Probamos el nuevo Audi A5: tiene más puertas y pantallas que nunca y a la vez es un coche más divertido

El nuevo Audi A5 es en realidad la última generación del Audi A4. O como prefiere decir la marca de los cuatro aros, "se han fusionado". Se debe a la nueva momenclatura Audi: los números pares quedan para sus modelos 100 % eléctricos y los impares para el resto. Así, en su último capítulo el A5 es una berlina de cinco puertas y o bien familiar Avant.

Por ahora con mecánicas gasolina y diésel, algunas mild-hybrid y por tanto etiqueta ECO, de tracción delantera o integral, el Audi A5 es un coche de muchas caras. Ya nos hemos puesto a sus mandos y catado varias de sus versiones, incluyendo el estupendísimo Audi S5. Puro disfrute.

Una berlina cómoda y espaciosa

Con la batalla de un Audi A6, la anchura de un A4 y la altura de un A3: así presenta Audi a su nueva criatura y así lo demuestran sus credenciales. La berlina más pequeña de la firma alemana roza los 4,9 m de largo, con 1,8 m de ancho y una batalla de casi 3,0 m.

A medio camino entre un compacto y un sedán, el nuevo Audi A5 es un coche cómodo, espacioso y funcional pero a su vez no excesivamente grande, lo que le favorece dinámicamente. También en su línea estética, con líneas fluidas y toques deportivos.

Al sentarnos en sus plazas traseras encontramos amplio espacio para las piernas y cabeza. Eso sí, la plaza central es estrecha y se queda algo justa para las piernas debido a un túnel muy elevado: es imposible colocar ahí las piernas restando espacio al resto de plazas. Por tanto dos ocupantes mejor que cuatro para ir realmente cómodos.

Su maletero es amplio, más si cabe en la variante Avant familiar que pasa de 445 litros a 476 litros. Su diseño es más rectangular en esta nueva entrega, favoreciendo la carga de objetos o maletas. Este A5 es un coche que puede hacer largos viajes llevando mucho a cuestas.

En lo que se refiere al diseño, el nuevo Audi A5 entra muy bien por los ojos y es puro ADN Audi: faros afilados, una generosa parrilla delantera, formas fluidas o una silueta lateral que recuerda al anterior A5 Sportback están en el menú. Las salidas de escape siempre son funcionales, que son dobles o cuatro distribuidas dos a dos en el S5. Varias de sus llantas disponibles están firmadas por Audisport.

La estética interior del nuevo Audi A5 combina diseño con funcionalidad y gran calidad percibida. En varias de sus zonas permite la inclusión de molduras de diferentes materiales, por ejemplo la Alcantara en el Audi S5 para la zona baja del salpicadero, los asideros de las puertas o los marcos del túnel central. Pocas superficies duras encontramos, siendo en su mayoría de tacto gomoso.

En este habitáculo se integra además a la perfección el 'Audi MMI panoramic display', el panel digital curvo OLED, que aúna la pantalla multimedia y la de la instrumentación en un mismo marco y va orientada al conductor. Audi ha querido generar la sensación de estemos dentro de un cockpit y lo consigue.

Aunque este Audi A5 tiene algún que otro pero en su habitáculo. Por ejemplo en el túnel central domina una gran moldura en piano negro justo en la zona que más se usa y que integra el selector del cambio, accesos directos como los modos de conducción, la ruleta para manejar el display multimedia o los posavasos. Será a todas luces una zona bastante sucia.

Y otro punto negativo es que si no equipa la pantalla del acompañante (denominada 'MMI passenger display' y siempre opcional en cualquiera de sus acabados), Audi lo sustituye por una enorme moldura también en piano negro que afea un poco su cuidado diseño interior.

Con motores gasolina y diésel de entre 150 CV y 367 CV

En su nueva generación, el Audi A5 es el primer coche de la marca en estrenar la Plataforma Premium de Combustión (PCC) sobre la que se asentará también el nuevo Audi Q5 que llegará el año que viene. Se trata de una evolución de la MLB EVO y ofrece mayor versatilidad mecánica pensando en la electrificación. Por ejemplo Audi promete que dará una mayor autonomía a los híbridos enchufables y permite la inclusión de una tecnología mild-hybrid mejorada.

En su lanzamiento, el Audi A5 llega con dos versiones de gasolina ambas TFSI de 2.0 litros pero con dos potencias diferenciadas: una de 150 CV, que es la de acceso, y otra de 204 CV. Ambas son de tracción delantera.

La tercera es la diésel 2.0 TDI también de 204 CV que es además mild-hybrid. Una decisión necesaria para cumplir la normativa de emisiones. En su caso puede seleccionarse con tracción delantera o bien con la tracción integral quattro de Audi. Como buen microhíbrido porta la etiqueta ECO.

También lo hace el 3.0 TFSI de seis cilindros en uve del Audi S5, de momento la joya de la corona de la gama. Con 367 CV y 550 Nm de par, el Audi A5 más deportivo también es mild-hybrid con distintivo ECO. Siempre es tracción integral quattro, en su caso con tecnología ultra acompañado de un diferencial central de embrague multidisco controlado electrónicamente, y un diferencial deportivo en el eje trasero.

En cualquiera de estas variantes el Audi A5 es siempre de cambio automático, el S tronic de la casa, de doble embrague de accionamiento hidráulico y siete marchas.

Hay que señalar además que el sistema MHEV plus de Audi, con un motor generador PTG, permite una conducción puramente eléctrica en el arranque si vamos a velocidades bajas y siempre que tratemos con mimo el acelerador. Por ejemplo al salir de un estacionamiento, circular por una zona limitada a 10 km/h o 20 km/h o para aparcar. Además, también actua como e-boost en aceleraciones fuertes y también puede apagar el motor térmico cuando vamos a vela a velocidad media y la exigencia es mínima.

La gama del Audi A5 se completará más adelante con dos versiones híbridas enchufables de 300 CV y 367 CV. Y Audi también nos da buenas noticias: habrá variante RS5, aunque de momento no dice cuando llegará.

A los mandos del nuevo A5: un Audi polifacético

Al sentarnos al volante del nuevo Audi A5 merece primero hacer mención al puesto de conducción. La marca ha trabajado para que el conductor esté en el centro de todo y lo esencial lo tenemos a mano. Por ejemplo el selector de modos de conducción con una posición natural para activarlo. También destaca un panel háptico (en negro piano) junto al asidero de la puerta para bloquear o desbloquear las puertas, reglar los retrovisores, activar las antiniebla o la posición memorizada de los asientos (solo si equipa los de ajuste eléctrico), que podemos definir.

Sí, en el Audi A5 no encontramos como tal un mando físico, ya que todos son hápticos. Se accionan bien, pero son menos funcionales al tacto que un botón. También decir que la climatización se maneja desde el display multimedia: si bien se mantiene fija para regular la temperatura (o la climatización de los asientos) no deja de obligarte a mirar la pantalla.

Podemos pedir al nuevo asistente inteligente Ai.leene que la regule invocándola con el comando 'Hey Audi', pero son dos comandos de voz o bien un toque de botón y un comando: una clásica ruleta o botón seria más funcional y rápida de accionar. Lo mismo ocurre con la calefacción de los asientos.

A destacar, los asientos deportivos, de serie u opcionales según versión. Si bien la postura en el Audi A5 es bastante baja, elevando el cojín ligeramente ya tendremos estupenda visibilidad. Recogen espalda a piernas a la perfección y ni te meneas yendo rápido en curvas. Están diseñados para que pasemos horas al volante sin que sufra la espalda.

Una berlina disfrutona. Del nuevo Audi A5 hemos probado tres de sus versiones: la gasolina de 204 CV, la diésel en carrocería Avant y el Audi S5 con sus más de 360 CV. Al comenzar este artículo hablé de un coche de muchas caras y lo es por su comportamiento.

Si vamos en el modo Drive normal, sin tocar nada, es un coche sosegado en cualquiera de estas variantes. El S tronic cambia cerca de las 2.000 vueltas, la respuesta del acelerador es correcta sin más y la dirección blanda, priorizando la comodidad.

Pero si pasamos a la posición S del selector del cambio, se convierte en un coche tremendamente divertido. Ajusta la respuesta del acelerador haciéndola mucho más directa, endurece algo la dirección (que gana en equilibrio) y también la gestión electrónica, estirando los cambios a las 4.000 vueltas o más, y rugiendo con rabia. Y si queremos hacerlo manual basta con tocar una de las levas, mejorando aun más el disfrute al volante y el control en la conducción.

El Audi A5 gasolina de 205 CV, el que más hemos probado y por carretera convencional, ya es un coche estupendo en trazados exigentes de muchas curvas: entra con ganas a los giros que podemos hacer rápido, sale estupendamente y frena con gran precisión gracias al Brake Torque Vectoring, que ayuda a contrarrestar subviarejes. Se puede gozar y mucho al al volante de la berlina de los cuatro aros pese a no estar firmada por Audisport.

Decir además que desde el selector de modos tenemos cuatro opciones: Dynamic, Efficency, Confort y Equilibrado. Los tres primeros tienen sus propios reglajes definidos para priorizar la comodidad de marcha o un consumo más ajustado, mientras que el último es el antes Individual, que permite ajustar diferentes parámetros al gusto y dejarlo memorizado (dirección, acelerador, suspensión, vista del cockpit etc.).

Si ya me ha gustado, y he disfrutado, el TFSI de 367 CV el Audi S5 está a otro nivel. Por desgracia no lo probamos en carreteras de muchas curvas, pero sí en convencional. El acelerador es directamente una suerte de interruptor ON/OFF si optamos por la posición S del cambio. Y la tracción quattro plus lo hace tremendamente estable y capaz a velocidad altas, gracias a su diferencial con vectorización de par en el eje trasero. Siempre es de serie en este modelo. ¿Más? Sí, tiene función Launch Control.

Encontrarse camiones o coches más lentos con el S5 nunca será un problema y podemos adelantarlos con total seguridad. Es impresionante como acelera y frena, pero nunca siendo brusco. El S5 es una berlina con buena dosis de deportividad que no quieres dejar de conducir.

Muy equipado, pero con bastantes extras

La gama del nuevo Audi A5 se articula en cuatro acabados: el base Business, seguido del Advanced, el S Line y el Black Line. Dado que hablamos de una berlina premium que arranca por encima de los 50.000 euros, su opción más básica ya va muy equipada.

De serie encontramos faros delanteros LED Plus adaptativos, llantas de 17 pulgadas, climatizador de tres zonas, carga inalámbrica para móviles, asientos delanteros calefactados, arranque sin llave, portón del maletero eléctrico, volante en cuero con levas, retrovisores eléctricos con calefacción, sistema de sonido Audi System con 10 altavoces o sensores de aparcamiento delante y detrás o cámara trasera.

También sin sobreprecio equipa el Audi virtual cockpit Plus panorámico que alberga la instrumentación digital 11,9 pulgadas y el display multimedia de 14,5 pulgadas. Lleva navegador integrado, radio DAB digital, conexión sin cables para Apple CarPlay y Android Auto, e incluye los servicios conectados de Audi.

Tampoco va falto de sistemas de asistencia: además de los obligatorios como frenada automática de emergencia (con asistente en cruces) o el Asistente Inteligente Velocidad (que no es muy intuitivo de desconectar y obliga a hacerlo desde la pantalla), monta asistente activo por salida de carril, control de crucero adaptativo, asistente de esquiva y giros, lector de señales de tráfico basado en cámara o asistente de aparcamiento autónomo.

El acabado Advance meramente suma llantas de 18 pulgadas, los tan cómodos asientos deportivos con apoyo lumbar de hasta cuatro posiciones y un reposabrazos central más cómodo. Y los S Line y Black Line tienen elementos estéticos diferenciales exteriores y más equipamiento deportivo como volante deportivo de tres radios o pedalera de aluminio.

No obstante, el Audi A5 ofrece múltiples extras ya sea en paquetes o de forma individual. Por ejemplo en el Paquete Confort encontramos faros LED Matrix, la pantalla del copiloto de 10,9 pulgadas, lavafaros, llave digital, o más sistemas de asistencia como el asistente activo por tráfico cruzado, entre otros. Su precio es de 2.885 euros.

Y si queremos sumar el sistema de sonido más avanzado Bang & Olufsen 3D, con sonido envolvente y 20 altavoces (cuatro en los reposacabezas delanteros) tenemos que sumar el opcional MMI experience pro por 2.840 euros. Este incluye además el head-up display que es bastante grande, cuadrado y configurable desde el volante, aunque se ve un poco mal si llevamos gafas polarizadas.

Igualmente es siempre opcional el techo panorámico de cristal líquido y regulación transparente. A diferencia de la clásica cortinilla, se opaca gracias a su tecnología PDLC y que se puede regular por segmentos como el que equipan modelos de Renault como el Scenic o el Rafale. Esta extra supone un sobre coste de 2.615 euros y no hay otra opción si queremos techo acristalado.

Desde 51.050 euros

El nuevo Audi A5 oscila entre los 51.050 euros y los 64.530 euros en su carrocería sedán de cinco puertas. Y la familiar Avant hace lo propio entre 53.310 euros y 66.790 euros. Por su parte los Audi S5 y Audi S5 Avant tienen un precio de 90.940 euros y 93.290 euros.

Si lo comparamos con el BMW Serie 3, que es ligeramente más caro: esta berlina parte de los 48.400 en su opción más asequible que es la 318d diésel de 150 CV y que es mild-hybrid. En todo caso ya en este rango de precios la balanza se inclina por puro diseño, ya que ambos son muy completos en equipamiento y ofrecen buena dinámica.

Me ha gustado mucho este nuevo capítulo del Audi A5 pese a sus defectos, que se cuentan por pocos. Me parece un producto redondo, versátil, funcional, cómodo, con un estupendo comportamiento sobre el asfalto y que ofrece puro disfrute al volante si queremos dar rienda suelta a todo su potencial. Un coche que es muchos coches a la vez.