande y prolífera como el resto de la gama BMW junta.
Tanto es así, que la familia X no deja de crecer. Este año han llegado los nuevos X3, X4 y se ha presentado el nuevo X7 que llegará el año que viene como vehículo SUV más grande y lujoso de la marca. También llegarán los X3 M y X4 M, las versiones de altas prestaciones de los SUV medios. Pero mientras tanto, vayámonos al verdadero protagonista de la jornada, que no es otro que el BMW X5.
Más X5 que nunca
El nuevo BMW X5 crece en todos los sentidos. Ahora es más largo, más ancho y más alto que nunca. Mide 35 milímetros más de largo, rozando así los cinco metros de largo. Pero ese aumento de longitud tiene su punto más destacado en el aumento de la distancia entre ejes, que ahora es 42 milímetros mayor que en la generación precedente, lo cual redunda en un habitáculo más amplio y espacioso, así como en algunos beneficios a nivel dinámico que comentaremos más adelante.
A nivel de diseño el BMW X5, a pesar de haber evolucionado notablemente y no ser simplemente una puesta al día respecto a su antecesor, sigue manteniendo la esencia que permite identificarlo claramente como el coche que es dentro de la familia X de BMW. Cuando lo tienes delante su semblante es imponente, principalmente por las gigantescas entradas de aire que presiden el frontal, las más grandes jamás montadas en un BMW y que además son activas: se abren para permitir el flujo de aire hacia el motor cuando es necesario, y se cierran en otras ocasiones para optimizar la aerodinámica, consumos y eficiencia.
La línea de los hombros muy marcada dibuja su musculosa y contundente silueta, que fluye hacia la trasera donde encontramos novedades, como las ópticas LED con carcasas tridimensionales y una tapa del maletero que, como marca de la casa, se sigue dividiendo en dos secciones, ahora ambas con accionamiento automático eléctrico.
Al ser más grande que antes, las llantas lógicamente también deben ir acorde con el tamaño del vehículo. De serie monta llantas de 18 pulgadas, pero en opción y dependiendo de la motorización y acabado elegido, podrán llegar hasta las 22 pulgadas, lo cual puede parecer exagerado, pero como se ve en la imagen, no lo es e incluso llegan a parecer acordes para el tamaño exterior del coche.
Un interior que rezuma tecnología y la máxima calidad de acabados con hasta 7 plazas
Si nos vamos al interior, la evolución respecto a su antecesor salta a la vista nada más abrir la puerta. El habitáculo no guarda nada en común con el del anterior X5, y a nivel visual y al tacto, el salto en cuanto a calidad de acabados y cuidado por el detalle ha sido notable, tanto que me atrevo a decir que este se sitúa como el nuevo referente de su segmento en cuanto a sensación de lujo y mimo.
Lo más llamativo a primera vista, más allá de la palanca de cambios de cristal con una X grabada por láser en el interior, son las dos gigantescas pantallas que presiden el cuadro de mandos, dirigido claramente hacia el conductor. Tras el volante hay un cuadro de mandos completamente digital, formado por una pantalla de 12,3 pulgadas que muestra todo tipo de información y lo hace con unas grafías muy claras y sencillas de comprender incluso cuando, como es el caso, no estás familiarizado con el vehículo.
Ese cuadro principal se une por su parte derecha con otra pantalla, tactil en este caso, del mismo tamaño, 12,3 pulgadas que preside la parte central del habitáculo y que juntas, nos ofrecen todo tipo de información gracias al avanzado sistema operativo 7.0 que se estrena además con este modelo y que en breve llegará a otros BMW.
Lo que más me gusta más allá de la calidad y cantidad de información que ofrecen este tipo de sistemas, es que la climatización no está integrada en dichas pantallas, sino que sigue contando con sus mandos de climatización físicos como botonera dispuesta justo debajo, una solución mucho más lógica que la que han adoptado otros fabricantes como Audi, que en los A8, A6 y Q8 integran los mandos de climatización en las pantallas, lo cual resta atención al volante.
La consola central que separa ambos asientos delanteros ha ganado presencia y anchura, y ahora encontramos allí botones que tradicionalmente han estado en otras partes del coche, el más destacado el de arranque y parada. Es tan ancha esa parte del coche que tiene, además de un espacio muy amplio con tapa para dejar objetos como el móvil y que este se cargue por inducción o por micro USB, dos posavasos.
En ellos podrás calentar tu bebida hasta los 55 grados con solo pulsar un botón, o por el contrario enfriarla hasta -3 grados cuando el calor aprieta. Una solución genial, inicialmente pensada para mercados como el norteamericano, pero que seguro hace las delicias de los que pasan muchas horas al volante en España.
La amplitud que ofrece el BMW X5 es realmente buena, y se ve acrecentada por una superficie acristalada que ha ganado tamaño respecto a la de su antecesor. Además podrás elegir el techo Panorama Sky Lounge, cuya superficie acristalada cuenta con un sistema LED con más de 15.000 patrones gráficos que, dependiendo de la luz, puede hacer que parezca un cielo iluminado por estrellas.
De serie el BMW X5 viene configurado con cinco plazas, muy amplias tanto en las delanteras como en las traseras, aunque en opción se podrá configurar con dos plazas extras hasta completar las siete que tanto valoran algunos clientes. Estas dos plazas adicionales, van dispuestas sobre el espacio del maletero, que en configuración de 5 plazas ofrece 650 litros de capacidad, y para acceder a ellas se podrán desplazar hacia adelante eléctricamente los asientos de la segunda fila central.
Dos líneas xLine y M Sport y más off road que nunca
El nuevo BMW X5 contará con dos líneas de equipamiento opcionales, las xLine y M Sport. La primera recurre a los acabados metálicos para acentuar algunos detalles del exterior, y darle así un aspecto sofisticado y realzar sus capacidades off road. El M Sport por su parte realza su aspecto deportivo, y lo hace gracias a los pasos de rueda pintados en el color de la carrocería o los riñones delanteros con perfil en color negro brillante al igual que los perfiles de las ventanillas y otros elementos de la carrocería.
Por supuesto, como siempre en este tipo de coches, el catálogo de accesorios es casi infinito, y podemos equiparlo con muchos elementos desarrollados por BMW Individual para conseguir tener un coche completamente exclusivo y casi único si ningún otro cliente elige las mismas opciones que tú.
Otro de los aspectos destacados del nuevo BMW X5, es que es más capaz que nunca fuera del asfalto. Es sin duda algo a destacar en los tiempos que corren, ya que nunca pensamos que los SUV de este tipo salgan del asfalto, pero lo cierto es que es algo que BMW ha incorporado porque se lo pedían sus clientes.
Así pues, el nuevo BMW X5 cuenta con un paquete off road opcional con cuatro modos: arena, rocas, grava o nieve. Mediante la suspensión neumática de ambos ejes, con gestión independiente en cada uno de ellos, el nuevo BMW X5 promete una capacidad de vadeo de secciones de agua de hasta 50 centímetros de altura, protección de las áreas más delicadas de los bajos en la parte delantera y trasera así como unos ángulos de ataque y salida mejores que los de cualquier otro X5 hasta la fecha.
Un auténtico escaparate tecnológico
BMW admite que la evolución tecnológica en sus coches es tan grande que, aunque hace apenas 4 años hablábamos del Serie 7 como su máximo estandarte tecnológico, con el paso del tiempo esa posición la han ido ocupando el nuevo Serie 5 y ahora el X5, que se sitúa como lo más de lo más en tecnología.
Es difícil resumir todo lo que ofrece el nuevo BMW X5, pero sí quiero destacar que la dotación de serie me ha parecido bastante completa, incluyendo elementos como los faros LED delante y detrás, el Live Cockpit completamente digital, las luces interiores LED con distintas tonalidades, el control por gestos o la tapicería de cuero.
Bajo mi punto de vista las opciones más interesantes a nivel tecnológico que ofrece el BMW X5, son las siguientes. Por un lado, la llegada de las luces Láser a la familia SUV de BMW se hace en el X5, que contará con este sistema en opción. Estéticamente se identifican por las ópticas delanteras con una X de tono azulado en el interior, y cuentan con un haz de luz inteligente que alcanza 500 metros de distancia por delante del coche.
También me ha gustado conocer la BMW Digital Key. No hablamos de la llave con pantalla y control activo de diferentes funciones del vehículo que ya conocíamos de los i8, Serie 7, 5 e incluso X3, sino de una llave virtual que se puede utilizar mediante teléfonos móviles con tecnología NFC y que permite abrir y cerrar el coche sin necesidad de tener ningún tipo de llave física en su poder.
Esta Digital Key además se puede compartir con otra persona, de forma que por ejemplo si te has ido de viaje y te has llevado las llaves, tienes el coche en el garaje y lo necesita un familiar, puedes compartir la llave virtual con el y podrá utilizarlo con total comodidad. Se acabó la disculpa de que te has llevado las llaves y por eso no puedes dejárselo.
Por otro lado, el BMW X5 cuenta con conducción semiautónoma. Todo el exterior del coche está equipado con distintos radares, sensores y cámaras, algunos visibles y fácilmente identificables y otros no, que permiten hacer cosas como que el coche cuando lleva activado el sistema de control de crucero activo, se detenga en situaciones de tráfico denso y vuelva a arrancar por si mismo cuando el tráfico se reemprende, todo ello sin que tengamos que tocar el volante salvo cuando nos lo pide para verificar que seguimos despiertos.
También permite hacer cosas como ir por carretera con el control de crucero activo, señalar con luz de intermitencia que queremos adelantar al coche al que nos estamos acercando por nuestro carril, y el coche automáticamente hará la maniobra de cambio de carril y regreso al de origen si la situación del tráfico lo permite.
Por si fuese poco, tiene asistente de dirección y de control de carril y asistente de mantenimiento de carril con protección activa de colisión lateral. Por supuesto, el sistema de aparcamiento automático lo hace tanto en batería como en línea sin necesidad de tocar ni volante ni pedales ni caja de cambios. Lo hace de forma automática, mucho más rápido que antes y con mayor precisión.
Otro elemento interesante de la infinita dotación tecnológica es el sistema BMW Personal CoPilot, que ayuda al conductor en diferentes situaciones poco agradables. Por ejemplo, y esto es algo relativamente común cuando te mueves por una ciudad en un coche de este tamaño, si llegas a un punto donde no tienes claro que el coche quepa, puedes pulsar un botón y el coche automáticamente recorrerá marcha atrás los últimos 50 metros haciendo exactamente los mismos movimientos que tu has realizado marcha adelante.
De esta forma podrás salir de un aparcamiento en el que te has metido y donde el coche no cabe, o salir de esa calle que se estrecha demasiado sin necesidad de tocar ni volante ni freno ni acelerador. El coche se ocupa de sacarte de allí.
También cuenta con actualizaciones remotas del software mediante su conexión a Internet, algo que estrenó en su momento Tesla y que permite mantener el coche al día de novedades a pesar de que pasen los años.
Dos diésel, un gasolina y un híbrido enchufable en camino
Iniciamente el BMW X5, cuyas primeras unidades se entregarán a clientes a finales de este mes de noviembre, llega con una gama de motores compuesta por dos diésel y uno de gasolina. Más adelante llegará el X5 xDrive 45e, la versión híbrida enchufable con 80 kilómetros de autonomía en modo eléctrico.
BMW X5 xDrive40i - Contará con un motor de gasolina de seis cilindros en línea, una caja de cambios automática Steptronic de ocho velocidades. Desarrolla 340 CV a 5.500 RPM y el par máximo será de 450 Nm entre 1.500 y 5.200 RPM, con lo que acelerará de 0 - 100 km/h: 5,5 segundos y la velocidad máxima será de 243 km/h mientras anuncia un consumo medio de 8,5 l/100 km.
BMW X5 xDrive30d - La versión con motor diesel de seis cilindros en línea también monta la caja de cambios automática Steptronic de ocho velocidades. Con 265 CV a 4.000 RPM y un par máximo de 620 Nm entre las 2.000 y 2.500 RPM, promete un 0 - 100 km/h en 6,5 segundos y 230 km/h de velocidad máxima, mientras los consumos medios estarán en torno a los 6 l/100 km.
BMW X5 M50d - Por ahora la versión más potente del BMW X5 2018 montará un motor diesel de seis cilindros en línea con cuatro turbocompresores y la misma caja de cambios automática Steptronic de ocho velocidades. En este caso hablamos de 400 CV a 4.400 RPM con un descomunal par de 760 Nm entre 2.000 y 3.000 RPM. Una máquina muy seria capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos y alcanzar los 250 km/h de velocidad punta.
Primeras sensaciones con el M50d y el 30d
Durante la presentación del BMW X5, tuvimos ocasión de hacer unos 150 kilómetros al volante de dos motorizaciones distintas. El primero que pudimos probar fue el M50d, la versión más prestacional que habrá del X5, con su todopoderoso motor con cuatro turbos y unos espectaculares 760 Nm de par.
Salimos de Toledo en dirección a Consuegra y sus característicos molinos, y lo hicimos al volante de esta versión que lo primero que nos brinda, es un sonido ronco y que transmite sensaciones deportivas, a pesar de ser diésel. Sin entrar a seleccionar ninguno de los distintos modos disponibles (ECO Sport, Sport o Sport Plus) y moviéndonos simplemente en el modo normal, lo que este motor es capaz de ofrecer es literalmente increíble.
Has de ser cariñoso con el pedal del acelerador si no quieres tener problemas con las autoridades, ya que el ritmo al que permite ir a punta de gas es más que suficiente como para hacer saltar radares. Todo ello gracias a un chasis muy bien puesto a punto, que claramente premia el confort de marcha respecto a otros aspectos.
El silencio que se adueña del interior, la capacidad de las suspensiones para absorber todas las irregularidades del terreno, el aplomo que le da el eje trasero direccional, capaz de hacer que la distancia entre ejes parezca mayor que lo que realmente es o el par motor de 760 Nm disponible en toda la gama de revoluciones hace que los kilómetros al volante de este coche pasen con una facilidad pasmosa, mientras el ordenador de abordo no marca cifras superiores a los 9 l/100 km de consumo, lo cual le convierte en un auténtico devora kilómetros.
Todo esto es lógico si tenemos en cuenta que estamos al volante de la versión 'tope de gama', que tiene un precio de 111.900 euros más opciones. Pero luego tocó hacer el camino de regreso al volante del xDrive 30d, la versión que seguramente cope la mayor parte de las ventas en nuestro país si no sigue adelante la demonización del diésel, y de nuevo la sorpresa fue mayúscula.
Si el M50d es capaz de pegarte al asiento en aceleración, gracias a su enorme par motor y sus 5,2 segundos en el 0 a 100 km/h, el 30d no se queda atrás en cuanto a sensaciones. El sonido del motor es un poco menos grueso, menos deportivo, pero igualmente es agradable y no tiene nada que indique que estamos conduciendo un diésel.
Es capaz de dejarte igualmente pegado al asiento, y la capacidad de recuperación cuando le exigimos en carretera está fuera de toda duda. Ofrece 620 Nm de par y un confort de marcha excelente. Una vez más lo que más me ha sorprendido es el excelente aislamiento acústico del habitáculo, tal vez gracias a los cristales acústicos que por primera vez forman parte del equipamiento opcional, y que sin duda son muy recomendables para mejorar el confort de marcha.
En tramos revirados, destaca la precisión con la que se mueve. Se circunscribe en las curvas con suma certeza, gracias a una dirección muy directa y precisa, con un tacto excelente, la cual se complementa con una carrocería que se mantiene plana en curvas gracias a las estabilizadoras activas y al motor, que cuenta con soportes activos que compensan sus movimientos, haciendo que el X5 a nivel dinámico sea un arma casi imposible de batir por cualquier competidor.
La parte de conducción dinámica se nos quedó algo corta para poder poner al nuevo modelo a prueba en todo tipo de circunstancias, por lo que tendremos que hacer una prueba completa de una semana entera para poder contaros, por ejemplo, cómo se defiende fuera del asfalto, que es uno de sus puntos fuertes.
Precios del BMW X5 2019
Los precios del nuevo BMW X5 en el mercado español en las tres versiones que conformarán la oferta durante el lanzamiento, son los siguientes:
- BMW X5 xDrive40i: 72.800 euros
- BMW X5 xDrive30d: 76.000 euros
- BMW X5 M50d: 111.900 euros
El más asequible será el 40i de gasolina, lo cual unido al miedo al diésel que se está apoderando del mercado, puede hacer que esta motorización gane mix de cuota respecto al diésel. Más adelante llegarán nuevas motorizaciones, destacando la 45e con sus 80 kilómetros de autonomía eléctrica, del cual todavía desconocemos el precio.
De lo que no me cabe duda es que el BMW X5 de cuarta generación ha llegado para posicionarse como un nuevo referente en su segmento y ponerle las cosas muy difíciles a sus rivales más directos, los Audi Q7 y Q8, el Porsche Cayenne o el Mercedes GLE entre otros, que ahora tienen un difícil rival a batir.