Audi A5 3.0 TDI Cabrio, prueba (parte 1)

La familia del Audi A5 ya tiene actualmente tres modelos distintos en el mercado. El primero fue el Coupé, le siguió el Cabrio y hace poco lanzaron el Sportback. Estamos en invierno, y aunque parezca contradictorio, la versión que más me apetece probar en esta época del año es la Cabrio, así que hemos rodado con el Audi A5 3.0 TDI Cabrio para contaros como va.

Personalmente soy de los que prefiero los cabrio de techo de lona que los de techo duro retráctil, por mucho que la gente diga que estos son más prácticos. Audi parece ser la única marca "premium" que sigue confiando en este tipo de sistema para sus descapotables, ya que tanto el TT Roadster como los A3 y A5 Cabrio y el futuro R8 Spyder tienen techos de lona.

La capota del Audi A5 Cabrio es de tal calidad y tiene un aislamiento interior tan bueno que, sinceramente, en ningún momento eché en falta un techo duro, aunque hablaré de la capota con más detalle un poco más adelante.

El exterior del Audi A5 Cabrio

Estéticamente el Audi A5 Cabrio tiene todo lo que hay que tener para triunfar, y es que su línea es una perfecta combinación de elegancia y deportividad repartidas en partes casi iguales. Partiendo de la excelente base del Audi A5, se han hecho los cambios necesarios para el nuevo sistema de capota retráctil.

El A5 Cabrio tiene un frontal imponente, marcado por las ópticas angulosas que ganan carácter y personalidad con las luces diurnas de leds que, en poco tiempo, han conseguido situarse como un elemento identificador de los miembros de la familia Audi.

La carrocería es larga, mide concretamente 4,62 metros de largo, lo cual lo sitúa un poco por encima de su rival más directo, el BMW Serie 3 Cabrio que mide 4,50 metros de largo. Pero en lo que supera notablemente al BMW Serie 3 Coupé es en el ancho, ya que el A5 Cabrio mide 1,85 metros de ancho, quedándose el BMW en tan solo 1,78 metros.

Así el Audi A5 cabrio tiene una "planta" y una "pisada" sobre el asfalto digna de coches de un segmento superior, tanto que me atrevo a decir que a la vista recuerda más a un BMW Serie 6 Cabrio que a un Serie 3. Tal vez el techo de lona ayude a tener esa impresión.

El marco del parabrisas delantero es uno de los elementos que cambian respecto al A5 normal, ya que en este caso es en color metálico brillante, un detalle que realza el aspecto de los descapotables de este estilo y que ya incorporaba el anterior Audi Cabrio.

Las versiones más potentes del Audi A5 Cabrio, con permiso del S5 Cabrio, son la 3.0 TDI Quattro de 240 caballos que hemos probado y la 3.2 FSI de 265 caballos. Ambas se diferencian levemente del resto estéticamente, ya que tienen la parrilla delantera pintada en color negro brillante, mientras que los demás la llevan en color gris.

En la trasera, la tapa del maletero plana y paralela al suelo del Audi A5 normal ayudó a los diseñadores de Audi a definir el aspecto definitivo del A5 Cabrio. Cuando el coche tiene la capota puesta, su aspecto es muy semejante al del A5 Coupé, ya que la capota sigue casi a la perfección la línea del techo del coupé. En cambio, cuando lo descapotamos, un pequeño compartimento situado entre el maletero y los asientos posteriores se encarga de albergar la capota, que resta muy poco espacio al maletero.

Además la unidad que probamos incorporaba el paquete deportivo S-Line tanto de interior como de exterior, dos opciones que cuestan 1.895 euros el paquete deportivo interior y 2.110 euros el paquete exterior.

El primero de ellos está compuesto por llantas de aleación de 18 pulgadas y diseño de 5 brazos con neumáticos 245/40R18, pomo del cambio en cuero perforado color negro, emblema S line en las aletas delanteras y en los umbrales de las puertas, revestimiento interior del techo en negro, costuras en los asientos, volante, pomo de la palnca de cambios, freno de mano y alfombrillas en negro o en plata asientos deportivos con regulación lumbar eléctrica y volante multifunción S line entre otros.

El paquete exterior por su parte destaca sobre todo por los faldones delanterio y trasero, que son de diseño más deportivo que los de serie. El traserio incorpora un pequeño difusor con las salidas de escape a ambos lados, que le dan un carácter más deportivo a la vista.

_Continuará..._

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