El pasado sábado 29 de octubre se celebró el primer Abarth Day en España, en el Circuito de Navarra (Los Arcos). Este evento se celebró en paralelo con los de Italia, Alemania y Reino Unido, la ocasión perfecta para probar en circuito los últimos modelos de la marca del escorpión y descubrir un poco más de esta pequeña pero intensa marca.
Más de 400 participantes (muchos de ellos con acompañantes) disfrutaron de un soleado día en el circuito navarro rodeados de diferentes Abarth y del sonido ronco de sus escapes. Los propietarios incluso salieron a pista con sus propios coches para dar rienda suelta a sus ganas de correr.
El día se dividió en tres grupos de unos 150 participantes más acompañantes que comenzaban las actividades a las 9:00, 12:00 y 15:00 horas. La agenda del Abarth Day estaba compuesta por seis módulos, los tres más deseados fueron el destinado a conocer el nuevo Abarth 595 y rodar con él en pista, otro similar pero con el 124 Spider y un Mickey Mouse con el 595 donde sin pasar de segunda se ponía a prueba la aceleración y agilidad de este modelo junto con la pericia al volante de los participantes.
La marca también tenía preparado un módulo para presentar sus kits de preparación, un pequeño museo con interesantes coches y un rato libre para los no propietarios que, en el caso de los que cuentan con un Abarth en su garaje, era quizá el plato fuerte del día, porque aprovechaban esos 30 minutos para rodar con su coche en pista.
Del Abarth 124 Spider poco hay que contar tras la prueba con la que nos deleitó Daniel Murias, pero rodar en circuito es diferente y es en este escenario donde hemos descubierto un coche divertido y que transmite muchas sensaciones a pesar de contar con una potencia contenida. Los secretos son varios y te los voy a resumir en cuatro líneas.
Lo primero y fundamental es que tiene la mejor relación peso/potencia de su segmento: 6,6 kilos por CV. Lo siguiente es una suspensión más firme sin llegar a ser incómoda. A esto se suman unos neumáticos de sólo 205 de ancho, lo que nos permite jugar con el coche con facilidad y sin brusquedades. Y finalmente que, a pesar de tener tendencia al subviraje, se suelta da atrás.
Daniel ya nos lo avisó en su prueba, no es el rey del drifting, pero si quieres divertirte y sabes balancearlo, su diferencial autoblocante y el empuje desde abajo gracias al turbocompresor te permitirán dibujar líneas negras en cada curva y una enorme sonrisa en tu cara.
El 595 es otra historia, ahora cuenta con una potencia para cada versión. El 595 normal cuenta con 145 CV, el 505 Turismo 165 CV y el 595 Competizione 180 CV y diferencial autoblocante. La conducción es muy diferente respecto al 124 Spider empezando simplemente por la postura de conducción y la tracción delantera.
El 595 es rápido, ágil y más saltarín, las sensaciones son quizá más de carreras y cuando buscas aprovechar al máximo su mecánica pone en evidencia tu forma de trazar, si eres fino vas rápido, si eres brusco vas lento, así de sencillo. Tracciona bien pero todo tiene un límite y debes buscar enderezar la dirección cuanto antes para salir con velocidad de los giros lentos.
En las curvas rápidas sorprende lo bien que se sujeta y se agradece en gran medida que su asiento tenga unas formas tan pronunciadas, algo que en el día a día puede incluso resultar incómodo pero que es de gran ayuda cuando ruedas deprisa para no tener que colgarte del volante en cada apoyo.
Aparcamos los coches y pasamos al pequeño museo que la organización tenía preparado en la zona de boxes. Allí se daban unas pinceladas de la historia de la marca y un 695 hacía las delicias de todos los allí presentes, aunque también el Abarth 1000 TCR por aquello de recordar al mítico SEAT 600. Pero estos modelos compartían espacio con un par de 124 Spider de los de verdad, uno de serie y otro con preparación Gr4.
Además había una unidad muy especial, un Abarth 1300 (lo que en España conocimos como SEAT 850 Coupé) en perfecto estado de conservación, con sólo seiscientos y pico kilómetros en su marcador y una curiosa historia. Su propietario se enamoró de él cuando lo vio en el Salón de Barcelona donde se presentó y lo compró allí mismo para regalárselo a su mujer. Ésta tuvo un par de sustos por la peculiar configuración mecánica del vehículo (todo atrás y muy poco peso delante) y no quiso seguir conduciéndolo.
El coche estaba todavía con matrículas provisionales y no llegó nunca a matricularse definitivamente, pero sí se conservó y se utilizó en presentaciones y eventos como este Abarth Day. De hecho el actual propietario (el hijo de los protagonistas de esta historia) pensaba salir a rodar con él en las tandas previstas, pero los neumáticos no están para correr mucho y el juego que había pedido no llegó a tiempo, así que nos quedamos con las ganas de ver rodar en pista esa auténtica joya.
En la galería de fotos podrás ver todos los coches del museo, todos ellos en perfecto estado de uso salvo uno, el más moderno... la maqueta del futuro Abarth 124 Spider Rally, el coche que veremos compitiendo en menos de un año, en 2017.