Participamos en el 6to6 Ruta Montseny con el Nissan GT-R Track Edition
Hay ocasiones en las que te hacen una propuesta que no puedes rechazar. Esto es precisamente lo que nos ocurrió hace unas semanas cuando desde Nissan nos invitaron a participar en una ruta 6to6 en las inmediaciones de Barcelona con su Nissan GT-R Track Edition. Por delante más de 1.500 kilómetros en un fin de semana, partiendo desde Madrid, y muchas, muchas ganas de pasarlo bien.
Antes de contarte la historia ya te adelantamos que la 'cuadra' que nos esperaba en Barcelona era de aúpa. Tres Ferrari 458 Speciale -además de uno "normal", un spider y varios 430-, un Lamborghini Huracán y un Murciélago, dos Audi R8, otros dos Nissan GT-R, varios Porsche 911 (GT2, GT3, Turbo...), tres Mercedes-AMG GT, otros tantos y variados AMG (C 63, SLS, A 45, GLA 45...), dos Ford Mustang, varios BMW M3 y M4, Jaguar F-Type, Nissan 370Z Nismo y Juke Nismo RS... en fin, un espectáculo.
Madrid-Barcelona, pero 'secundeando'
Quizá haber cogido un AVE o un vuelo habría sido lo más cómodo, lógico y rápido para desplazarnos hasta Barcelona, pero... ¿dónde está la gracia en eso? Además, tenemos ya entre manos nuestro compañero de viaje en forma de Nissan GT-R y hay que llevarlo hasta allí, sí o sí. Así pues, tenemos por delante una buena ración de carretera antes siquiera de la ruta del domingo con los amigos de 6to6.
Seguro que no somos los únicos a los que nos aburre soberanamente la autovía. Tomándoselo con calma y parando cuando sea necesario, un Madrid-Barcelona se despacha en unas seis horas, pero si realmente no tienes prisa, ¿qué importa que sean ocho o más? Mejor disfrutar al volante y conocer nuevos lugares que plantarse en el destino en "un abrir y cerrar de ojos". Al menos nosotros lo preferimos, así que decidimos secundear.
¿Secundear? Digamos que es un término que nos acabamos de inventar. Nos tomamos esa licencia para definir eso de abandonar la autovía para viajar por carreteras secundarias. Apostamos por conocer zonas del interior de las provincias de Guadalajara, Teruel y Tarragona. Así pues, dibujamos una primera etapa que nos lleva desde Madrid hasta Alcolea del Pinar, por la A2, para después salir de vías rápidas y adentrarnos en campos manchegos y aragoneses.
Molina de Aragón, Montalbán, Alcañiz, Mora de Ebro, Reus y ya estamos en la tierra de los Calçots y los innumerables peajes. Ahora sí volvemos a carretera rápida y nos dirigimos a Granollers, que mañana, domingo, va a ser largo e intenso y, a lo tonto, hemos pasado el día en carretera.
'La Roca Village' y Ruta Montseny
Primera hora de la mañana y ya estamos en el aparcamiento del centro comercial 'La Roca Village', donde algunos de los deportivos y superdeportivos ya citados nos esperan impacientes. En total somos más de 65 coches y unos 120 participantes (entre conductores y acompañantes), además de las decenas de espontáneos y aficionados que llegan al lugar para disfrutar también de las bestias expuestas.
Formando parte del grupo se encuentran algunos de los patrocinadores de 6to6, como Nissan (con una flota de varios coches) o Mercedes-Benz, así como algunos concesionarios de la zona que nos enseñan sus novedades: el Jaguar F-Pace, por ejemplo. A la cabeza de la ruta, abriendo paso, el piloto barcelonés Albert Costa, a los mandos de un Jaguar F-Type.
Después de un pequeño briefing sobre el recorrido, de algo menos de 100 kilómetros, y un desayuno para coger fuerzas, ponemos rumbo a la carretera de Montseny, que resulta ser una estrecha y bonita ruta que nos lleva por preciosos parajes. Como es domingo, la zona está repleta de turistas, ciclistas y moteros, así que nos dedicamos a disfrutar del paisaje y dejamos la adrenalina para la siguiente parada, el Circuito de Barcelona-Cataluña, en Montmeló.
Tanda en Montmeló
Llega el momento de entrar a la pista de Montmeló y estirar un poco las piernas de la bestia, pero antes hace falta tener claros algunos conceptos de seguridad y también escuchar algunos consejos para preservar la buena salud de los coches, que ya sabemos que los vehículos de calle, por muy deportivos que sean, sufren mucho en circuito, los pobrecicos. Y esto no van con guasa, es la verdad.
Nuestro GT-R es el llamado Track Edition, una edición especial pensada para circuito, que básicamente mantiene su motor 3.8 litros V6 biturbo de 550 CV y 632 Nm pero añade algunas chucherías del GT-R NISMO para el asiduo a un uso en pista, como llantas Rays de 20 pulgadas en color negro y con gomas Dunlop SP Sport Maxx GT, mejoras en la refrigeración de los frenos o una suspensión con amortiguadores Bilstein ajustables en tres etapas y estabilizadoras específicas.
Las cifras de Godzilla son de otro mundo. Acelera de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos y alcanza los 315 km/h, pero te pone las cosas fáciles. En circuito sorprende su capacidad para catapultarte de una curva a otra y transmite la sensación de que puede con todo. Puedes equivocarte y abrir gas antes de tiempo, a costa de tus neumáticos, pero el coche apenas se mueve. Allá que va con el contundente sonido de sus turbos, listo para afrontar el siguiente giro.
Al volante parece incluso que el cerebro electrónico del GT-R está haciendo el trabajo por tí, porque si conduces con finura -y cordura- el límite del coche no aparece. Va por raíles. Además su equipo de frenos ofrece una potencia que no deja nada que desear, sobre todo si tenemos en cuenta que lo que hay que parar es un misíl balístico que pesa 1.740 kilogramos.
Tras apenas dos vueltas rápidas al circuito y una tercera para refrigerar el conjunto, decidimos volver al paddock y dar por finalizada la sesión -que habría sido de media hora-. Hemos desfogado un poco pero lo cierto es que los neumáticos, desde un primer momento -al recoger el coche-, no estaban en el estado que nos habría gustado, así que como tenemos aún un porrón de kilómetros de vuelta a Madrid, pecamos de precavidos y decidimos no forzar más de la cuenta.
Pero antes de poner rumbo a casa, nos reunimos todos en el restaurante El Trabuc de Granollers para comer. Embutido, setas, ensalada... y el plato fuerte, una butifarra muy buena, con bien de alioli, que por cierto nos acompañaría hasta Madrid. ¡Bendito ajo!
Y en carretera, ¿qué tal el GT-R?
El año pasado pudimos disfrutar del Nissan GT-R sobre hielo, en Laponia, y ya teníamos ganas de descubrir sus cualidades en carretera y circuito, que es precisamente lo que hemos hecho. ¿Qué tal? Pues como esperábamos. Es una auténtica bestia, aunque tiene un retrogusto a vieja escuela debido a la enorme patada de su motor V6 biturbo, que a bajas vueltas es algo perezoso pero después, a medio régimen, te pega al asiento con Super Glue.
La caja de cambios de doble embrague y seis velocidades es rápida y permite cambiar de forma manual mediante levas que, además, están fijadas a la columna de dirección (no están instaladas en el volante y por tanto no giran con él). Eso sí, al maniobrar a bajas velocidades la transmisión hace algunos ruidos y es algo brusca. Como sabéis, la fuerza del V6 se transmite a las cuatro ruedas por lo que la capacidad de tracción es sorprendente.
Con unos pocos kilómetros a lomos de Godzilla ya te das cuenta de que es muy firme, pero no parece especialmente incómodo en un principio. A pesar de llevar la suspensión en su modo más benévolo, con el paso de las horas empezamos a resentirnos. No es un coche ideal para viajar, desde luego, y un empacho de kilómetros puede dejarte bastante cansado. Eso sí, en cuanto le pegas un pisotón se te pasan todos los males, para qué nos vamos a engañar. Porque no es un coche rápido, no, es una máquina del tiempo. Corre tanto que en carretera no puedes aprovechar su potencial ni por asomo.
Y... ¿cómo anda de sed? Pues también como esperábamos. Es un superdeportivo y, como tal, es un gran aficionado a la buena bebida, de 98 octanos. En conducción deportiva se merienda los depósitos con facilidad, aunque luego en viaje sorprende porque no gasta tanto, tanto. Eso sí, con el A/C activado el consumo parece multiplicarse y la aguja baja a mayor velocidad. Tras nuestro recorrido de casi 1.600 kilómetros el ordenador de a bordo marcó una media de 14 litros a los cien kilómetros, incluyendo los pocos kilómetros de circuito -que no variaron la media-.
Agradecimientos a Nissan España por la invitación y a la organización de 6to6 por su recibimiento y trato.
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