Hace unos años la diversificación de la gama BMW dio lugar al Serie 4 Coupé, un modelo que empezó entonces a gozar de cierta independencia respecto al Serie 3. Hoy, tras más de 800.000 unidades vendidas de las distintas versiones de esa primera generación del BMW Serie 4, hemos podido conducir por fin el nuevo BMW Serie 4 Coupé de segunda generación. Sí, estoy hablando de ese tres puertas que tanto ha dado que hablar por el diseño de sus riñones delanteros que, a decir verdad y tras haberlo conducido, eclipsan en un primer momento a un gran coche.
Echando la vista atrás hasta aquel momento en que Serie 3 y Serie 4 separaron sus caminos, y viendo cómo las diferencias son mayores entre uno y otro ahora, te das cuenta que estamos ante un nuevo capítulo de ese divorcio que se inició en el año 2014. Este BMW Serie 4 Coupé que hoy nos espera tiene menos en común con el Serie 3, como salta a la vista en el plano visual, donde luce un diseño con personalidad propia, bien diferenciado del resto de modelos de la actual gama de la marca germana.
Como principales novedades, el nuevo BMW Serie 4 Coupé incorpora versiones mild-hibrid, motores de gasolina y diésel de cuatro y seis cilindros con potencias que van de los 184 a los 374 caballos, la tecnología más avanzada de la marca que le acerca a la conducción autónoma y muchas otras cosas que son difíciles de sintetizar en pocas palabras.
Un diseño marcado por los riñones verticales
Con un largo de 4,76 metros y una silueta coupé muy marcada, el nuevo BMW Serie 4 Coupé podemos considerarlo como un elegante y vanguardista coupé que lógicamente destaca a primera vista por el diseño aplicado a su frontal, en el que los riñones que toda la vida han lucido los BMW en la parte delantera, han adoptado formas verticales mucho más grandes de las conocidas hasta ahora. Bueno, siempre y cuando no nos remontemos hasta el BMW 328 de 1936 que incluso le ganaba a este en tamaño de riñones verticales.
Digamos que los riñones han crecido tanto que han dado lugar a una parrilla delantera con mucha personalidad. Tras ver las primeras imágenes, después del impacto inicial que produjo ese cambio tan drástico en la línea de diseño, los consideré un acierto porque con ellos BMW ganaba una parrilla delantera marcada, algo que sí tenían los Lexus, los Audi o los Mercedes, y que hasta cierto punto se echaba en falta en los BMW de los últimos años.
Vistos en persona, lo cierto es que ni los riñones son tan llamativos ni destacan tanto en el conjunto como podía parecer en las fotos. Quedan muy integrados en el frontal de aristas vistosas, marcado por unas ópticas más finas y afiladas que antes. De serie lleva luces LED y en opción pueden montar incluso tecnología láser. Además la matrícula grande que tenemos en España, le resta cierto protagonismo. Especialmente en las versiones en que los riñones van perfilados en negro, su presencia es hasta discreta.
Por lo demás, el Serie 4 Coupé luce una elegante y estilizada silueta de aires deportivos que podríamos considerarla continuista con el estilo que caracteriza a los coupé de la marca, con un morro largo, el habitáculo retrasado y una línea del techo que baja de forma muy prominente con continuidad hasta la tapa del maletero.
Las ventanillas posteriores mantienen la curva Hofmeister que lleva marcando su línea desde 1961. Visto de lado, puedes llegar a confundirlo con un Serie 8 Coupé. Es en la trasera donde el Serie 4 Coupé muestra su elegancia y vanguardismo de una forma más destacada, gracias a unas ópticas finas de forma horizontal que quedan muy bien integradas, ayudando a mejorar la contundencia y empaque del coche que, visto desde atrás, se ve muy bajo y plano.
Las dos salidas de escape van situadas una a cada lado del coche en todas las versiones, tanto las diésel como las de gasolina con cuatro o seis cilindros.
A bordo del BMW Serie 4 Coupé
De entre todas las versiones disponibles del BMW Serie 4 Coupé elijo un 420d con el paquete M Sport Pro (supone 2.500 euros extra sobre los 2.500 euros del paquete M Sport e incluye entre otros llantas de 19 pulgadas, los frenos deportivos M con pinzas en color azul, los cinturones de seguridad M o los faros Shadow Line BMW Individual). Con ese paquete de carrocería, especialmente en este color azul Portimao (1.146€) realza su aspecto deportivo. El 320d monta un motor diésel de cuatro cilindros en línea, con tecnología Mild Hybrid de 48V que le otorga 11 caballos y gracias a ello luce la etiqueta ECO de la DGT y sus beneficios asociados.
Lo primero que destaca al sentarse en su habitáculo es la calidad de todos los acabados y materiales que dan forma al interior. Como viene siento la tónica habitual en los BMW de última generación, pocos reproches se le pueden hacer a un coche que está impecablemente rematado, en el que el conjunto de pantallas tiene una calidad espectacular y en el que, acertadamente frente a la moda en otras marcas, sigue manteniendo los mandos de climatización fuera de las pantallas.
La unidad elegida llevaba los asientos deportivos que, tanto a la vista como al tacto son un auténtico espectáculo. Dos butacas con reposacabezas integrados, formas muy marcadas y un perfecto equilibrio entre agarre lateral y confort para hacer largos viajes sentados en ellos.
Permite situar la banqueta muy abajo, casi a ras de suelo. Pongo en marcha el motor pulsando el botón y me sorprende el casi inapreciable ruido de la mecánica, a pesar de que estaba fría y la temperatura ambiente no era muy alta. Un brazo mecánico que sale desde el pilar B nos acerca el cinturón de seguridad para que no tengamos que estirar el brazo más de la cuenta.
Ajustamos espejos retrovisores, engranamos la D con la palanca selectora de la caja de cambios Steptronic de ocho velocidades (es la única caja de cambios disponible, no hay versiones manuales) y emprendemos la marcha.
Los primeros kilómetros los realizamos por la autovía A1 ganando distancia respecto a la capital de España. En carretera lo primero que destaca al volante de este 420d Coupé es el enorme salto que ha dado en cuanto a confort de marcha. Al igual que este aspecto destacó con la llegada del nuevo BMW Serie 3, en el Serie 4 es la ausencia de ruidos y el magnífico trabajo que hacen las suspensiones, capaces de anular cualquier irregularidad del terreno, lo que marca su carácter.
Jugando con los diferentes modos de conducción disponibles, se nota un salto considerable entre el Confort y el Sport, pero no tanto entre el ECO Pro, que tiene como objetivo reducir los consumos al mínimo, y el Confort. En la luneta delantera contamos con parabrisas acústico de serie y eso se nota, porque el confort es similar por no decir idéntico del que puedes esperar de un coche de un segmento muy superior como el BMW Serie 8 Coupé.
El motor permite llevar velocidades de crucero muy buenas sin apenas esfuerzo gracias a sus 400 Nm de par máximo disponibles de 1.750 a 2.500 RPM, una franja tan baja que permite con solo acariciar el acelerador tener siempre fuerza para avanzar. Incluso en las pendientes más pronunciadas, basta con pisar a fondo el acelerador y la caja Steptronic de 8 velocidades se encarga rápidamente de bajar dos marchas y ponerlo en par para ascender con contundencia.
Si no le exigimos mucho, la caja tiende a ir en relaciones largas consiguiendo una suavidad mecánica y unos consumos tan reducidos que llegan a sorprender para los ritmos que puedes conseguir.
Una dirección muy directa
Tras media centena de kilómetros nos desviamos de la autovía en busca de carreteras nacionales y algo de curvas. En esos entornos, y especialmente en el modo Sport, la dirección con tacto muy directo es lo más destacado del conjunto. Hace falta muy poco movimiento de volante para llevarlo al interior de las curvas y disfrutar de un aplomo intachable.
El paso por curvas puede ser todo lo alto que quieras, ya que el coche parece ir sobre raíles. No en vano, el centro de gravedad está 21 milímetros más bajo y el eje trasero es 23 milímetros más ancho que en un Serie 3 Berlina.
Si el Serie 3 Berlina destaca por ser posiblemente el cinco puertas más deportivo del mercado en cuanto a puesta a punto, en el Serie 4 Coupé van un paso más allá. El chasis se percibe algo más rígido y lo cierto es que lo es, ya que tanto en el eje delantero como en el trasero se han reforzado algunos puntos para dotarlo de mayor rigidez.
Curvas y más curvas y el Serie 4 Coupé no rechista. Entra en ellas con suma facilidad gracias a que se ha trabajado la reducción de pesos en puntos críticos, tanto que es 55 kilos más ligero que un Serie 3 Berlina. También cuenta con algo de caída negativa en el eje delantero, lo cual ayuda a darle ese comportamiento ejemplar en el plano dinámico, aunque sí nos hubiese gustado algo más de comunicación con el eje delantero que no transmite mucha información al conductor.
El motor no parece quedarse para nada justo, aunque sí es cierto que se acaba algo pronto a la hora de estirarlo, jugando con las levas tras el volante. Su carácter diésel manda. Aun así, permite disfrutar de la conducción de un coche que sin duda está muy bien hecho y equilibrado, como demuestra el reparto de pesos 50:50 del que hace gala.
Los precios del BMW Serie 4 Coupé
Motorización | Potencia | Precio |
---|---|---|
420i | 184 CV | 48.400€ |
430i | 258 CV | 52.200€ |
M440i xDrive | 374 CV | 74.300€ |
420d | 190 CV | 49.350€ |
Primeras conclusiones con el BMW Serie 4 Coupé
Tras casi 200 kilómetros de disfrute con el BMW Serie 4 Coupé, llega el momento de devolverlo y esperar a poder hacer una prueba más extensa. El ordenador de abordo apenas marca 7,2 l/100 km de consumo medio, lo cual demuestra que la eficiencia sigue siendo uno de los atributos de esta mecánica que ha recibido la micro hibridación para mejorar un aspecto, el del consumo, en el que ya era referente.
Más allá de esto, el BMW Serie 4 Coupé supone un importante golpe sobre la mesa en su segmento. Un coche que ha ganado en confort muchos enteros y que, al mismo tiempo, sigue gozando de un comportamiento dinámico muy deportivo, como busca quién se decante por este modelo en lugar de un Serie 3. Además ahora no le falta ni un ápice de personalidad a nivel de diseño, donde destaca más que nunca. Qué base más buena para el futuro BMW M4 Coupé que en solo unas semanas estará entre nosotros.
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