Probamos el Audi Q3 Sportback, un SUV diésel que todavía tiene sentido en la era del coche eléctrico
En ocasiones, ocurren cambios de forma sutil. Hasta que de repente ese cambio es ya una tendencia. En el segmento de los SUV y la llegada de los SUV coupé, por ejemplo, la estética se impusó sobre la función, relegando la practicidad a un segundo plano.
El Audi Q3 Sportback es un claro ejemplo de ello. Pero también es la primera víctima de otro cambio, la llegada de un nuevo jugador que, en el fondo, nadie esperaba. El Tesla Model Y, un SUV eléctrico.
Así, en un mercado europeo en el que Tesla ha vendido en lo que va de año más de 200.000 unidades del Model Y (es más del doble de lo que Audi vendió del Q3 en todo 2022), se puede uno preguntar si todavía queda hueco para un SUV premium. Y diésel, para colmo. Probamos el Audi Q3 Sportback 40 TDI, un SUV coupé que todavía tiene mucho que ofrecer
Para garantizar su éxito, las marcas fueron diversificando las siluetas de los SUV. La tendencia empezó en BMW con el X6 dotando de una silueta fastback o coupé al X5 (aunque el primero SUV en intentar esa silueta fue el poco agraciado SsangYong Actyon). De este modo, se consiguen nuevos rasgos de diseño deportivo que pretenden que el coche parezca aún más atlético de lo que realmente es.
Es una combinación extraña, pero que funciona muy bien comercialmente. Es algo que hasta los modelos compactos han replicado, desde el Renault Arkana hasta el reciente BMW X2 (que ha perdido la personalidad de la primera generación) pasando por el Kia XCeed. La propuesta de Audi en el segmento de los compactos lleva ya un tiempo entre nosotros, el Audi Q3 Sportback.
Los paneles de la carrocería del Q3 Sportback están más esculpidos para que destaquen las aletas, y la caída más suave del techo termina en una agresiva y más larga zaga con respecto al Q3. El resultado es uno de los SUV más bonitos de la gama térmica de Audi.
Sus dimensiones hablan de dinamismo: la silueta se estira 2 cm con respecto al Q3 y alcanza los 4,50 m de largo, el techo baja 3 cm (1,56 m de alto) y la altura libre al suelo se reduce 3 cm. El resultado es agradable y llamará la atención de quienes encuentren el Q3 demasiado conservador.
Disponible con una amplia gama de motores gasolina, diésel y hasta híbridos enchufables, es la versión 40 TDI que probamos hoy. Si la nomenclatura de los Audi no te dice, el 40 significa que estamos ante un motor de 200 CV. Disponible únicamente con tracción integral y cambio automático de doble embrague y siete marchas, su precio parte de los 54.310 euros con el acabado Advance y 56.230 euros con el acabdo S-Line que probamos.
Bajo el capó, el clásico 2.0 litros TDI del grupo Volkswagen que encontramos también en modelos de SEAT, CUPRA o Skoda, por ejemplo. Inicialmente de 190 CV, dos años después de su lanzamiento, el Audi Q3 Sportback vio su 2.0 TDI pasar a 200 CV.
Prioridad al confort
El Audi Q3 no es un coche naturalmente muy dinámico y en su puesta a punto predomina el confort. El morro es algo lento en curvas y el coche tiene tendencia a querer ir recto, más que ayudar con la zaga a tomar la curva. Sin embargo, eso no quita que sea un coche agradable de conducir.
Su dirección progresiva y precisa, a pesar de un tacto artificial, ayuda a conseguirlo. La dirección de paso variable se vuelve más directa a medida que el ritmo aumenta y otorga una gran facilidad de manejo.
A ritmo tranquilo, el SUV coupé de Audi es suave, preciso y benévolo con el bienestar de sus pasajeros. En esta configuración, es un excelente compañero de viaje, sobre todo porque el flexible y vigoroso motor 40 TDI de 200 CV y 400 Nm de par mantiene el volumen sonoro en carretera a un nivel bajo.
Al forzar el ritmo con el modo Sport del Drive Select, el Q3 Sportback se distancia del Q3. Se lanza de una curva a otra y no se viene abajo ante el esfuerzo de las curvas más cerradas.
La amortiguación controla el balanceo del coche con autoridad, pero sin ser excesivamente firme. Por último, pero no menos importante, la transmisión integral proporciona una tracción impecable y una buena distribución del par a las cuatro ruedas.
En el fondo, las cualidades de conducción del SUV de Audi se corresponden bien con la potencia y fuerza de este diésel. Al motor se le puede criticar que es demasiado audible en el habitáculo a bajas velocidades, pero en carretera ya no se le oye y podemos aprovechar la eficiencia del diésel para obtener un consumo medio de 7,3 l/100 km. Nada mal para 200 CV, transmisión integral y casi de 1.800 kg de peso. Y eso, en términos de autonomía, son más de 600 km a ritmo alegre.
La flexibilidad y el vigor del motor, empuja con fuerza a cualquier régimen (5,8 s para pasar de 80 a 120 km/h), mejoran la experiencia de conducción, y sólo la lentitud de la caja de cambios S-Tronic (una DSG de siete marchas) en modo Confort que sube de marcha a la mínima calma el temperamento. En regla general, la gestión electrónica de este cambio favorece las bajas revoluciones para lograr de forma acertada un buen consumo pero resta deportividad.
Afortunadamente, la solución es sencilla: mover el pomo de cambio al modo S, o Sport, para obtener una transmisión mucho más ágil y que deja subir el motor de vueltas, hasta casi las 3.000 vueltas (régimen al que este motor da todo lo que tenía que dar), para cambiar de forma más natural.
Mucho espacio, calidad y una cuidada ergonomía
En el interior no hay sorpresa, es idéntico al del Q3. La calidad de los materiales y acabados con el meticuloso ensamblaje están a la vista. El sistema multimedia controlado por la pantalla táctil multimedia, sin embargo, ya no es de lo más rápido del segmento.
Como nota positiva, el climatizador cuenta con botones físicos, como mandan los canones de la ergonomía. Algo digno de celebrar por los tiempos que corren.
El espacio a bordo es amplio, aunque la diferencia de diseño entre el Q3 y el Q3 Sportback se aprecia lógicamente en las plazas traseras. La línea de techo descendente hace que las personas de más de 1,75 m no entren con la misma facilidad en las plazas traseras que en el Q3.
Una vez a bordo, no tendrán problema con el espacio bajo techo. Sólo los de más 1,80 m los tendrán. Ni tampoco en cuanto a espacio para las piernas, con una banqueta que desliza sobre 13 cm y un respaldo ajustable.
Como viene siendo habitual en estos coches, por otra parte, el asiento central es prácticamente inutilizable, tanto por su escasa anchura, es como media plaza, como por la presencia del túnel de transmisión. En cuanto al maletero, el del Q3 Sportback es idéntico al del Q3: 530 litros.
Audi Q3 Sportback 40 TDI: nuestra valoración
7,7
A favor
- Confort de marcha
- Consumo
En contra
- Cambio automático demasiado lento en modo Drive
- Asiento central trasero inutilizable
El Audi Q3 Sportback sigue siendo una propuesta muy válida para quien necesite un coche con el que hacer muchos kilómetros y recorridos largos, situación en la que un diésel sigue teniendo todo el sentido del mundo. Hace gala de consumo contenido, con una media real de 7,3 l/100 km, y un elevado nivel de confort.
Además, mantiene los elevados estándares de acabado de Audi y una ergonomía en su interior en la que prima la funcionalidad y no el ahorro de coste disfrazado de diseño eliminando botonería.
Sin embargo, lo que puede resultar algo más difícil de digerir es su precio. Este Audi Q3 40 TDI con acabado S-Line parte de 56.230 euros, y eso antes de marcar las casillas de algunas opciones.
Es algo que puede ser especialmente duro de tragar para una clientela que veía en el Q3 Sportback un aura de diseño y de estar a la última, un coto de caza reservado de Audi hasta hace poco, parecen ahora recaer en exclusiva en otro SUV, más barato y eléctrico.
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Motor |
Diésel. 4 cilindros de 1.968 cc. Inyección directa. Turbo de geometría variable. |
potencia máxima |
200 CV de 3.600 rpm a 4.100 rpm |
par máximo |
400 Nm de 1.750 a 3.500 rpm |
transmisión |
Cambio automático de doble embrague y 7 relaciones. Tracción integral. |
dimensiones (Largo x ancho x alto) |
4.500 x 1.843 x 1.567 mm |
batalla |
2.680 mm |
maletero |
530 litros |
peso |
1.735 kg |
80 a 120 km/h |
5,8 s |
0 a 100 km/h |
7,3 s |
velocidad máxima |
224 km/h |
consumo medio homologado (WLTP) |
6,6 l/100 km |
consumo medio en prueba |
7,3 l/100 km |
ETIQUETA MEDIOAMBIENTAL |
C |
PRECIO (PRECIO UNIDAD PROBADA) |
desde 54.310 euros (60.580 euros) |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Audi. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas. |